Aunque lo parezca, regalar algo a los padres el día de la boda no es una tradición antiquísima, es una costumbre reciente que se ha ido implantando poco a poco y que se ha ido convirtiendo casi en un imprescindible.
En este post me gustaría daros algunos sugerencias sobre este tema:
Antes de nada...
Os propongo algo: pensad qué queréis transmitir con ese regalo. ¿Es algo que incluiréis en la boda porque la mayoría de novios ya lo hace? ¿Es más un gesto emotivo de cara a los invitados que tiene como justificación a los padres? ¿Es sobre todo un detalle significativo y de agradecimiento a vuestros padres por el amor y el apoyo que siempre os han mostrado? Según la respuesta, así tendréis que enfocar el regalo que ofrezcáis a vuestros progenitores.
En los dos primeros casos, los regalos deben ser más espectaculares y aparentes, porque los entregaréis en público y los invitados merecen saber y ver qué les regaláis, puesto que les habéis incluido como espectadores del obsequio. Imaginaos que en una boda los novios les entregan a sus padres un sobrecito con un bono para un spa... ¡qué intriga para todos no saber qué tiene el dichoso sobrecito! Si les hacéis partícipes del momento, deben serlo con todas la consecuencias.
Si lo que deseáis únicamente es mostrar a vuestros padres cuánto les queréis y apreciáis todo lo que han hecho por vosotros en vuestra vida antes de volar por vosotros mismos, sin necesidad de espectadores, la cosa cambia. El regalo en este caso es más íntimo y tiene más emotividad, por lo que deberían ser presentes que tengan significado sólo para vosotros y para vuestros padres. En este caso, lo más recomendable es entregar el detalle en privado. Podéis organizar una comida o cena conjunta con vuestros padres y suegros o por separado con cada una de las parejas, según posibilidades y gustos. Otra bonita idea en estos casos es enviar al domicilio de los padres el regalo a través de un mensajero.
Y, por supuesto, debéis pensar que los regalos para los padres no son obligatorios. Si os apetece y lo veis apropiado, adelante, si no, vuestros progenitores no van a sentirse ofendidos porque no les regaléis nada ese día. Vuestra presencia y felicidad ya es suficiente alegría para ellos, no lo dudéis. De hecho, cuando ellos se casaron probablemente nadie seguía esta costumbre de nuevo cuño y no la echarán de menos en absoluto si no la seguís.
¿"Café para todos" o regalos personalizados?
Uno de los quebraderos de cabeza más frecuentes cuando ya se ha decidido que sí habrá obsequio para los padres es la conveniencia de regalar a las dos parejas lo mismo. Mi consejo es que elijáis con el corazón, no con la cabeza, así que olvidaos del café para todos. Vuestros respectivos padres no serán iguales, ni tendrán los mismos gustos ni aficiones, por lo que no acertaréis si queréis utilizar el mismo rasero para elegir los presentes de todos. Para evitar que se convierta en un problema, podéis pactar la cantidad que os gastaréis en cada regalo de antemano, así no habrá la posibilidad de que ninguno sintáis que hay algún agravio comparativo entre padres.
En la segunda parte de este post os daré ideas interesantes para regalar a vuestros padres, no os lo perdáis.
Hasta la segunda parte...
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