Las casas rurales son un destino cada vez más popular para pasar un fin de semana o incluso unas vacaciones completas. Los motivos son obvios: se está en contacto con la naturaleza, tienen precios competitivos, se tiene más privacidad que en un gran hotel, suele haber más tranquilidad y silencio que en otro tipo de alojamientos...
Y también son espacios que los novios tienen muy en cuenta a la hora de celebrar su boda. Si hasta hace poco era una rareza que una pareja eligiese una casa rural para casarse, ahora es algo muy frecuente.
La predilección (u obligación) de reducir de forma drástica la lista de invitados, la búsqueda de recintos originales (sobre todo al aire libre), la búsqueda de la privacidad y el hecho de adecuar el coste de la boda a presupuestos más reducidos, han convertido a las casas rurales en espacios muy a tener en cuenta a la hora de organizar la boda.
Personalmente, me parecen una opción excelente y llena de posibilidades. Siempre que se tengan claros los pros y los contras de una casa rural, y que se le sepa sacar todo el partido posible.
Si estáis valorando este tipo de recintos, a continuación encontraréis los puntos básicos a tener en cuenta a la hora de organizar una boda perfecta en una casa rural.
Mejor para bodas íntimas
Una casa rural es el escenario perfecto para bodas íntimas. Si queréis celebrar una boda con muchos invitados, tendríais que recurrir a una con mucho espacio disponible, a las que tienen varias casas en el mismo complejo o a esas pequeñas aldeas gestionadas al completo por un mismo proveedor.
Comprobad el aforo permitido en la casa rural y no lo superéis, por muy flexibles que se muestran los propietarios.
Ubicación
A la hora de elegir una casa rural es importante tener en cuenta su ubicación. Valorad la distancia a la que está de la población en la que residan la mayor parte de los invitados, el estado de los accesos a la casa, la zona natural que la rodea, el paisaje, el clima que hará en la época en la que celebréis la boda...
La distancia es decisiva por varios motivos. En primer lugar, por vuestros propios desplazamientos. Pensad que tendréis que ir y venir varias veces a la casa, y eso supone tiempo y dinero. También tendrán que hacer varios viajes los proveedores, en caso de que tengan su base de operaciones en una ciudad alejada. De hecho, la mayoría os cobrará un extra por ese concepto. Y, por supuesto, también tendréis que tener en cuenta que los invitados tendrán que desplazarse, y eso supone un esfuerzo y un coste, que quizás algunos de ellos no quieran asumir.
Los accesos también tienen su importancia. Si la única forma de llegar a la casa rural es una carretera en mal estado o un largo camino sin asfaltar, puede que eche para atrás a proveedores e invitados. Por no hablar de los posibles accidentes o desperfectos en los vehículos.
También influye el espacio natural y el paisaje, sobre todo si tenéis intención de celebrar la boda al aire libre. También es importante su atractivo y su practicabilidad si queréis una boda de fin de semana, en la que los invitados puedan aprovechar para hacer excursiones y actividades en el exterior. Y por las fotos, por supuesto.
Y, desde luego, debéis tener en cuenta el clima que suele hacer en las fechas en las que vaya a tener lugar la boda. Porque no es lo mismo el mal tiempo en una ciudad, que en una zona rural.
Espacio
Analizad si la casa cuenta con espacio suficiente para todo lo que queráis organizar: ceremonia, recepción, comidas o cenas pre y postboda, actividades... Hay algunas que disponen de diferentes zonas que se pueden utilizar para actividades comunes, pero otras están más orientadas al mero alojamiento, así que evaluad cuidadosamente el espacio que os ofrecen.
Alojamiento
Otro punto a tener en cuenta es la capacidad de alojamiento que tenga la casa rural. Si queréis que varios invitados o incluso todos ellos duerman allí, tiene que ofrecer habitaciones para albergaros a todos. Si no es posible, sería conveniente que hubiese alojamientos cerca para que puedan dormir allí. Esto es imprescindible si queréis una boda de fin de semana.
Normalmente son los invitados los que pagan su alojamiento, por lo que el precio de las habitaciones debe ser razonable para todos los bolsillos. Así que tenedlo en cuenta antes de hacer reservas, porque os podéis encontrar con invitados que no asistirán porque no pueden costeárselo... o que tienen que hacer un esfuerzo económico que no se pueden permitir y que harán por vosotros a pesar de todo. Si os vais a hacer cargo vosotros del alojamiento de todos, valorad si entra dentro de vuestro presupuesto.
Si el alojamiento no es posible para todos y el acceso es difícil, pensad que los invitados tendrán que volver a sus casas conduciendo y generalmente de noche.
Comprobad cómo son las habitaciones y los servicios que ofrece la casa, porque tendrán que ser mínimamente confortables para todos los que os alojéis allí. Según las edades y el tipo de invitados, tendrán que tener más o menos comodidades, pero lo mínimo serían camas para todos, electricidad, calefacción o aire acondicionados (si el clima los hace necesarios), baños completos para todos, que se puedan servir desayunos y comidas preparadas en el mismo recinto (o que se puedan servir por parte de un proveedor externo o que tenga establecimientos hosteleros cerca), una zona para poder dejar los vehículos aparcados de forma segura, WiFi (sí, habrá muchos invitados que no puedan vivir sin conectarse, incluso le será útil a los proveedores y a vosotros mismos) y que no se incumpla ningún tipo de legislación municipal o medioambiental...
También es recomendable comprobar si tienen una habitación (o dos) para vosotros que esté bien acondicionada, puesto que también la usaréis para peinaros, maquillaros, vestiros y retocaros ese día. Si no os vais a alojar allí, al menos os las deberían alquilar para ese fin, como habitación privada. Y, por supuesto, es vital que tengan baño privado.
Proveedores y servicios
Comprobad si hay proveedores cerca de la casa, por si os pudiese interesar lo que os ofrecen. Incluso si tenéis ya elegidos a los vuestros, no está de más saber si hay alternativas cerca por si hubiese un imprevisto.
También debéis consultar a los proveedores que elijáis, si no son locales, si pueden servir los productos o prestar los servicios en la casa que hayáis elegido. Esto es fundamental cuando se trata de peluqueros, maquilladores, de los floristas, del catering... Hay algunos que quizás no quieran desplazarse muchos kilómetros para atenderos.
Gastronomía
La gastronomía es otro punto muy a tener en cuenta. En algunas casas os podrán preparar la comida o la cena en sus instalaciones, pero es muy probable que tengáis que recurrir a una empresa de catering o a un restaurante cercano. Eso implica que la comida que se sirva debe trasladarse, manipularse, finalizarse y servirse en perfectas condiciones en cuanto a calidad y seguridad. Si el suministro eléctrico no es suficiente para que el catering o el restaurante puedan mantener la refrigeración, usar hornos o freidoras, tendréis que contemplar la posibilidad de alquilar un generador.
Las casas rurales permiten ofrecer alternativas a la tradicional recepción, como son las barbacoas o los picnics, sopesad si os interesan más. En cualquier caso, mientras estemos sujetos a las restricciones por el COVID19, será necesario ceñirse a la normativa aplicable en cada momento.
Os recomiendo que introduzcáis alimentos o platos propios de la zona en la que esté situada la casa rural. Los invitados agradecerán ese detalle, la comida será de mejor calidad y aportaréis vuestro granito de arena a los productos y proveedores locales.
Decoración
Debéis consultar con el responsable de la casa rural si es posible llevar mobiliario, decoración o iluminación al recinto, y las condiciones en las que os permitirían hacerlo.
A la hora de decorar es recomendable respetar la propia arquitectura, el entorno natural y el espíritu rural. Por ejemplo, no tiene sentido llevar una deco urbana a una casa rural. Tampoco quiere decir que tengáis que usar únicamente balas de heno, azadones, carretas y cubos de zinc, pero sí que tenga cierta coherencia con el espacio que habéis escogido.
Aprovechad los espacios interiores y exteriores como base de la decoración, os facilitará las cosas y os ahorrará dinero. El exterior es un valor en sí mismo, así que sacadle partido. Si por el clima no es posible, procurad que se integre en el interior gracias a las ventanas.
Entretenimiento
También os aconsejo que preguntéis si podréis llevar un DJ o que haya alguna actuación en vivo dentro o fuera de la casa, tanto por las condiciones técnicas (espacio disponible, suministro eléctrico, etc.) como por la restricciones en cuanto al volumen (sobre todo si está cerca de una zona poblada o hay otros huéspedes ajenos a la boda) y al horario.
Mundo animal
Si vosotros y varios de los invitados tenéis mascotas, quizás podáis consultar la posibilidad de que el espacio las admita.
Y tened en cuenta que, además de las mascotas, es posible que haya otros invitados del reino animal. Unos más adorables, como ardillas, pájaros, salamandras, lagartijas y animales de granja. Y otros algo más incómodos, como los mosquitos, las moscas o las arañas. Es importante que sepáis que, por mucho que se limpien y se desinsecten las casas, si están en el campo tendrán visitantes dentro y fuera de ellas.
¿Os gusta la idea de celebrar vuestra boda en una casa rural? Si es así y necesitáis ayuda, no dudéis en consultar con ¿Quién Dijo Boda?
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La primera vez que apreció el post Cómo Organizar una Boda en una Casa Rural fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?
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