La experiencia me ha hecho conocer los miedos que suelen atenazar a la mayoría de las novias antes y durante la boda. Algunos de estos temores son fundados y otros no, pero todos afectan en la misma medida.
Precisamente por la angustia que generan, he querido resumir en este post algunos de los miedos más habituales entre las novias y, sobre todo, cómo darles solución.
Sigue leyendo y conjura tus temores...
El mal tiempo
El problema: una de las cosas que más preocupan a las novias es el mal tiempo. Sobre todo les quita el sueño la lluvia, aunque el viento puede ser igual o peor de molesto.
La solución: no se puede controlar la meteorología, pero sí se pueden buscar soluciones que mitiguen sus efectos. Algunas de ellas son: elegir una fecha en la que sea menos probable que haga mal tiempo, consultar las previsiones a medio y corto plazo para ese día, concretar un posible plan B para la ceremonia y la recepción, tener prevista una carpa y paraguas para los invitados en caso de lluvia, no llevar velo y asegurar la decoración exterior si sopla viento fuerte, etc.
Y el mejor consejo que te puedo dar: disfruta de tu boda independientemente del tiempo, lo que importa es que habéis decidido dar ese paso y que lo vais a compartir con la gente que os importa.
Que vaya mucha menos gente de la que está invitada
El problema: uno de los quebraderos de cabeza de las novias es que la lista de invitados final sea demasiado corta, porque muchos invitados declinen asistir y la boda quede deslucida.
La solución: escoger una fecha que no sea problemática para la mayor parte de los invitados, elaborar una lista sin compromisos y sin invitados de relleno, sondear a los posibles invitados para saber si podrían asistir antes de enviar nada, solicitar confirmación en las invitaciones y llamar a los invitados previamente para confirmar la asistencia, etc.
Que algún proveedor falle
El problema: un temor que suelen tener la mayoría de las novias es que alguno de los proveedores no se presente o se retrase; desde el maestro de ceremonias al fotógrafo o el DJ.
La solución: escoger cuidadosamente a los proveedores, firmar un contrato de prestación de servicios (siempre por escrito), no pagar el total de la factura por adelantado, tener en mente un plan alternativo o elaborar un listado de proveedores suplentes, por si acaso.
Equivocarse con los proveedores
El problema: un motivo frecuente de desasosiego es el equivocarse con los diferentes proveedores de la boda: el maestro de ceremonias, el florista, el decorador, el fotógrafo, el catering, del DJ, el chófer...
La solución: busca opiniones de otros clientes, pide que te muestren trabajos previos, en el caso del catering haz pruebas de menú, visita previamente los espacios preparados para otras bodas, acude a actuaciones del maestro de ceremonias o el DJ siempre que sea posible... Y, sobre todo, fíate de tu intuición. Por muy recomendado que esté un proveedor, si te da mala espina, busca otro.
El vestido
El problema: los miedos aquí son de todo tipo: que no lo tengan listo a tiempo, que los arreglos no hayan quedado perfectos, que no les guste una vez puesto, que no sea el adecuado, que se manche, que se rompa, que se pierda...
La solución: elige el vestido cuidadosamente, procurando que te guste sobre todo a ti, que sea apropiado para tu fisionomía y que encaje con el lugar donde se celebrará la boda y la época del año, hazte las pruebas que sean necesarias hasta que esté perfecto, no recojas el vestido el mismo día de la boda por si fuesen necesario nuevos ajustes, guarda el vestido en un lugar en el que no entren niños ni mascotas, ten un vestido de fiesta de repuesto que puedas utilizar en caso de emergencia...
Los zapatos
El problema: muchas novias se sienten intranquilas por los zapatos que llevarán ese día, por si serán cómodos, si les apretarán o les quedarán demasiado amplios, si les provocarán rozaduras, si resbalarán sus suelas...
La solución: cómprate los zapatos pensando en la estética, pero también en la comodidad. Pruébatelos al final del día, para que los pies estén ya algo hinchados y cansados; y si vas a llevar medias llévalas puestas para la prueba. Anda con ellos un buen rato por la tienda para ver cómo te encajan. Ten presente el tipo de suelo por el que andarás ese día y la época del año en que se celebrará la boda. Trata las suelas de los zapatos para que no resbalen, lijando la suela o aplicándole algún producto antideslizante. Y, por supuesto, ten un par de repuesto para cambiarte a la hora del baile si quieres estar más cómoda.
El ramo de novia
El problema: también suele ser motivo de ansiedad el no saber llevar el ramo de novia con cierta dignidad.
La solución: practica antes con un ramo artificial y sigue nuestros consejos para lucir el ramo de novia con acierto. Y, por último, ten presente que si los nervios ese día te hacen llevarlo de forma algo desgarbada, tampoco pasa nada.
El peinado
El problema: el peinado de novia también suele ser motivo de intranquilidad. Preocupa si será el apropiado, si realmente será el más favorecedor, si se mantendrá perfecto hasta el final de la boda...
La solución: busca una peluquería que te inspire confianza y en la que se preocupen de escucharte, de saber cómo será el vestido, el estilo de la boda y que sepa encontrar un punto medio entre lo que quieres y lo que te favorece. Y, por supuesto, que te hagan una prueba de peinado hasta encontrar el que sea perfecto para ti.
El maquillaje
El problema: suele provocar cierta angustia el que se mantenga intacto hasta el final de la fiesta, que no sea el más adecuado para las fotos, que no favorezca, que manche el vestido, etc.
La solución: al igual que en el caso del peinado, es importante encontrar a una maquilladora profesional que conozca bien el maquillaje de novia, que te escuche y que trabaje con buenos productos. Y, desde luego, es importante cuidar la piel un tiempo antes de la boda para que esté perfecta para el gran día. Para conseguir esa piel perfecta nada como una buena higiene facial unos días antes, no tomar el sol ni rayos UVA sin control, hidratarse por dentro y por fuera, llevar una buena alimentación y hacerse los tratamientos de cabina que sean necesarios.
Llorar
El problema: un temor habitual es el de llorar y que el maquillaje se arruine, los ojos enrojecidos o manchar el vestido con las lágrimas mezcladas con la máscara de pestañas.
La solución: un maquillaje waterproof y de larga duración es lo más importante. También tener un paquete de pañuelos de papel a mano y tener cuidado de no restregar las lágrimas, sino de enjugarlas con pequeños toquecitos. Para los ojos enrojecidos, lo mejor es que alguien de tu confianza lleve un colirio monodosis para que puedas aplicártelo si lo necesitas. Y llora tranquila, que son lágrimas de felicidad.
Olvidar los votos
El problema: un miedo muy frecuente es el de olvidar los votos, quedarse sin voz o tartamudear mientras se pronuncian.
La solución: aprenderse los votos de memoria es una opción, aunque no suele ser recomendable, porque los nervios pueden hacer que las palabras desaparezcan de tu mente como por arte de magia. Lo ideal es llevar los votos escritos en una o varias tarjetas de cartulina, escritas con una tipografía grande y bien legible; así podrás leerlos, recordar lo que se te olvide o, simplemente, sentirte más segura para pronunciarlos aunque te los sepas de memoria.
Tropezar
El problema: algunas novias incluso tienen pesadillas en las que se ven tropezando a la entrada de la ceremonia, en el pasillo nupcial o en baile, mientras los invitados miran atónitos como cae... y lo graban con sus móviles para colgar la caída en todas las redes sociales habidas y por haber.
La solución: que en el lugar donde compres el vestido te enseñen a andar con el vestido sin tropezar. Una buena modista o una buena asesora se saben todos los trucos para manejar cualquier vestido. Además, deberías saber que llevar una buena postura, andar con paso firme y mirar al suelo solamente bajando los ojos (en lugar de la cabeza), te asegurarán una entrada triunfal y no tropezar. Y ojo a los zapatos, que deben estar bien ajustados y con la suela antideslizante.
No salir bien en las fotos
El problema: las fotos de boda son importantes, puesto que son lo único material que quedará de ese gran día; así que para la mayoría de novias salir bien en esas fotos es una gran preocupación. Sobre todo si no se consideran fotogénicas o no les gusta demasiado salir en las fotos.
La solución: elige un buen fotógrafo con el que te sientas cómoda, de esos que trabajan tan bien que casi te olvidas que están ahí con su cámara, pendientes de ti. También puedes seguir nuestros consejos para salir perfecta en las fotos.
Que alguien acapare el protagonismo
El problema: siempre está presente el temor de que alguna invitada se presente vestida de blanco o, peor aún con un outfit tan espectacular que eclipse el suyo.
La solución: tienes dos opciones posibles. Una es mandar sutilmente a la invitada a su casa, la otra es no hacer ni caso, porque se haya vestido como se haya vestido, en una boda la protagonista es la novia, y punto.
Las comparaciones
El problema: muchas novias temen que las comparen con otras que se hayan casado antes, desde su físico hasta sus zapatos.
La solución: hacer oídos sordos. Tú eres incomparable y preciosa, mucho más en el día de tu boda. Si a alguien no le gusta cómo eres o cómo vas vestida y pretende compararte negativamente con otra novia, el problema lo tiene esa persona, no tú. Es tu día y has invertido tiempo, esfuerzo y dinero en estar radiante, ¿qué persona decente te va a decir que no lo estás?
Que se se note que se ha copiado
El problema: si se han copiado muchas ideas de las redes sociales o de otras bodas, hay novias que temen que se note demasiado y que sea motivo de críticas y mofa.
La solución: que te inspires, no que copies. Pasa todas las ideas bonitas que quieras poner en práctica y pásalas por tu filtro personal, interprétalas según tu estilo. Y si alguien se da cuenta que has copiado y critica, ¿a quién le importa?
Las flores
El problema: otro de los puntos que preocupan a las novias es el estado de las flores: de su ramo de novia, del prendido del novio, de los arreglos de la ceremonia y de la decoración de la recepción.
La solución: elegir un florista profesional y escoger flores adecuadas para la temporada. También es importante exigir al responsable del espacio donde se celebre la ceremonia y la recepción que permitan al florista trabajar con tiempo y medios suficientes para que la decoración se mantenga perfecta.
Que la comida sea mala
El problema: la comida y la bebida son fundamentales en la boda, así que las novias (y los novios, of course) temen que no estén a la altura. También se puede incluir aquí el servicio de los camareros y resto del personal implicado en la recepción.
La solución: la mejor forma de prevenir que la comida y la bebida sean de mala calidad es pedir opiniones acerca del proveedor, elegirlo con cuidado, hacer las pruebas de menú que sean necesarias hasta encontrar la calidad que buscas y escoger el menú de forma inteligente, teniendo en cuenta el número de invitados, la estación y el estilo de la boda.
Meter la pata en el baile nupcial
El problema: otro de los temores habituales es el de hacer el ridículo en el baile nupcial, bien porque se olvidan la coreografía, bien porque tropiezan o se caen en el intento.
La solución: preparar un baile sencillo en el que sea difícil equivocarse o tropezar, si sabes manejar el vestido no tendrás mayor problema. También puedes evitar una catástrofe si ambos vais a clases de baile y os preparan una coreografía personalizada. Y si la coreo es difícil y tu vestido tiene una falda voluminosa y con cola, lo mejor es que te cambies para el baile.
Que la pista de baile esté vacía
El problema: todos sabemos que el éxito de una fiesta se mide por la cantidad de gente que está bailando en la pista y por la dificultad en sacarles de ella una vez que llega la hora de su final.
La solución: un buen DJ, una música muy bailable y para todos los públicos y, si te gusta la idea, contratar animadores para el baile.
Invitados fuera de tono
El problema: uno de los motivos de angustia es el comportamiento de los invitados: peleas, borracheras, comportamientos inaceptables...
La solución: tener a algunas personas de confianza que estén al tanto de posibles altercados y se encarguen de solucionar estos problemas sin que ninguno de vosotros dos os enteréis. Y si llegan a ocurrir, lo más importante es que no te amarguen un día tan especial. Haz como Scarlata O'Hara en "Lo que el viento se llevó": ya pensaré en eso mañana.
Arruinarse
El problema: la mayor parte de las novias (y novios) temen que el coste de la boda se vaya de las manos y acabe siendo una ruina para la economía de la pareja, en el caso de que no reciban ayuda de los padres.
La solución: marcarse un presupuesto realista y seguirlo a rajatabla, decidir en qué partidas de la boda prefieres gastar más dinero y eliminar costes superfluos, esas son las tres recetas mágicas para no dejar la cuenta corriente en números rojos.
¿Tienes tú algún miedo especial relacionado con tu boda?
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La primera vez que apareció el post Cosas que (Casi) Todas las Novias Temen fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?
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