Una de ellas son los hoteles urbanos. Aunque hace años era una elección habitual para los novios, otras localizaciones les han ido ganando terreno. Aunque pueden resultar muy interesantes, más ahora que hay una gran oferta de hoteles de reciente creación o remodelados, con instalaciones y servicios de calidad.
A continuación os doy mi visión profesional de las ventajas y desventajas de casarse en un hotel y algunos consejos si os decidís por esta opción.
Ventajas
Los hoteles son establecimientos que, en general, tienen experiencia sobrada a la hora de organizar eventos, tanto particulares como de empresa. Eso da una cierta garantía a la hora de confiarles la boda. Más aún si son grandes y/o de una cierta categoría.
Esa experiencia facilita que la organización sea una maquinaria bien engrasada, lo que siempre redunda en la tranquilidad de los novios... y de la wedding planner.
Los hay que, incluso, cuentan con una zona exterior para celebrar ciertos momentos de la boda: jardines, terrazas, áticos... Y las vistas suelen ser realmente espectaculares.
En muchas ocasiones cuentan con un departamento especializado para la planificación y coordinación de eventos, que suele ayudar a los novios en la organización o colaborar estrechamente con la organizadora de bodas que haya contratado la pareja.
Suelen tener unas instalaciones bien preparadas, tanto en las zonas de acceso al público, como en las que tienen que ver con el funcionamiento interno del hotel.
Autor foto: Luz Norte Studio |
Otra de las ventajas es el personal que, generalmente, está más cualificado que en el caso de otro lugares de celebración. Normalmente los hoteles suelen tener un equipo habitual, con el que cuentan tanto para la marcha habitual del restaurante del hotel como para los eventos. Así el personal de sala conoce perfectamente las instalaciones y está habituado a trabajar en equipo, lo que facilita la calidad en el servicio.
La celebración de los hoteles no está sujeta a los caprichos del clima, puesto que suelen llevar a cabo la ceremonia, el cóctel, la recepción y la barra libre en espacios cerrados. Incluso si cuentan con jardín o terraza, en sus instalaciones es mucho más sencillo poner en marcha un "plan B".
Los hoteles, en general, ponen a disposición de los novios paquetes y descuentos muy interesantes. Esos paquetes pueden incluir desde servicios a alojamiento. Los hay que incluso ofrecen una noche de alojamiento y algún detalle especial para celebrar el primer aniversario.
Suelen tener un fácil acceso, algo que agradecen los invitados por comodidad y vosotros por economía, puesto que no tendréis que contar con autobuses para desplazarles. Los que están en el centro de la ciudad permiten que los invitados se puedan mover, además de en su vehículo particular, en transporte público.
Muchos hoteles, además, tienen servicio de parking, tanto para los novios como para los invitados.
La celebración en un hotel permite que os alojéis antes y después de la boda. Eso os permitirá vestiros antes de la ceremonia con total libertad, cambiaros de ropa si es necesario, refrescaros, terminar la fiesta sin pensar en el desplazamiento posterior y levantaros tranquilamente al día siguiente con un buen desayuno esperándoos.
Y para los invitados que sean de fuera o que no quieran conducir después de la barra libre, el alojamiento también es una gran opción.
Otro atractivo de muchos hoteles son los servicios añadidos que prestan: peluquería, maquillaje, spa, piscina, etc.
Inconvenientes
Algunos hoteles tienen instalaciones antiguas que pueden no encajar demasiado bien con parejas con un estilo moderno y poco convencional.
Hay hoteles con unas espacios limitados, que pueden ser insuficientes para albergar a todos los invitados que tengáis en vuestra lista.
En ocasiones los departamentos de eventos no están suficientemente preparados para organizar bodas, puesto que suelen centrarse más en eventos de empresa; por lo que les falta la soltura y formación necesaria para conseguir una boda cuidada y especial.
La personalizacion, tanto de la decoración como del menú suele ser complicada, puesto que las políticas de los hoteles suelen ser bastante estrictas en estos temas.
En muchos casos se pierde intimidad, puesto que el hotel no puede cerrar zonas comunes sólo para vosotros. Os pongo un ejemplo: un hotel con piscina, en el que queráis celebrar la ceremonia en el jardín en el que está situada. Si se lleva a cabo antes de que cierre oficialmente la piscina, los clientes pueden estar paseando por la zona no acotada (y en bañador) mientras os casáis. Y dad por hecho de que lo harán, lo mismo que tendréis espectadores desde las ventanas que den a esa zona. Y no podréis hacer nada al respecto. O si celebráis la recepción en el ático de un hotel, pero sólo reserváis una zona. En el espacio no acotado podrán circular otros clientes, tomándose copas o cenando, mientras que comentan todos los pormenores de vuestra boda.
Ciertos hoteles imponen a los proveedores: maestro de ceremonias, floristería, la papelería, el fotógrafo o el DJ.
Los horarios pueden tener restricciones. Por una parte, pueden tener una hora temprana de finalización de la barra libre, para no molestar a los huéspedes alojados en el hotel. Y, por otra, pueden estar sujetos a la normativa municipal de ruidos, si la celebración es en un jardín o un ático.
Consejos
Elegid un buen hotel, no sólo por su número de estrellas o porque sea vagamente conocido. Preguntad a amigos y familiares o consultad por Internet para tener otras opiniones.
Os recomiendo un hotel urbano grande, pero no mastodóntico, porque os acabarán ofreciendo una boda en serie, no en serio. Si son capaces de alojar 10 bodas en un mismo día, lo más probable es que no puedan dar un servicio cuidado y con una atención personalizada a cada una de las parejas.
Comprobad todas las instalaciones donde se celebrará cada paso de la boda. Y verificad si cumplen con los requitos que necesitáis en cuanto a espacio, accesibilidad, decoración y confort.
Espacio para ceremonia en Ayre Gran Hotel Colón (Madrid) |
Revisad si tienen todavía moqueta en sus instalaciones, porque no es lo más confortable para la celebración de una boda. Especialmente en la zona de barra libre, porque es muy difícil bailar con ese tipo de suelo.
Informaos acerca de los servicios que ofrece el hotel: alojamiento, parking, belleza, ocio...
Consultad acerca de la posibilidad de un "plan B", en caso de que alguna de las partes de la boda se celebre en el exterior.
Hablad no sólo con el comercial, sino también con la persona se encargará de la coordinación. Es imprescindible que os cause una buena impresión y que os de confianza.
Fijaos en el trato de todo el personal con el que os crucéis, no sólo del comercial. Desde el recepcionista hasta el camarero que os sirva una infusión en la cafetería, todos ellos son un espejo de lo que os encontraréis el día de la boda. Porque el que os vayáis a gastar un dineral no siempre asegura un buen trato, si yo os contara... Por eso es importante buscar un hotel con una política de excelencia en la atención al cliente.
Preguntad sobre las posibilidades de personalización de los elementos de os interesen: menú, composición de la barra libre, decoración, arreglos florales, iluminación, música, proyecciones de vídeos o imágenes...
Buscad un hotel con una oferta gastronómica atractiva y de calidad.
Preguntad si hay restricciones en cuanto a horarios o volumen de la música.
Y si algo no os convence, negociad, negociad y negociad. Habrá muchas cosas que no os podrán (o querrán) concederos, pero un hotel de una cierta categoría estará abierto a hacer algunas concesiones.
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La primera vez que apareció este artículo fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?
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