Estilo boho, bohemio, boho chic. Seguro que has oído mil veces estas expresiones referidas al mundo de la moda. Y de las bodas.
Aunque se suele asimilar el estilo hippie o setentero al boho, este último va mucho más allá.
Si quieres saber cuáles son las claves para utilizar el estilo boho en tu boda, pero con mucho estilo, sigue leyendo...
Los orígenes
El estilo boho o bohemio tiene su origen Francia en la que se llamaba bohemios a los gitanos que llegaron desde Bohemia (ahora República Checa) y a su forma de vida y de vestir, alejada totalmente de los valores de la sociedad burguesa. Los intelectuales y artistas del siglo XIX adoptaron esta forma de ver la vida, un tanto desordenada y ajena a las convenciones sociales, pero muy atractiva por la libertad en acciones e ideas que implicaba.
En el terreno estético, el estilo bohemio se ha caracterizado siempre por mezclar elementos vintage, étnicos y modernos sin ningún sonrojo. Aunque ahora hay quien lo interpreta como un revival de los años setenta, la moda y decoración bohemia se caracteriza por mezclar distintos estilos y distintas épocas, no sólo de esa década. En los setenta los movimientos sociales, ansiosos de libertad, pusieron de nuevo en la palestra esa forma de mezclar estilos, puesto que era una forma de plasmar en la moda las inquietudes de una generación.
Quizás por todo ello se asocia ese movimiento a esa década, cuando ellos fueron herederos de algo que ya existía, al igual que ahora lo recuperamos nosotros. Eso sí, ahora el estilo boho ha perdido casi toda su filosofía y ha ganado en refinamiento.
Por eso, en este post no verás un retorno a los 70's, sino las claves del estilo boho chic, tal y como se entiende en el siglo XXI y adaptado a una boda.
El concepto
Libertad. En el vestuario, en la ceremonia, en la decoración, en el protocolo... en todo. Es un estilo relajado, aunque eso no significa que haya desorganización ni caos, ni mucho menos. Una cosa es libertad a la hora de elegir y otra muy distinta una boda improvisada.
Naturalidad. Se huye de los encorsetamientos e imposiciones de las bodas clásicas y se busca la espontaneidad.
Romanticismo. Las bodas boho son muy románticas, pero sin afectación ni cursilería.
La Naturaleza está siempre presente en este tipo de bodas: en localizaciones preferentemente al aire libre, en las flores y plantas naturales, en la decoración...
La novia
Encajes vintage, crochet, tejidos vaporosos y
con mucha caíada, fibras naturales... estos serían algunos de los
protagonistas de los vestidos de novia más boho. Pero siempre con comodidad y naturalidad, como dicta el estilo bohemio.
Flores,
hojas y espigas en el pelo en cualquiera de sus formas: coronas, flores
entrelazadas entre el cabello o flores adornando los recogidos. Los
elementos vegetales son perfectos para una novia bohemia.
Las
trenzas, los recogidos messy, los semirrecogidos y los cabellos
sueltos, con o sin ondas, son las señas de identidad de una novia boho.
Los recogidos pulidos y muy complicados, son la antítesis de esta forma
de entender la estética.
Las bandas y las diademas son
perfectas para completar un outfit boho. De flores, de tela, de crochet,
de encaje, de metal, de pedrería...
Los velos, mejor en forma de banda, de turbante, anudados en forma de pañuelo pirata o colocados de forma poco convencional.
Si la boda es de día, puedes atreverte con pamelas o sombreros. Son de lo más favorecedor.
En
el calzado te puedes permitir la comodidad sin renunciar a la elegancia:
cuñas, alpargatas, zapatos planos, sandalias, botas, incluso los pies
desnudos y decorados con tiras de cadenas, flores o cuentas.
Las joyas de estilo étnico o vintage son el toque final para conseguir un estilo bohemio. El ramo de novia mejor sencillo, con flores silvestres, hojas, espigas, algodón natural, piñas, bayas, etc. Personalizado y encantador.
El novio
Los
novios también dicen adiós al chaqué y a la ropa más formal y se
decantan por trajes en colores más claros o en tonos vivos, chaquetas
cruzadas, tres piezas, esmoquines poco tradicionales, chalecos sin
chaqueta, pajaritas, tirantes y todo tipo de vestuario poco
convencional.
Los zapatos también son menos formales y
el novio puede olvidarse (si quiere) del tradicional zapato negro liso y
de cordones. Los Oxford brogue (los de cordones con un dibujo calado) en tonos marrones, pueden ser
ideales en este caso, siempre que el traje no sea negro.
El sombrero también es un complemento que puede encajar muy bien en este tipo de bodas.
Por
cierto, que el novio no lleve chaqueta, no significa que deba renunciar
a un boutonniere. De hecho, al ser un estilo muy en contacto con la
naturaleza, las flores no pueden faltar... tampoco para el novio.
Dónde
Las localizaciones en las que se celebran tanto la ceremonia como el banquete tienen encanto y se salen de lo tradicional.
Una casa rural, una granja, un cortijo, una masía, un castillo, un faro, un antiguo molino o una playa, todos son escenarios ideales para una boda boho. Incluso te puedes atrever con tu propia casa, si tienes pocos invitados y suficiente espacio.
La ceremonia
Las ceremonias de una boda boho suelen ser poco convencionales y muy emotivas.
Esto es más fácil de lograr cuando se trata de una boda civil o simbólica. Aunque se puede tratar de dar un toque personal a la ceremonia religiosa, si el párroco es de confianza y más bien permisivo.
La intervención de los propios novios es primordial, Y también de las personas más cercanas a ellos, mucho más que la del oficiante.
Los ritos y ceremonias simbólicas tienen su lugar ideal en las bodas boho, puesto que permiten que los novios se expresen con más libertad.
La decoración
La decoración es una mezcla entre el estilo rústico, hippie, romántico, retro y étnico, pasado por un filtro hiperchic (vaya parrafada). Como ya te he comentado antes, la libertad es la pauta, así que combina estos estilos entre ellos como más te guste.
Los materiales naturales y reciclados tienen su espacio ideal en una zona boho. Madera, muebles viejos y restaurados, ventajas y puertas antiguas, libros antiguos, tocadiscos para vinilos... deja volar tu imaginación.
Las flores siempre naturales, frescas o secas. Cuanto más silvestres, delicadas y fragantes, mejor.
Si te es posible, coloca una varias zonas tipo lounge, para que los invitados puedan charlar de forma relajada y agradable.
No descuides la iluminación. Las velas, linternas, farolillos, candelabros, elementos retroiluminados y guirnaldas de luces led son tus aliadas a la hora de ambientar una boda boho. Procura que sea cálida y amable.
Los cubos y recipientes de cinc con flores, plantas, espigas, calabazas, manzanas o velas flotantes pueden sr una gran idea para tu boda boho.
También puedes utilizar recipientes de cristal: tarros, botes y botellas. Los puedes utilizar para colocar flores o velas.
Los señalizadores en pizarra o madera también pueden tener su espacio en este tipo de decoración.
Las guirnaldas, pompones, borlas, banderitas y atrapasueños son excelentes recursos decorativos.
Otras de las protagonistas de una boda boho son las fotos. De vuestros padres, de vosotros de pequeños, de cuando os conocisteis... fotos de todo tipo como elemento emotivo y decorativo al mismo tiempo.
El truco en la decoración de una boda boho está en la combinación de diferentes recursos pero, ojo, siempre con mesura. No significa que tengas que utilizar todo y de todos los estilos, sino sabias pinceladas en los rincones que quieras destacar. Si no, corres el riesgo de que la boda parezca el desván de tu abuela.
Dentro de las bodas boho yo distinguiría dos tipos de paletas de color: los tonos claros y pasteles (blancos, crudos, beiges, rosas empolvados, lavandas, mints, grises perlados, azules grisáceos...) y los tonos vibrantes (amarillos, naranjas, rojos, violetas, marsalas, azules intensos, verdes cálidos...). Puedes utilizar cada una de las paletas por separado o combinarlas entre sí, como más te guste. Si utilizas la paleta más clara, conseguirás un estilo más romántico y chic; con la paleta más viva, lo que lograrás es un estilo más étnico y hippie.Y, por supuesto, todos combinados con tonos metalizados con acabado envejecido.
El catering
El catering debe ser apropiado para el lugar y el tipo de boda que estás organizando. Es decir, los platos que sirvas deben ser frescos, bien presentados, pero sin ser demasiado formales. El formato cóctel, buffet, brunch, los corners o una combinación de todos ellos son ideales para una boda boho.
Si vas a servir una comida o cena sentados, cuida la decoración de las mesas y huye de los formatos demasiado conservadores. Las mesas rectangulares, solas o mezcladas con mesas redondas son perfectas para este estilo de celebración.
Sea cual sea la forma de servir la recepción, te aconsejo que pongas distintos espacios donde los invitados puedan servirse ellos mismos. Si tienes en mente una boda relajada y divertida, el self service es una buena forma de conseguirlo, porque fomenta la acción e interacción de los invitados. Da lo mismo que sea una barra de dispensadores de aguas aromatizadas, que una candy bar o una bañera repleta de cervezas y refrescos en hielo, todo vale.
Olvídate de las tartas nupciales historiadas y muy clásicas y atrévete con las tartas nude o temáticas. O por otro tipo de postres menos tradicionales, tú eliges.
La música
Te aconsejo que sea en vivo en la ceremonia y en el cóctel. Y, si es posible, que también sea con una pequeña orquesta o con un buen DJ en el baile. Eso le dará más autenticidad a esos momentos.
Me encantan los menús de cóctel en las bodas. Me parecen cool, divertidos y llenos de posibilidades.
Si a ti también te llama la atención esta forma de ofrecer la recepción en tu boda, en este post te doy algunos consejos para que sea todo un éxito.
Por qué sí ofrecer un cóctel
Facilita la interacción entre los invitados, sin tener que limitarse a las personas con las que comparten mesa.
Es una forma de celebración elegante, pero más relajada que en el caso de una recepción tradicional.
Permite que la duración de la recepción no se alargue indefinidamente. Una comida o cena sentados puede llegar a las 3 ó 4 horas con facilidad, si contamos también con el cóctel de bienvenida. Y eso si el servicio es ágil.
Es una manera de controlar la relación calidad-cantidad-precio. Puedes gastarte mucho menos que en una recepción convencional, si te decantas por un menú de cóctel más discreto; o mucho mucho más, si eliges platos muy complejos o en mucha cantidad.
Permite que puedas ofrecer a tus invitados una gran variedad de alimentos, lo que suele agradarles mucho. Esperarán cada plato con curiosidad y, si alguno no les gusta, pueden tomar otro. Algo que no sucede con una recepción con un menú de 3 ó 4 platos.
Y por qué no...
Si va a haber muchos invitados mayores o con problemas de movilidad, no es la mejor idea, porque estarán incómodos y tendrás que prever tantos asientos, que acabarán siendo una comida o cena sentados, pero sin las comodidades y el servicio que eso supone.
Cuando muchos de los invitados son muy convencionales y no van a apreciar ese tipo de menú. Todos tenemos algunos familiares o amigos a los que habría que oír después de una recepción tipo cóctel...
En el caso de que la mayoría de los asistentes no se conocen entre ellos, porque esa interacción que facilita este tipo de recepción, se vuelve un arma de doble filo si los invitados no tienen ninguna relación entre ellos.
Si el lugar donde se va a celebrar el banquete no tiene menús de cóctel adecuados y, además, no permite que se contrate fuera el catering.
En general
La duración debería estar entre 2 y 3 horas máximo.
Puedes
hacer el cóctel cuando lo desees, pero la mejor opción es que sea en
bodas de tarde-noche. Por la mañana es más apropiada una comida con los
invitados sentados, incluso un buffet, antes que un cóctel. La comida
del mediodía, incluso en casa, suele ser más copiosa y convencional;
por lo que parece más lógico que el cóctel se sirva por la tarde o
noche, que por el día.
Normalmente los cócteles se
ofrecen durante la primavera, el verano y en los primeros días del
otoño, pero puedes saltarte las convenciones y hacerlo en invierno. Sólo
tendrás que buscar un espacio y un menú adecuado.
Lo ideal es ofrecer un cóctel en el exterior, pero si no es posible, siempre puedes optar por una carpa o una zona interior.
En
caso de que, en todo o en parte, el cóctel se sirva en el exterior y
con sol, es importante colocar zonas donde los invitados puedan
disfrutar de sombra. En cualquier caso, mi consejo es no ofrecer el
cóctel en exterior durante el día.
El lugar
debe ser amplio y estar bien acondicionado para recibir a los invitados.
Si van a estar de pie y el lugar es pequeño, acabaran agobiados y se
marcharán antes de que empiece el baile.
El
número de invitados para una recepción con cóctel no debería exceder los
100-120 invitados, porque puede convertirse en inmanejable. Si vas a
tener más invitados, te aconsejo que busques otro tipo de servicio para
el banquete.
Pide a personas de tu confianza que hagan de anfitriones y se encarguen de presentar entre sí a los invitados, para crear un buen ambiente. Para que puedan fomentar la conversación, diles que al presentar hagan referencia a la profesión o hobby de ambos, es la forma más natural y efectiva de conseguir que comiencen a hablar. Si tu le dices a una persona: "Patricia, te presento a Lucas", la cosa se quedará ahí y será más difícil que arranque el diálogo. Pero si lo haces así: "Patricia, te presento a Lucas, que es campeón de kitesurf"... pues la cosa cambia. Porque seguro que Patricia hará algún comentario al respecto y comenzará a preguntarle cosas a Lucas. Mucho mejor ¿verdad?
Si el cóctel se sirve en exterior y hay
césped o guijarros, no estaría de más que tuvieses previstos unos
protectores de tacones para las invitadas.
Si hace algo de
fresco por la noche en el lugar de la recepción, no te olvides de poner
unas mantitas o pashminas para las más frioleras.
Y si
prevés que habrá mosquitos, pon velas de citronella para ahuyentarlos o
sprays repelentes en lugares estratégicos, para que puedan utilizarlos
los invitados.
Elige una buena empresa de restauración para que sirva el cóctel. Lo ideal es que estén especializados en este tipo de recepciones, porque no es lo mismo preparar y servir un cóctel, que una comida o una cena sentados. Por experiencia, hay proveedores que no terminan de tener claro lo que es un cóctel y creen que con servir los mismos platos que en un aperitivo de bienvenida, pero aumentando la cantidad, es suficiente. Y no es así. Hace falta servir platos en variedad, cantidad y calidad suficiente para que los invitados queden satisfechos.
Asegúrate de que van a proporcionar camareros suficientes para atender correctamente el servicio. No hay nada peor que un cóctel donde los invitados deben ir persiguiendo a los camareros para conseguir una canapé o una copa. Que hay bodas donde parece que los camareros están agazapados detrás de las columnas o debajo de las mesas para que los invitados no consuman el menú. Será por cuidar la dieta de los asistentes...
También debes consultar por el vestuario que llevará el personal de servicio, porque debe ser impecable y acorde con el tipo de boda que estás organizando.
Cerciórate de si dentro del precio está incluido todo el menaje, cristalería y elementos auxiliares necesarios para servir el cóctel, para que no te lleves sorpresas posteriores.
El servicio debe ser ágil y atento. Los platos deben salir con una frecuencia adecuada. Ni tan lenta que haga que los invitados aplaudan cada vez que aparezca un plato nuevo, ni tan rápida que les de la sensación de que si no aprovechan en ese momento, perderán la oportunidad de tomar esa deliciosa piruleta de foie. Lo importante es que los asistentes puedan disfrutar tranquilamente del menú y de los platos.
Pregunta también si se encargará de la decoración de las mesas o es un elemento que debes contratar aparte.
El menú
El menú debe contener alimentos que se puedan comer de uno o dos bocados. Esto es así, porque durante el cóctel los invitados estarán de pie, con una copa en la mano o saludando a otras personas; lo que impide que puedan comer nada que requiera cortar o manipular.
El cóctel debe tener platos fríos, platos calientes y también dulces, en cantidad y variedad suficiente para que los invitados queden satisfechos.
Hablando de dulces, es importante servir dos o tres variedades, incluso aunque se vaya a servir tarta nupcial.
Es importante que los platos no repitan ingredientes y preparaciones, porque se trata de ofrecer variedad.
Si hay algún invitado con alergias alimentarias, es conveniente informar al proveedor que vaya a servir el cóctel, para que ofrezca alternativas. También es importante que los camareros sepan cómo están elaborados los platos, por si algún invitado con alergias o intolerancias pregunta por ello.
Mi consejo es que combines el menú del cóctel con algún corner o con una zona de buffet. A los invitados también les gusta servirse ellos algún plato y dará dinamismo a la recepción. Es importante que los alimentos que se ofrezcan en los corner o en el buffet no estén entre los platos del cóctel. Deben ser totalmente distintos, pero complementando al resto del menú.
Las bebidas
Deben ser variadas y apropiadas para el menú que se sirva.
También debes tener en cuenta que durante el cóctel la gente bebe más que en una comida o cena sentados, por lo que tu proveedor de catering tendrá que preverlo.
Lo ideal es que haya camareros pasando bandejas con las bebidas que tengas contratadas, pero que también haya una mesa (o mesas, según el número de invitados) con bebidas atendida por un camarero; así los asistentes pueden pedir una copa o un refresco cuando lo deseen, sin tener que esperar.
Lo habitual es que se sirvan las siguientes bebidas: agua, refrescos, zumos, vinos (blanco, tinto, rosado y oloroso) y cervezas. Pero eso no significa que no puedas incluir o cambiar algunas bebidas, si lo consideras oportuno. Por ejemplo, puedes pedir que se sirva cava o vermú, si te apetece. En la mayoría de los casos esto llevará un sobrecoste.
Los ambientes, decoración y mobiliario
Debes crear distintos ambientes en la zona del cóctel, para darle dinamismo a la recepción. Si tienes a un grupo de personas durante 2 ó 3 horas, de pie y en un mismo sitio, acabarán con sensacion de agobio y aburrimiento. Si hay distintos espacios, podrán trasladarse de uno a otros y vivir distintas experiencias dentro de la recepción.
Combina las mesas altas con mesas bajas y diferentes zonas para descansar y sentarse. Un acierto es crear algún ambiente tipo lounge, acogedor y cool.
No es necesario que tengas previstas sillas para todos los invitados, puesto que no estarán todos sentados al mismo tiempo. Pero sí las suficientes para que puedan ir descansando según lo vayan necesitando.
Debe haber siempre mesas auxiliares donde los invitados puedan dejar sus copas y menaje usado.
Ten previsto un guardarropa o una zona donde los invitados puedan dejar sus bolsos o sus prendas de abrigo.
La decoración debe ser más sencilla que en el caso de un banquete con los invitados sentados, pero sin renunciar a la personalización.
Ojo, porque la decoración no debería obstaculizar en ningún caso el paso de los camareros mientras sirven el cóctel.
Las flores, los pompones, las guirnaldas y los pequeños espacios con decoración cuidada, son tu mejor baza en un cóctel.
Y, por supuesto, apuesta por la iluminación: las lámparas, velas, linternas o farolillos son tu mejor baza. Úsalos para crear ambientes y para decorar.
La música
No te olvides de la música. Debe ser agradable y con un volumen que permita la conversación. Poco a poco, según se acerque el momento del baile, se puede ir subiendo en cuando a ritmo y volumen, pero siempre de tal forma que facilite la conversación.
La idea es crear un ambiente también con la música, no que sea la protagonista.
Una invitación de boda siempre es una alegría... o no. Hay ocasiones en las que preferiríamos estar sentados en el sillón del dentista a punto de sufrir una endodoncia, antes que asistir a según qué bodas. Porque no nos apetece, porque tenemos que trabajar, porque no tenemos recursos económicos, porque tenemos otro plan que nos atrae más ese día y a esa hora, porque no conocemos a ningún invitado... los motivos para no ir a una boda son de lo más variado. Pero rechazar una invitación no es nada fácil, porque es difícil hacerlo con tacto y salir indemne de ese trance. Para que puedas declinar una invitación con elegancia, aquí tienes algunos consejos que espero que te sean útiles.
Empezando por el principio...
Antes de nada, no rechaces la invitación según la recibes. Valora el verdadero motivo por el que te invitan... y por el que vas a rechazar la invitación. Párate a pensar en las repercusiones que tendrá para ti (y para los novios) el que no acudas a la boda. Y a partir de esas reflexiones, toma una decisión. Pero que tengas que reflexionar antes de rechazar definitivamente una invitación, no significa que esperes hasta el último momento. La organización de una boda no es sencilla, por lo que para los novios (y para la wedding planner) es importante conocer de antemano el número de invitados. No sólo por la distribución de las mesas, que también, sino porque las indecisiones de los invitados les acaban costando dinero. Las fincas, restaurantes y empresas de catering cobran todos los platos contratados a partir de una determinada fecha, acudan los invitados o no. Y eso es una verdadera molestia, como te puedes imaginar.
Cuándo y cómo decírselo
Una vez que hayas decidido declinar la invitación, deberás comunicárselo a los novios.
Para ello deberás utilizar la misma vía por la que te hayan hecho llegar la invitación. Si te la han enviado por correo postal, envía tú también una carta. Si te han enviado un e-mail, responde con otro. Si te han invitado por teléfono, haz una llamada para decir que no podrás ir a la boda. Y si te han invitado en persona, rechaza la invitación también cara a cara.
Si tienes una relación muy cercana con la pareja o te interesa quedar bien, por la razón que sea, mi consejo es que les envíes una carta y un regalo. No hace falta que sea tan costoso como si hubieses asistido, pero sí debe ser un detalle bonito y elegante. Si la invitación es de compromiso, con una simple comunicación es suficiente.
En la redacción de la carta o el e-mail el que declinas la invitación, deberías dar enhorabuena a la pareja por su próxima boda, dar las gracias por haberte invitado y expresar pesar por no poder asistir.
Un ejemplo...
¿Excusas?
Y te dirás... pero aquí falta algo. Enhorabuena, gracias y lo siento, vale... pero ¿y las explicaciones? Pues bien, te diré que lo importante es que te excuses, no que te justifiques. No tienes que dar explicaciones a nadie por no ir, y mucho menos sentirte culpable por dar una negativa como respuesta. Primero, porque cuando somos adultos no tenemos que justificarnos por las cosas que hacemos... al menos si no se trata de nuestro jefe o nuestra madre ;) Y, segundo, porque cuando nos justificamos generalmente es porque estamos mintiendo (o lo parece), o porque no estamos suficientemente seguros de nuestra decisión. Con un "siento de todo corazón no poderos acompañar en ese día tan especial", es más que suficiente. Pero, y siempre hay un pero, hay ocasiones en las que la familia o los amigos más íntimos nos van a pedir explicaciones, sí o sí. En ese caso lo mejor es no mentir... o hacerlo de forma sutil. Cuanto más rebuscada sea la explicación creativa, más fácil es que te pillen en un renuncio; así que es más rentable ceñirse a la verdad, con delicadeza y respeto. Justificaciones que es probable que te traigan problemas:
"Tengo trabajo/una reunión/un viaje/que estudiar". Imagina que te ve algún conocido de los novios cenando con tus amigas o en el cine con los niños... justo ese día en el que tenías esa reunión tan importante que te impedía ir a la boda. Y sabes que Murphy y su Ley andan siempre cerca en estos casos. Pues los novios se van a enfadar y con razón. Por otra parte, si te han invitado con suficiente antelación, el que te surja algo a última hora (y lo aceptes), puede llegar a molestar a los novios, puesto que dará la sensación de que ese compromiso es más importante que su boda.
"Tengo otra boda en la misma fecha". Aunque sea algo lógico que te hayas comprometido con otra pareja si te han invitado con antelación, los novios pueden pensar que son poco importantes para ti y que prefieres a los otros antes que a ellos... ya sabes, esos celos irracionales que se tienen a veces.
"No me gustan las bodas/no conozco a nadie". Los novios pueden pensar que no quieres hacer un pequeño esfuerzo y acompañarles el día de su boda. Se dirán que, al fin y al cabo, todos hacemos cosas que no nos gustan para agradar a los demás. Campo minado, créeme.
"No tengo dinero/estoy en paro". Esta excusa puede ser un arma de doble filo, porque si los novios de verdad desean que vayas, te dirán (de corazón) que no tienes que regalarles nada. Y entonces te verás entre la espada y la pared.
Te sugiero que, digas lo que digas, lo hagas de una forma amable y sutil. No todo es lo que se dice, sobre todo es cómo se dice. Incluso el rechazo de una invitación de boda.
Más...
Si no vas a ir a la boda, pero tienes una buena relación con los novios, procura fijar una fecha en la que podáis veros para poder felicitarles en persona por su enlace.
Si incluso antes de que te llegue la tarjeta, los novios te comentan la fecha de la boda y realmente no podrás acudir, avísaselo inmediatamente. Así el rechazo será menos violento que si ya han cursado la invitación.
Si te ha surgido un imprevisto (verdadero) y no has podido ni acudir a la boda ni avisar a los novios, escríbeles una carta pidiéndoles disculpas y envíales un detalle. Y, en cualquier caso, ten en cuenta que una invitación es una deferencia que los novios tienen contigo, por lo que es importante que trates con delicadeza su rechazo.
Como wedding planner algo que me horroriza son las bodas en serie. Esas bodas que son tan idénticas entre sí, que una acaba teniendo una sensación de déjà vu y no sabe distinguir unas de otras.
En ciertas ocasiones esta falta de personalidad en las bodas es culpa de los propios novios, bien porque no tienen tiempo o ganas para dedicarle, bien porque se ven abrumados por modas y tendencias, y acaban cayendo en la copia de otras copias. Pero en otras es culpa de algunos proveedores, que imponen productos en serie a los novios y que no permiten que se muevan ni un milímetro de esa forma de trabajar cómoda y que les evitan problemas y esfuerzo.
Si quieres una boda personal, aquí tenéis algunos consejos para tratar con los proveedores de vuestra boda.
Vestuario, peluquería y maquillaje
Para personalizar vuestros trajes, vuestros peinados y el maquillaje, es importante tener en cuenta dos puntos: el profesional y la inspiración.
En el caso del profesional, es importante elegir con acierto. Un buen asesor o un buen estilista, debe aconsejar teniendo en cuenta las características físicas, el tipo de boda que se tiene en mente, la época del año, el lugar de celebración... Nunca debe seguir el mismo guión con todos sus clientes, ni guiarse únicamente por las tendencias, porque es la vía más rápida para crear muñecos en serie, en lugar de novias y novios especiales.
Y si hablamos de inspiración, es importante buscar ideas en las redes sociales, en páginas web o en revistas; pero sólo eso, ideas. Luego es imprescindible pasarlas por un filtro personal, para adaptarlas a nosotras mismas. Si no, lo que se consigue es que todas las novias y novios sean iguales, tan originales que acaban siendo copias.
Ceremonia
Si se trata de una ceremonia religiosa, la personalización está más restringida, porque dependerá del párroco que os case y de las normas de la Iglesia. Es muy probable que os impongan al florista, al fotógrafo y al videógrafo. Y también que os pongan restricciones al tipo de música que sonará.
En este casi, mi consejo es que negociéis con el párroco si queréis algún elemento diferenciador, siempre que no se salga de los cánones religiosos. Si utilizáis mucha sutileza (y algún donativo, no nos vamos a engañar), puede que consigáis más que con una discusión agria.
Si es una ceremonia civil en el juzgado o el ayuntamiento, la cosa también se complica en cuanto a la personalización. En este caso debéis preguntar de antemano qué elementos os permitirán introducir o cambiar en el lugar de la ceremonia. En este caso no suelen imponer a los proveedores, pero sí es probable que no os dejen introducir cierta decoración o música en directo.
Si hablamos de una ceremonia simbólica, lo lógico es que el lugar de la ceremonia (que casi siempre es el de la recepción) os permita que le deis vuestro toque personal. En la mayor parte de los casos os cobrarán una cantidad por el montaje, por lo que os deberían dar cierta libertad. También es probable que os impongan al maestro de ceremonias, al DJ o al florista. Si lo que os ofrecen os encaja en vuestro criterio, perfecto; si no es así, negociad el cambio de los puntos que os gustaría personalizar. Cuando están cobrando en algunos casos cerca de los 1.000 € por el montaje y 500 € por la intervención del maestro de ceremonias... lo lógico es que tengáis voz y voto en el asunto.
Fincas, restaurantes, hoteles y empresas de catering
Probablemente sea una de las partidas de la boda donde más fácil es que os intenten obligar a una boda en serie. Y es una de las más visibles, puesto que se lleva una gran parte de la atención... y del presupuesto.
Hay fincas, restaurantes, hoteles y empresas de catering que planifican cada boda como con una plantilla, de tal forma que una vez vista una, vistas todas. Y no me refiero a esos elementos que es de lógica que sean los mismos para todos (vajilla, cristalería, cubertería, etc.), puesto que se trata de un negocio de hostelería; hablo de esos detalles que permiten una mayor personalización: decoración, centros de flores, menús, paneles para el seating, etc.
De hecho, algunos incluso ponen problemas si se desea alquilar fuera o cambiar de proveedor. Unas veces por el síndrome del "siempre se ha hecho así" y otras porque se llevan comisión del florista, el fotógrafo o el maestro de ceremonias... y no quieren perder su pequeño pellizco económico.
Y esta imposición que a veces raya la tiranía, no tiene que ser siempre así...
Mi consejo a este respecto es que negociéis con el lugar donde vayáis a ofrecer la recepción, para que os permitan la personalización que estéis buscando. Porque, al fin y al cabo, vosotros sois los que pagáis y, por lo tanto, lo lógico es que os permitan decidir sobre ciertos aspectos de vuestra boda.
Una boda no es un jersey que se escoge de una estantería de una tienda, no, es un evento único e irrepetible... y que cuesta mucho dinero; así que, lo menos que pueden hacer vuestros proveedores, es ofreceros cierto margen de personalización.
Y si no son razonables, lo ideal es valorar si os compensa lo que os ofrece el lugar teniendo en cuenta las imposiciones y la falta de personalidad que tendrá la boda. Si la balanza no es favorable, cambiad de proveedor; hay muchos.
En algunos casos esa personalización os costará un extra: una cantidad añadida si queréis una mantelería o unas fundas de silla diferentes, un plus por no contratar con sus proveedores (fotógrafos, videógrafos, floristas, etc.) de cabecera; incluso algún dolor de cabeza por tener que negociar duramente con el comercial o el maitre que lleve vuestra boda.
Por supuesto, todo esto dentro de un orden. Una cosa es querer personalizar determinados puntos de la boda y otra forzar a la empresa a realizar cambios que puedan suponerles costes excesivos, daños en sus instalaciones o dificultades extraordinarias.
Por cierto, si el proveedor que sirva la recepción tiene un buen material de serie, es receptivo a vuestras ideas y además os permite personalizar los detalles, ni lo dudéis, es una buena elección.
Floristería
Hay ciertos floristas que trabajan sobre catálogo, es decir, os enseñarán una serie de fotos de productos y os darán a elegir sobre ellos. Eso significa que la novia puede llevar el mismo ramo que han llevado varias docenas de novias más.
Por eso es importante elegir a profesionales que sepan captar el estilo de los novios y de la boda, para traducirlos en lenguaje floral.
Y eso no significa que tengan que ser más caros, sino más profesionales.
Papelería
Hay multitud de webs y de proveedores de papelería en los que las invitaciones, los menús o las tarjetas de agradecimiento sólo se eligen en un catálogo. Lo único que cambia es el nombre de los novios, el lugar, la fecha y la hora de la celebración. Trabajos la mayor parte de las veces correctos, pero aburridos.
Si queréis algo diferente, lo ideal es que os permitan una personalización completa o al menos parcial de la papelería de la boda.
Cuando el presupuesto lo permite, la opción más recomendable, si se quiere algo diferente en cuanto a invitaciones y resto de papel en la boda, es recurrir a un diseñador gráfico y luego a una imprenta que lo lleve a la práctica.
Y si los recursos son pocos, nada como el DiY de la papelería para hacer algo único e irrepetible. La Red está repleta de tutoriales, fuentes gratuitas e imprimibles varios para hacerlo.
Fotógrafo y videógrafo
En nuestro país hay excelentes (pero muy muy buenos) fotógrafos de boda, doy fe. Profesionales que captan cada imagen como si fuese única, con su estilo personal, claro. Pero hay otros que parece que tienen una fotocopiadora en lugar de una cámara... y eso no es lo que queréis como recuerdo de un día tan especial.
Para evitar esto, mi consejo es que pidáis al fotógrafo y al videógrafo que os muestren distintos trabajos. Si cada uno es diferente y no tiene nada que ver con el anterior, adelante, es lo que necesitáis. Si no sabéis dónde comienza uno y dónde termina otro, os sugiero que busquéis otros horizontes.
Un plus: el fotógrafo y el videógrafo ideales son los que consiguen captar la esencia de cada persona y de contar historias.
Maestro de ceremonias
La persona que haga de oficiante en vuestra boda debe personalizar al máximo vuestra ceremonia, porque debe ser la vuestra.
Lo ideal es que personalice el guión y os permita pronunciar vuestros votos (si lo queréis) e incluir lecturas e intervenciones de amigos y familiares.
Evitad a esos oficiantes que ya os dan el guión prefabricado y cuyas ceremonias duran menos que las de un juzgado.
El servicio de un maestro de ceremonias no es barato, por lo que debe ofreceros un buen trabajo y una personalización completa. Para ello debe tener una entrevista con vosotros, a fin de conoceros más y de diseñar y planificar la ceremonia con vosotros. De hecho, tras vuestra primera entrevista, debería entregaros un guión inicial de la ceremonia, sobre el que luego ir haciendo las modificaciones que acordéis.
Música
La música, tanto en la ceremonia como en la recepción es muy importante. Es parte de la personalidad de la boda, por lo que es importante que tenga que ver con vosotros, con vuestros gustos y fobias.
En el caso de la ceremonia, tanto si es grabada como si es en directo, es importante que la elijáis vosotros, porque va a marcar los momentos claves de la ceremonia. Podéis aceptar sugerencias, pero no imposiciones.
Y cuando se trata del DJ, es vital que os permita indicarle los temas que queréis que suenen en vuestra fiesta... y los que no queréis de ninguna manera. También es importante que, si así lo queréis, acepte peticiones de los invitados. O no.
Si no aceptan vuestras indicaciones, mejor que se vayan con la música a otra parte... ;)
Regalos para los invitados
Si vais a comprar los regalos de los invitados, es importante que os permitan personalizarlos, si esa es vuestra idea. Grabados, envoltorios, presentación, tarjetas con el nombre de cada invitado, etc.
La mayor parte de las tiendas on y off-line de artículos de boda tienen productos similares, por lo que la personalización es la baza para ofrecer algo diferente.
Eso os supondrá un extra, pero tendréis exactamente lo que estáis buscando: algo diferente y especial.
Y ahora... ¿ya sabes cómo evitar a los serial killers de las bodas originales?
Naturalidad. Se huye de los encorsetamientos e imposiciones de las bodas clásicas y se busca la espontaneidad.
Las bandas y las diademas son
perfectas para completar un outfit boho. De flores, de tela, de crochet,
de encaje, de metal, de pedrería... 
En
el calzado te puedes permitir la comodidad sin renunciar a la elegancia:
cuñas, alpargatas, zapatos planos, sandalias, botas, incluso los pies
desnudos y decorados con tiras de cadenas, flores o cuentas.
Las flores siempre naturales, frescas o secas. Cuanto más silvestres, delicadas y fragantes, mejor. 
Otras de las protagonistas de una boda boho son las fotos. De vuestros padres, de vosotros de pequeños, de cuando os conocisteis... fotos de todo tipo como elemento emotivo y decorativo al mismo tiempo. 
Si vas a servir una comida o cena sentados, cuida la decoración de las mesas y huye de los formatos demasiado conservadores. Las mesas rectangulares, solas o mezcladas con mesas redondas son perfectas para este estilo de celebración. 
