Lecturas

Aquí puedes encontrar lecturas para ceremonias civiles y católicas. Espero que te sean de ayuda.


 

Aquí tenéis una pequeña selección de textos para bodas. Poco a poco irá creciendo y, para ello, os invito a que participéis enviándonos vuestros textos y frases más emotivas.


Hagamos un trato

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted

es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Mario Benedetti
 
Amar es querer la felicidad del otro

El amor jamás es acoso, es alegría, libertad, fuerza.

Y es el amor el que mata la angustia.

Allí donde falta el amor, nace el miedo y el aburrimiento.

El amor es arrebato, el amor es entusiasmo, el amor es riesgo.

No aman y no son amados, aquellos que quieren ocultar ó esconder sus sentimientos.

El amor es generosidad, el amor es entrega, el amor es intercambio.

Quien da mucho, recibe mucho a fin de cuentas

Porque nosotros poseemos aquello que damos.
Amar no es dañar al otro, dominarlo, sino acompañarlo en su camino
y ayudarlo.

Saber aceptar al otro tal como es

Alegrarse de la felicidad que logre.

Amarlo en su totalidad, porque él es lealtad y belleza, defectos y cualidades.

He aquí las condiciones del amor.

Porque el amor existe en virtud de la indulgencia, del perdón y del respeto al otro.

Martin Gray
 
El Profeta
El Amor.
El amor no da nada sino sí mismo y no toma nada sino de sí mismo.
El amor no posee, tampoco es poseído;
Porque el amor basta al amor.
Cuando tienes el amor no debes decir que «Dios está en mi corazón» sino mejor, «yo estoy en el corazón de Dios».

Kahlil Gibran

 Dime que sí Rafael Alberti
Dime que sí,
compañera,
marinera,
dime que sí.

Dime que he de ver la mar,
que en la mar he de quererte.
Compañera,
dime que sí.

Dime que he de ver el viento,
que en el viento he de quererte.
Marinera,
dime que sí.

Dime que sí,
compañera,
dime,
dime que sí.

Rafael Alberti
 
20 poemas de amor y una canción desesperada – Poema XII
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
 Pablo Neruda



Cuando por fin se encuentran dos almas
Cuando por fin se encuentran dos almas,
Que durante tanto tiempo se han buscado una a otra entre el gentío,
Cuando advierten que son parejas,
Que se comprenden y corresponden,
En una palabra, que son semejantes,
surge entonces para siempre una unión vehemente y pura como ellas mismas,
una unión que comienza en la tierra y perdura en el cielo.
Esa unión es amor,
amor auténtico, como en verdad muy pocos hombres pueden concebir,
amor que es una religión,
Que deifica al ser amado cuya vida emana
Del fervor y de la pasión y para el que los sacrificios
Más grandes son los gozos más dulces.

Víctor Hugo



Cartas a Claudia

Quiero que me oigas sin juzgarme,
Quiero que opines sin aconsejarme,
Quiero que confíes en mí sin exigirme
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mi,
Quiero que me cuides sin anularme
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mi
Quiero que me abraces sin asfixiarme
Quiero que me animes sin empujarme
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mi
Quiero que me protejas sin mentiras
Quiero que me acerques sin invadirme
Quiero que conozcas las cosas mías que mas te disgusten
Que las aceptes y no pretendas cambiarlas
Quiero que sepas....que hoy puedes contar conmigo....
Sin condiciones...

Jorge Bucay



El árbol de los amigos

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren todo el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas las vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro papá y nuestra mamá, nos muestra lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.

Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies, cosquillitas a nuestro estómago, etc.

También existen aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a los amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre hoja y otra.

El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.

Pero lo que nos deja más felices es darnos cuenta que aquellas que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre... simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevaron mucho, pero no habrá de los que no nos dejaran nada.

Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por causalidad.


Jorge Luis Borges



La rosa  - Fragmento de “El Principito”

El Principito habla con el zorro al que ha "domesticado", es decir, del que se ha hecho amigo pero ha llegado la hora de marcharse. El zorro le ha prometido que le revelará un secreto antes de que se vaya. Va al jardín a ver las rosas antes de marcharse. Él tiene en su planeta una rosa que es especial para él, esa rosa especial le ha "domesticado el corazón" y ahora sabe lo que se siente... "El Principito fue a ver nuevamente a las rosas:
- No sois en absoluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo. Y las rosas se sintieron bastante molestas.
- Sois bellas, pero estáis vacías -les dijo aún-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo una campana de cristal. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con un biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvó dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a la que escuché quejarse, o alabarse, o también, algunas veces callarse. Puesto que es mi rosa.
Y se volvió adonde estaba el zorro:
- Adiós -dijo.
- Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
- Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el Principito, a fin de acordarse.
- El tiempo que perdiste por tu rosa es lo que hace a tu rosa tan importante -dijo el zorro.
- El tiempo que perdí por mi rosa... -dijo el Principito, a fin de acordarse.
- Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable de para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
- Soy responsable de mi rosa... -repitió el Principito, a fin de acordarse.

Antoine Saint Exupery



Rezar juntos, pero también hablar y reír juntos. Intercambiar
favores, leer juntos libros bien escritos. Estar juntos bromeando y
juntos serios. Estar a veces en desacuerdo para reforzar el acuerdo
habitual. Aprender algo unos de otros o enseñarlo los unos a los otros.
Echar de menos a los ausentes con pena, acoger a los que llegan con
alegría y hacer manifestaciones de este estilo y del otro, chispas del
corazón de los que se aman y atraen, expresados en el rostro, en la
lengua, en los ojos, en mil gestos de ternura, y cocinar los alimentos
del hogar en donde las almas se unan en conjunto y donde varios no
sean más que uno.
San Agustín




El amor es una gran cosa, si, una grandiosa y cabalmente buena,
Por que el mismo hace lo pesado liviano;
Y soporta uniformemente todo lo que es desigual. Lleva una carga que no lo es; el no será dejado atrás por algo bajo y mezquino; el desea ser libre de todos los males de las palabras, y no ser enredado por cualquier aparente prosperidad, o por cualquier subyugada adversidad.
El amor no siente la carga, está fuera de los problemas, atempera lo que está por encima con fortaleza, sin excusas para lo imposible. Y está en consecuencia disponible para emprender todas las cosas, y completar muchas de ellas, y asegurar a ellos su efecto, Donde quien no ama desfallecerá y caerá.
Aunque se aburra, no se cansa; aunque presione no se angosta; aunque alarme, no confunde; pero es una flama viviente que se fuerza a sí mismo hacia arriba y seguramente pasa a través de ella.
El amor es activo y sincero, audaz, paciente, creyente, prudente y valiente.

Tomás de Kempis



El Amor

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o un címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo amor, nada soy.
Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no hace mal, no se ensancha;
No es injurioso, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;
No se alegra de la injusticia, mas se alegra de la verdad;
El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Y ahora permanecen tres virtudes la fe, la esperanza, y el amor, de estas tres, la más grande es el amor.


I Corintios XIII




Habla la vela de vuestra boda

Dejad que arda una vela el día de vuestra boda.
Es un símbolo que alumbra y acompaña.

Después de pasados algunos años debe recordaros lo que hoy os habéis prometido.

La vela del día de vuestra boda os susurra al oído:

"Lo he visto. Mi llama estaba presente cuando os cogisteis las manos y regalasteis vuestro corazón.

Soy algo más que una simple vela. Soy un testigo mudo en la casa de vuestro amor y continuaré viviendo en vuestro hogar.

En los días en que brille el sol no necesitaréis encenderme.

Pero cuando sintáis una gran alegría, cuando un niño esté en camino o cualquier otra bella estrella brille en el horizonte de vuestras vidas, encendedme.

Encendedme cuando anochezca, cuando irrumpa en vosotros una tormenta, cuando surja la primera pelea.

Encendedme cuando haya que dar el primer paso y no sepáis cómo; cuando sea necesaria una explicación y no encontréis las palabras; cuando queráis abrazaros y los brazos estén paralizados, encendedme.

Mi luz será para vosotros un signo claro. Habla su propia idioma, el idioma que todos entendemos.

Soy la vela del día de vuestra boda.

Dejadme arder mientras sea necesario, hasta que los dos unidos mejilla con mejilla, podáis apagarme.


Entonces os diré agradecida: “Hasta la próxima vez".

Phil Bosmans



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TEXTOS PARA LA CEREMONIA DE LAS VELAS



Los textos que aquí aparecen son orientativos. Mi consejo es que escribáis vosotros uno que os refleje realmente. Si lo vuestro no es escribir, siempre podéis modificar el texto en parte para personalizarlo, os resultará más fácil que comenzar desde el principio.




Todos estos textos deben estar precedidos de una breve introducción del oficiante, que será quien conduzca la ceremonia. 




Habla la vela de vuestra boda




(este texto debería ser recitado por el oficiante o por algún familiar o amigo con el que tengáis una relación cercana)




Dejad que arda una vela el día de vuestra boda.

Es un símbolo que alumbra y acompaña.



Después de pasados algunos años debe recordaros lo que hoy os habéis prometido.



La vela del día de vuestra boda os susurra al oído:



"Lo he visto. Mi llama estaba presente cuando os cogisteis las manos y regalasteis vuestro corazón.



Soy algo más que una simple vela. Soy un testigo mudo en la casa de vuestro amor y continuaré viviendo en vuestro hogar.



En los días en que brille el sol no necesitaréis encenderme.



Pero cuando sintáis una gran alegría, cuando un niño esté en camino o cualquier otra bella estrella brille en el horizonte de vuestras vidas, encendedme.



Encendedme cuando anochezca, cuando irrumpa en vosotros una tormenta, cuando surja la primera pelea.



Encendedme cuando haya que dar el primer paso y no sepáis cómo; cuando sea necesaria una explicación y no encontréis las palabras; cuando queráis abrazaros y los brazos estén paralizados, encendedme.



Mi luz será para vosotros un signo claro. Habla su propia idioma, el idioma que todos entendemos.



Soy la vela del día de vuestra boda.



Dejadme arder mientras sea necesario, hasta que los dos unidos mejilla con mejilla, podáis apagarme.





Entonces os diré agradecida: “Hasta la próxima vez".



Phil Bosmans




Somos dos, somos uno




(introducción del oficiante)




Novia: (nombre del novio), esta llama es el símbolo de lo que soy y de lo que siento. Junto a la tuya crearemos una luz que iluminará más que la suma de ambas: la luz del amor incondicional, del apoyo mutuo, de la comprensión, de la sinceridad y de la entrega al otro. Y esta hermosa llama no sólo nos iluminará a nosotros, se hará más grande cuando la compartamos con los que nos rodean.



Novio: (nombre de la novia), esta llama es el símbolo de lo soy y de lo que pongo ante ti. Esta llama brillará y se hará más poderosa cuando se una a la tuya, para crear un hogar y una nueva familia. Esta llama que simboliza la unión de ambos es el fiel reflejo de lo que será nuestra convivencia: luz, calidez, prosperidad y pasión.



Novios (los dos): Dejemos que luzcan a partir de ahora nuestras tres velas, porque ahora somos tres: tú, yo y los dos. Seremos más fuertes por estar unidos, pero sin dejar nunca que se apaguen esas velas que simbolizan nuestra individualidad y que fueron las creadoras de esa luz inmensa que es nuestra unión.




¿Quién dijo boda?




Ceremonia de la Luz (para rito católico)




(introducción del oficiante, que será el único que hablará durante la ceremonia de la luz)




Oficiante: (nombre de la novia) y (nombre del novio), tomad cada uno la vela que os ofrecen vuestros padrinos.



Estas velas simbolizan vuestro pasado, lo que habéis sido hasta el día de hoy: dos personas independientes, libres, con ilusiones y planes.



Ya en el sacramento del bautismo, vuestros padres encendieron un cirio por vosotros para que la gracia de Dios os iluminara en el camino de la vida y, al mismo tiempo, os encomendara la misión de ser luz del mundo.



Esa misma luz os ha traído hoy hasta aquí. Una llama que representa la sabiduría y el don del

Espíritu Santo.



(nombre de la novia), (nombre del novio), habéis decidido uniros en santo matrimonio y juntar vuestras llamas en una sola que arderá con más fuerza e ilusión aún, en representación de vuestro compromiso ante Dios.



Cada año, cada mes, cada día, os recordará la promesa de amor que os hacéis hoy en la casa del Señor y con vuestros familiares y amigos como testigos de ello.



Tomaos de la mano y encended juntos la gran vela que os guiará y acompañará a lo largo de toda vuestra vida cristiana como marido y mujer.



(Los novios enciendan la vela de la boda).



Esta vela formará parte de vuestro matrimonio.



Encendedla en vuestro hogar cuando lleguen los momentos difíciles, en los desencuentros, para que consiga alumbrar vuestro camino, ya que su llama os recordará la felicidad intensa que sentís hoy y la fortaleza de vuestro amor.



Cuando hayáis recuperado la sonrisa, apagad  la llama juntos. 



Prendedla también cuando lleguen buenas noticias, porque así rendiréis tributo a vuestro

matrimonio.



Ojalá sólo tengáis que encender esta vela por las muchas alegrías que os reserva la vida. Pero si tuvierais que hacerla brillar en momentos de tristeza, aprended a superar los obstáculos que pudieseis encontrar en vuestro camino, apoyado el uno en el otro.



Ahora, una vez encendida la vela del día de vuestra boda, podéis extinguir las llamas de vuestras velas del pasado.



(Los novios apagan las velas con las que han encendido la vela de la boda)




Desconozco el autor




Texto para la ceremonia de las velas




(introducción del oficiante)




Novia: (nombre del novio), esta llama simboliza mi amor por ti. Con mi corazón unido al tuyo formaremos un nuevo hogar. Mis pasos se unen a los tuyos para abrir nuevas sendas, para salvar obstáculos, para evadir abismos. Seré tu hombro cuando flaquees, seré tu oasis cuando el mundo te agobie, seré silencio cuando el ruido ensordezca, seré tu grito cuando el silencio te oprima, seré riachuelo cuando el mar sea bravío. Seré todo aquello que el Señor me permita que yo sea, para hacerte inmensamente feliz.”



Novio: (nombre de la novia), mi amor esta simbolizado en esta llama. Te deposito mi corazón junto al tuyo, para hacer que el nuestro sea uno más ancho y seguro. Hago compromiso ante ti por tu bienestar. Seré tu apoyo cuando te sientas débil, seré tu fuente cuando la sed te agobie, seré tu abrigo cuando el frío amenace, seré tu sombra cuando el calor sofoque, seré sonrisa cuando el dolor te haga sufrir, seré todo aquello que también el Señor me permita para hacerte inmensamente feliz.


Desconozco el autor

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LECTURAS PARA CEREMONIA CATÓLICA


Propuestas de Primeras Lecturas (A.T.)



ventanal con ramo de novia Lectura del libro del Génesis
(1,26-28.31a)

Dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra".
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.
y los bendijo Dios y les dijo: "Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra".
Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno.

Palabra de Dios.


Lectura del libro del Génesis
(2,18-24)

El Señor Dios se dijo:
-«No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude.»
Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera.
Así, el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontraba ninguno como él que lo ayudase.
Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer, y se la presentó al hombre.
El hombre dijo:
-«¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Mujer, porque ha salido del hombre.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.»

Palabra de Dios.


Lectura del libro del Génesis
(24, 48-51. 58-67)

En aquellos días, el criado de Abrahán dijo a Labán:
-“Bendigo al Señor, Dios de mi amo Abrahán, que me ha guiado por el camino justo, para llevar al hijo de mi amo la hija de su hermano. Por tanto, si queréis ser leales y sinceros con mi amo, decídmelo, y si no, decídmelo, para actuar en consecuencia”.
Labán y Betuel le contestaron:
-“El asunto viene del Señor, nosotros no podemos responderte bien o mal.
Ahí tienes a Rebeca, tómala y vete, y sea la mujer del hijo de tu amo, como el Señor ha dicho”.
Llamaron a Rebeca y le preguntaron:
- “¿Quieres ir con este hombre?”
Ella respondió:
-“Sí”.
Entonces despidieron a Rebeca y a su nodriza, al criado de Abrahán y a sus compañeros. Y bendijeron a Rebeca:
-“Tú eres nuestra hermana, crece mil veces; que tu descendencia someta el poder de sus enemigos”.
Rebeca y sus compañeras se levantaron, montaron en los camellos y siguieron al hombre; y así se llevó a Rebeca el criado de Abrahán. El criado tomó a Rebeca y emprendió el camino.
Isaac se había trasladado del “Pozo del que vive y ve” al territorio del Negueb.
Una tarde, salió a pasear por el campo y, alzando la vista, vio acercarse unos camellos.
También Rebeca alzó la vista y, al ver a Isaac, bajó del camello y dijo al criado:
-“¿Quién es aquel hombre que viene en dirección nuestra por el campo?”.
Respondió el criado:
-“Es mi amo”.
Y ella tomó el velo y se cubrió.
El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho.
Isaac la metió en la tienda de su madre Sara, la tomó por esposa y con su amor se consoló de la muerte de su madre.

Palabra de Dios.


Lectura del libro de Tobit
(7, 6-14)

En aquellos días, Ragüel besó a Tobías, llorando, y le dijo:
-“¡Hijo, bendito seas! Tienes un padre excelente. ¡Qué desgracia que haya quedado ciego un hombre tan honrado y que daba tantas limosnas!”
Y abrazado al cuello de su pariente Tobías, siguió llorando.
Edna, la esposa, y su hija Sara, lloraban también. Ragüel los acogió cordialmente y mandó matar un carnero.
Cuando se lavaron y bañaron, se pusieron a la mesa. Tobías dijo a Rafael:
-“Amigo Azarías, dile a Raquel que me dé a mi pariente Sara”.
Ragüel lo oyó, y dijo al muchacho:
-“Tú come y bebe y disfruta a gusto esta noche. Porque, amigo, sólo tú tienes derecho a casarte con mi hija Sara, y yo tampoco puedo dársela a otro, porque tú eres el pariente más cercano. Pero, hijo, te voy a hablar con toda franqueza. Ya se la he dado en matrimonio a siete de mi familia, y todos murieron la noche en que iban a acercarse a ella. Pero bueno, hijo, tú come y bebe, que el Señor cuidará de vosotros”.
Tobías replicó:
- “No comeré ni beberé mientras no dejes decidido este asunto mío”.
- “Lo haré. Y te la daré, como prescribe la ley de Moisés. Dios mismo manda que te la entregue, y yo te la confío. A partir de hoy, para siempre, sois marido y mujer. Es tuya desde hoy para siempre. El Señor del cielo os ayude esta noche, hijo, y os dé su gracia y su paz.»
Llamó a su hija Sara. Cuando se presentó, Ragüel le tomó la mano y se la entregó a Tobías, con estas palabras:
-«Recíbela conforme al derecho y a lo prescrito en la ley de Moisés, que manda se te dé por esposa. Tómala y llévala enhorabuena a casa de tu padre. Que el Dios del cielo os dé paz y bienestar.»
Luego llamó a la madre, mandó traer papel y escribió el acta del matrimonio: «Que se la entregaba como esposa conforme a lo prescrito en la ley de Moisés.» Después empezaron a cenar.

Palabra de Dios.


Lectura del libro de Tobit
(8, 4b-8)

catedralEn la noche de bodas, Tobías dijo a Sara:
-“Mujer, levántate, vamos a rezar, pidiendo a nuestro Señor que tenga misericordia de nosotros y nos proteja”.
Se levantó, y empezaron a rezar, pidiendo a Dios que los protegiera. Rezó así:
-“Bendito eres, Dios de nuestros padres, y bendito tu nombre por los siglos de los siglos. Que te bendigan el cielo y todas tus criaturas por los siglos.
Tú creaste a Adán, y como ayuda y apoyo creaste a su mujer, Eva; de los dos nació la raza humana. Tú dijiste: “No está bien que el hombre esté solo, voy a hacerle alguien como él, que lo ayude”. Si yo me caso con esta prima mía, no busco satisfacer mi pasión, sino que procedo lealmente. Dígnate apiadarte de ella y de mí, y haznos llegar juntos a la vejez”.
Los dos dijeron:
-“Amén, amén”.

Palabra de Dios.


Lectura del libro de los Proverbios
(31, 10-13. 19-20. 30-34)

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará?
Vale mucho más que las perlas.
Su marido se fía de ella,
y no le faltan riquezas.
Le trae ganancias y no pérdidas
todos los días de su vida.
Adquiere lana y lino,
los trabaja con la destreza de sus manos.
Extiende la mano hacia el huso,
y sostiene con la palma la rueca.
Abre sus manos al necesitado
y extiende el brazo al pobre.
Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura,
la que teme al Señor merece alabanza.
Cantadle por el éxito de su trabajo,
que sus obras la alaben en la plaza.

Palabra de Dios.


Lectura del libro del Eclesiástico
(26, 1-4. 16-21)

Dichoso el marido de una mujer buena;
se doblarán los años de su vida.
La mujer hacendosa hace prosperar al
marido,
él cumplirá sus días en paz.
Mujer buena es buen partido
que recibe el que teme al Señor;
sea rico o pobre, estará contento
y tendrá cara alegre en toda sazón.
Mujer hermosa deleita al marido,
 mujer prudente lo robustece;
mujer discreta es don del Señor:
no se paga un ánimo instruido;
mujer modesta duplica su encanto:
no hay belleza que pague un ánimo casto.
El sol brilla en el cielo del Señor,
la mujer bella, en su casa bien arreglada.

Palabra de Dios.


Lectura del Cantar de los Cantares
(2,8-10.14.16; 8,6-7ª)

La voz de mi Amado.
Mirad: ya viene, saltando por los montes,
brincando por las colinas;
mi Amado es una gacela,
es como un cervatillo.
Mirad: se ha parado detrás de mi tapia;
atisba por las ventanas,
observa por las rejas.
Mi Amado me habla así:
“Levántate, Amada mía, hermosa mía, ven a mí.
Paloma mía que anidas
En los huecos de la peña,
En las grietas del barranco,
Déjame con tu figura”
Mi amado es para mí y yo para él.
Ponme como sello sobre tu corazón,
como un sello en tu brazo.
Porque el amor es fuerte como la muerte;
el celo, obstinado como el infierno.
Sus saetas son saetas de fuego.
Las grandes aguas no pueden apagar el amor
ni los ríos arrastrarlo.

Palabra de Dios.


Lectura del libro del profeta Jeremías
(29, 5-7)

Así dice el Señor:
-“Construid casas y habitadlas; plantad huertos y comed sus frutos. Tomad esposas y engendrad hijos e hijas, tomad esposas para vuestros hijos, dad vuestras hijas en matrimonio, para que engendren hijos e hijas: multiplicaos allí y no disminuyáis. Buscad la prosperidad del país adonde os he deportado y rogad por él al Señor, porque su prosperidad será la vuestra”.

Palabra de Dios.


Lectura del libro de Rut
(1, 16-17)

Pero Rut respondió: «No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque donde tú vayas, yo iré, donde habites, habitaré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras moriré y allí seré enterrada. Que Yahveh me dé este mal y añada este otro todavía si no es tan sólo la muerte lo que nos ha de separar.»

Palabra de Dios.


Propuestas de Salmos


Salmo 104

Lector: La misericordia del Señor llena la tierra.
Todos: La misericordia del Señor llena la tierra.
Lector: La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales;
El ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.
Todos: La misericordia del Señor llena la tierra.
Lector: La palabra del Señor hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejércitos; encierra en un odre las aguas marinas, mete en un depósito el océano.
Todos: La misericordia del Señor llena la tierra.
Lector: Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él se escogió como heredad. El Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres.
Todos: La misericordia del Señor llena la tierra.
Lector: Nosotros aguardamos al Señor: Él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Todos:La misericordia del Señor llena la tierra.


Salmo 127

bibilaLector: Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Todos: Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Lector: Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.
Comerás el fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.
Todos: Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Lector: Tu mujer como parra fecunda, en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.
Todos: Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Lector: Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor:
que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos.


Salmo 144

Lector: El Señor es bueno con todos.
Todos: El Señor es bueno con todos.
Lector: El Señor es clemente y misericordioso lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.
Todos: El Señor es bueno con todos.
Lector: Que todas tus criaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus fieles. Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo.
Todos: El Señor es bueno con todos.
Lector: El Señor es justo en todos sus caminos es bondadoso en todas sus acciones. Cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
Todos: El Señor es bueno con todos.


Salmo 148

Lector: Alabad el nombre del Señor.
Todos: Alabad el nombre del Señor.
Lector: Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto; alabadlo, todos sus ángeles; alabadlo, todos sus ejércitos.
Todos: Alabad el nombre del Señor.
Lector: Alabadlo, sol y luna; alabadlo, estrellas lucientes; alabadlo, espacios
celestes, y aguas que cuelgan en el cielo.
Todos: Alabad el nombre del Señor
Lector: Montes y todas las sierras, árboles frutales y cedros; fieras y animales domésticos, reptiles y pájaros que vuelan.
Todos: Alabad el nombre del Señor.
Lector: Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo, los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños, alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime.
Todos: Alabad el nombre del Señor.
Lector: Su majestad sobre el cielo y la tierra; el acrece el vigor de su pueblo.
Todos: Alabad el nombre del Señor.


Propuestas de Segundas Lecturas (N.T.)


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios
(7, 10-14)

Hermanos:

A los ya casados les mando –bueno, no yo, el Señor- que la mujer no se separe del marido. Y si llegara a separarse, que no vuelva a casarse o que haga las paces con su marido, y el marido que no se divorcie de su mujer.

A los demás les hablo yo, no el Señor: si un cristiano está casado con una no cristiana y ella está de acuerdo en vivir con él, que no se divorcie. Y si una mujer está casada con un no cristiano y él está de acuerdo en vivir con ella, que no se divorcie del marido. Porque el marido no cristiano queda consagrado a Dios por su mujer; y la mujer no cristiana queda consagrada por el marido cristiano. Si no fuera así, vuestros hijos estarían contaminados.

Palabra de Dios.


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios
(12,31-13,8)

Hermanos:

Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional.

Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.
Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.

Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca.

Palabra de Dios.


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios

Hermanos:

El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.

El amor no pasa nunca.

¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará.

Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará.

Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño.

Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce.

En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Palabra de Dios.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios
(Versión corta)

Hermanos: vivid en el amor como Cristo nos amó y se entregó por nosotros a Dios.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia.

Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocar la ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos
miembros de su cuerpo.

“Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne”.

Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Palabra de Dios.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios
(Versión larga)

Hermanos:

Vivid en el amor como Cristo nos amó y se entregó por nosotros a Dios.

Sed sumisos unos a otros con respeto cristiano.

Las mujeres, que se sometan a sus maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a su maridos en todo.

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia.
Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son.

Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.

“Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”. Es éste un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. En una palabra, que cada uno de vosotros ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete al marido.

Palabra de Dios.


Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro
(3, 1-9)

Queridos hermanos:

Las mujeres sean sumisas a los propios maridos para que, si incluso algunos no creen en la palabra, sean ganados no por palabras, sino por la conducta de sus mujeres, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa.

Que vuestro adorno no esté en el exterior: en peinados, joyas y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un

alma dulce y serena: esto es precioso ante Dios. Así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sumisas a sus maridos; así obedeció Sara a Abrahán, llamándole Señor. De ella os hacéis hijas cuando obráis bien, sin ningún temor.

De igual manera, vosotros, maridos, en la vida común sed comprensivos con la mujer, que es un ser más frágil, respetándolas, ya que son también coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no encuentren obstáculo.

Procurad todos tener un mismo pensar y un mismo sentir: con afecto fraternal, con ternura, con humildad. No devolváis mal por mal o insulto por insulto; al contrario, responded con una bendición, porque para esto habéis sido llamados: para heredar una bendición.

Palabra de Dios.


Evangelios


Lectura del santo evangelio según san Mateo
(19, 3-6)

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y lepreguntaron, para ponerlo a prueba:
-“¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?”
Él les respondió:
-“¿No habéis leído que el Creador, en el principio, “los creó hombre y mujer”, y dijo: “Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre y se unirá asu mejer; y serán los dos una sola carne”? De modo que ya no son dos, sinouna sola carne.
Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

Palabra del Señor


Lectura del santo evangelio según san Marcos
(10, 6-9)

En aquel tiempo dijo Jesús:

- “Al principio de la creación Dios “los creó hombre y mujer”. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y seránlos dos una sola carne”. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Loque Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.

Palabra del Señor

Lectura del santo evangelio según san Juan
(2, 1-11)

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
-«No les queda vino.»
Jesús le contestó:
-«Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.»
Su madre dijo a los sirvientes:
-«Haced lo que él diga.»
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo:
-«Llenad las tinajas de agua.»
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó:
-«Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.»
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó alnovio y le dijo:
 -«Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.»
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.

Palabra del Señor


Lectura del santo evangelio según san Juan
(2, 1-11)

boda religiosaEn aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado”.

Palabra del Señor


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