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23 mayo, 2014

Damitas y Pajecillos: Manual de Uso (I)

niña sosteniendo una flor
Autor: Ryan Smith Photography. Vía: Flickr
Damitas y Pajecillos: Manual de Uso, menudo título que se me ha ocurrido hoy para el post, pero es cierto que cuando se trata de los peques, hay ocasiones en las que no estaría de más que llevasen un libro de instrucciones ;)


Para ayudarte con este asunto, en este post doble, te daré algunos consejos e ideas para que tu pequeño cortejo sea todo un acierto.


Vamos a ello...


Damitas y pajes, ¿sí o no?


Lo primero es decidir si los habrá o no. Antes de nada ten presente cómo eres tú y cómo es tu pareja, porque no todo el mundo se lleva bien con los más pequeños ni todas las bodas son adecuadas para ellos. Los dos debéis valorar si os compensa incluir a damitas y niños de arras en la boda, sobre todo si se dan las siguientes circunstancias:

  • A ninguno de los dos os gustan los niños, nada más que de visita y poco tiempo. Si habitualmente no os agradan las travesuras y berrinches infantiles, menos aún lo aguantaréis el día de la boda. Los nervios y el ajetreo os harán perder la paciencia con facilidad.

  • Uno de vosotros, o los dos, sois unos fanáticos del orden y el control. Los peques son imprevisibles y caóticos por naturaleza, lo que puede desquiciaros y arruinaros vuestro gran día, que tan meticulosamente habéis organizado.
 
  • No habrá más niños que las damitas y pajecillos. Sobre todo si son sólo dos. Si no hay más chiquillería con la que jugar y divertirse tras la ceremonia, los niños se aburrirán. Y un niño aburrido, es muy fácil que se porte mal y decida llamar la atención a toda costa. Además, si se da el caso de que habéis comunicado al resto de invitados que no lleven a sus hijos, incluir a otros niños, por más que se trate del cortejo nupcial, puede ser considerado un agravio.

  • La boda se celebrará a una hora tardía. Los eventos nocturnos no son los más apropiados para los críos, porque se cansarán y obligarán a los padres a que abandonen la boda antes de lo que les gustaría. Sobre todo los más chiquitines están acostumbrados a irse pronto a la cama y las bodas nocturnas suelen alargarse hasta la madrugada.

  • La elección de los niños se hace por compromiso. Hay ocasiones en la que la decisión de que haya damitas y pajes, así como la elección de sus pequeñas personitas, es todo un compromiso. Los padres, los suegros, los hermanos y los amigos, pueden llegar a obligaros a incluir a algunos locos bajitos en el cortejo nupcial... y a vosotros no os apetece nada.
 
  • Los padres de los niños no están muy conformes con su participación. Hay papás que no se van a sentir cómodos con vuestra petición de que sus hijos sean vuestras damas o niños de arras. Unos lo harán porque la compra del traje y los complementos es cosa suya (y no todas las economías se lo pueden permitir) y otros, sencillamente, no querrán ese tipo de atención sobre su pequeñín. Si se ven demasiado obligados a ceder a sus hijos para que participen en vuestra boda, puede ser que acabéis teniendo problemas con ellos.

damita y  niño de arras
Autor: Ben Spark. Vía: Flickr

Cuando se de alguna de estas circunstancias (o varias), es mejor que ambos penséis si os va a merecer la pena incluir a damitas y pajecillos en la boda.

 
Y hasta aquí llega la primera parte del post. En la segunda podrás encontrar consejos acerca de cómo pedirles a los niños que sean las damitas o niños de arras, cómo tratar con ellos, de lo que puedes esperar y de cómo elegir su vestuario.

 
¡Nos vemos pronto! 



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