27 enero, 2021

Cómo Elegir el Vestido Ideal para una Ceremonia Civil

La mayor parte de las bodas que se celebran en España son civiles, es algo innegable. Los motivos: muchos, más allá de la afección o desafeccion a cualquier religión. Si antes las bodas religiosas eran las que tenían más boato y emoción que las que tenían lugar en el juzgado, ahora una ceremonia civil puede llegar a ser de cuento de hadas. Las parejas, por otro lado, cada vez son más reacias a las normas y los corsés, por lo que muchas prefieren una boda civil.  

 

De modo que la mayor parte de los modelos nupciales que se venden en una tienda o se confeccionan en un atelier están destinados a una boda no religiosa. Así que si te vas a casar en una ceremonia civil, aquí tienes algunos consejos para elegir el vestido perfecto.


Cómo elegir el vestido ideal para una ceremonia civil

 

Ante todo, libertad

 

El hecho de elegir un vestido para una boda religiosa está sujeto a ciertas limitaciones relacionadas con la propia religión que se profesa y por el lugar de culto en el que se celebrará la ceremonia. Mientras que en el caso de las bodas civiles hay mucha más libertad a la hora de escogerlo. 

 

Y cuando hablo de libertad, es absoluta. Si antes se consideraba que para una ceremonia civil (o incluso para una simbólica) había que lucir un vestido corto o un traje de chaqueta con diseños más bien sencillos, ahora las novias pueden elegir el outfit que más les guste: corto, largo, vestido, traje de chaqueta, pantalones, mono, de encaje, de raso, de organza, de brocado, de algodón...

 

No te limites

 

En el caso de las bodas civiles puedes recurrir a modelos que no son estrictamente nupciales. Busca también en establecimientos de ropa de fiesta o vintage. Y no te limites a lo ya confeccionado. Los atelieres pueden diseñarte una magnífica pieza a medida o incluso reformar para ti el vestido de novia de tu madre o de tu abuela. La imaginación al poder. 


Novia vestida con un traje de chaqueta blanco

 

El corte

 

En primer lugar el corte de tu vestido debe gustarte y adecuarse a tu fisionomía. Después tendrás que buscar un modelo que encaje con otros factores decisivos como el sitio en el que tendrá lugar la ceremonia, la época del año, la hora de celebración, el tipo de boda, si vas a cambiar de vestido después, etc. 

 

Aunque lo que se suele recomendar es sencillez, creo que cada novia debe elegir el tipo de vestido que más le guste, siempre que no resulte incongruente con la boda en sí. Si la ceremonia va a tener lugar en una playa, no tiene mucho sentido escoger un modelo de tipo princesa con una cola de 4 metros.

 

El estilo

 

Busca un vestido que te agrade y te siente bien, pero que también encaje con el estilo global de la boda, al igual que debe hacer tu pareja. Llevar un modelo minimalista y urbano cuando la ceremonia tendrá lugar en una casa rural, con una deco marcadamente rústica y mientras que la persona con la que te vas a casar luce una camisa con tirantes y sin chaqueta... no tiene sentido, por no hablar de que te hará destacar y no precisamente de un modo positivo.

 

El largo

 

Las opciones: todas. Largo, midi, corto o mini. Eso si llevas falda, claro. A la hora de escoger el largo es importante que valores tus gustos personales, la comodidad, el estilo de la boda y el lugar en el que se celebre.

 

Novia con vestido midi amarillo

 

Si habitualmente llevas faldas cortas, por ejemplo, te sentirás muy bien con un vestido mini. Pero si se trata de una boda campestre, con una comida de estilo picnic tras la ceremonia, puede que sea más apropiado un vestido midi o unos pantalones.

 

Aunque quizás sea bonito que el día de tu boda utilices un largo y un corte que habitualmente no esté en tu guardarropa, para sentir que es un día especial, diferente a lo que llevas en tu rutina diaria. En todo caso, el vestido y los complementos deben hacerte sentir guapa y a gusto.

 

El color

 

¿Blanco? Por supuesto, aunque también puedes lucir cualquier color, ya sea en tejidos lisos o estampados.

 

¿Velo?

 

Aunque es un complemento que tiene un componente religioso, personalmente creo que se puede llevar en una ceremonia civil si la novia lo desea y si se adapta al espacio y el estilo de la boda. Lo importante es que la forma de llevar el velo (las hay preciosas y de o más original) y el resto del outfit nupcial no den la sensación de ir a dar el sí, quiero en una catedral. 

 

Un segundo vestido: también es una opción

 

Hay muchas novias que cambian de vestido para la recepción. Si tu boda es civil, también puedes hacerlo. Otra opción es recurrir a uno desmontable para tener dos en uno.

 

Eso sí, si ceremonia y banquete van a tener lugar en el mismo lugar, puede que no sea buena idea hacerlo, porque el cambio perderá parte de su razón de ser y del factor sorpresa para tu pareja y para  los invitados. Al igual que si la boda va a ser muy íntima o no va a haber baile (algo a lo que estamos ya acostumbrados por la pandemia).

 

Si vas a usar dos vestidos, mi consejo es que sean de estilos totalmente diferentes. 


Pareja de novios

 

Más de un uso

 

Si es posible, busca un modelo que puedas utilizar después de la boda, bien porque por su diseño sea apropiado para usarlo en el día a día, bien porque se pueda transformar fácilmente en un vestido ponible.


¿Ya has elegido el vestido para tu boda civil?


 

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20 enero, 2021

Cómo Utilizar Códigos QR en Tu Boda

La tecnología es una herramienta cada vez más importante en el sector nupcial, de eso no hay ninguna duda. Incluso la boda más vintage o la más romántica puede beneficiarse de los avances y herramientas tecnológicos que están ahí, al alcance de todos. Y son muchos más de los que puedan parecer a simple vista. 

 

Una de esas herramientas tecnológicas que puedes usar en tu boda no es precisamente nueva, porque la puedes encontrar incluso en las paradas de autobús o para mostrar la carta en los restaurantes, pero que todavía no es muy utilizada en las bodas: los códigos QR.

 

Si quieres saber un poco más sobre los códigos QR, sus ventajas, sus inconvenientes, cómo usarlos adecuadamente y dónde incluirlos en tu boda, acompáñame, por favor... 

 

Cómo utilizar códigos QR en tu boda

 

Qué son los códigos QR

 

Seguro que conoces los códigos de barras que aparecen en cualquier tipo de artículo que compres. Pues bien, los QR (Quick Response o respuesta rápida) son la versión en dos dimensiones del de barras. 

 

Una ventaja añadida de los códigos QR sobre los de barras es que son capaces de contener mucha más información a las que es posible acceder rápidamente al escanearlo con un simple dispositivo móvil. Además, son más fácilmente legibles, puesto su estructura tiene redundancias (duplicaciones) y permite que se lean aunque hayan sufrido algún daño.

 

Pueden ser estáticos (la información contenida en el código no se puede editar ni cambiar) o dinámicos (sí permiten editar y modificar la información tantas veces como sea necesario). 

 

Son capaces de contener casi cualquier tipo de información, desde un vínculo a una web, hasta vídeos o archivos de sonido, pasando por documentos o datos de contacto.

 

Ventajas

 

Es una manera de agilizar la comunicación con los invitados.

 

Permite ahorrar costes

 

Reduce la necesidad de contacto y de manipulación de papel y otros objetos, lo que permite una mayor seguridad para los asistentes.

 

Es algo (relativamente) original en las boda. 

 

Marco con código QR

 

Inconvenientes

 

No todos los invitados se manejan bien con este tipo de códigos.

 

Si no se usan bien, pueden entorpecer la comunicación en lugar de facilitarla.

 

Si se abusa de ellos los invitados pueden dejar de hacerles caso.  

 

Los códigos QR dirigen a una determinada información, por lo que si deja de estar disponible, los invitados pueden sentirse desconcertados.

 

Consejos para usar los códigos QR con acierto

 

No reemplaces toda la información que quieras transmitir con el código, por si algunos de los invitados no se manejasen bien con la tecnología, sobre todo los más mayores. 

 

Deben ser accesibles, visibles y fácilmente escaneables, pero te aconsejo que no estropeen el diseño del lugar en el que los vayas a insertar. Procura que estén bien integrados y que el resultado final sea armónico.

 

Mujer con smartphone y mesa con menú con código QR

 

No te excedas a la hora de usarlos. Insértalos únicamente donde sean realmente necesarios.

 

Si la información que contienen va a ir variando a lo largo del tiempo, es mejor que emplees códigos QR dinámicos, para que puedas actualizando cuando sea necesario. Si esa información no va a cambiar, puedes usarlos estáticos. 

 

Antes de enviar los mensajes con los códigos, de publicarlos en la web o de enviar a producción las invitaciones, la cartelería o los regalos, comprueba que al escanearlos dirigen realmente a la información que deseas transmitir.

 

Recuerda que debes facilitarles a los invitados información para descargarse un escáner de códigos QR, por si todavía no tuviesen ninguno instalado. 

 

Dónde insertarlos

 

En la papelería de la boda. En las invitaciones (para insertar un recordatorio en su agenda con la fecha de la boda, para llevarles a la lista de bodas o a la cuenta corriente en la que queréis que os ingresen el regalo en dinero, para que confirmen su asistencia...), en los menús, en las tarjetas de agradecimiento,





En la cartelería. Para dar indicaciones o mensajes de una forma diferente.




En el seating. Para indicar dónde se sienta cada uno.

 

En los números de mesa. Puede ser una forma de contarles a los invitados cuál es el nombre de la mesa y el motivo por el que lo habéis elegido, por ejemplo.

 

En la zona de photocall o photo booth, así los asistentes podrán descargarse aplicaciones para subir las fotos o acceder al lugar en el que queréis que las compartan, entre otras opciones. 

 

Para dejar mensajes especiales y/o personalizados para todos o solamente algunos de los asistentes. Y todo lo contrario, para dirigir a los invitados a un enlace en el que dejar su mensaje, como Libro de Firmas digital.


En los regalos de los invitados.

 



¿Te animas a utilizar códigos QR en tu boda?



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13 enero, 2021

Consejos para Oficiar una Ceremonia de Boda para Amigos o Familiares

Cada vez son más las parejas que tienen una boda civil muy íntima y que luego celebran una ceremonia simbólica con el resto de los invitados. Muchas de ellas recurren a un maestro de ceremonias profesional, pero otras prefieren contar con un amigo o familiar que se encargue de oficiarla. Los motivos: la confianza, la intimidad o el ahorro en el coste, entre otros.

 

Si te han pedido a ti que ejerzas de maestro de ceremonias en la boda de unos amigos o de alguien de tu familia, quiero compartir algunos consejos que pueden serte útiles. Y si sois alguno de los novios que vais a pedir a alguien de vuestra confianza, os invito a que compartáis este post con él. 

 

Aquí están esos consejos...

 

Consejos para oficiar una ceremonia de boda para amigos o familiares

El hecho de que la pareja te haya pedido que oficies la boda no significa que tengas que hacerlo obligatoriamente. Si te sientes inseguro, si no crees que la relación que os une justifica una participación tan intensa en la boda o simplemente no te apetece hacerlo (quizás prefieras únicamente disfrutar del enlace), dales una negativa delicada, pero firme.  

 

Si aceptas, pero antes de la boda te das cuenta de que no vas a poder ejercer de oficiante (no te sientes preparado, te ha surgido un imprevisto...), es mejor que se lo comuniques lo antes posible a los novios para que busquen un sustituto. Y si puedes ser tú quien les proponga a otra persona que pueda encargarse de la ceremonia, les harás un gran favor. 

 

Pregúntales el motivo por el que te han elegido para celebrar la ceremonia. Más allá del mullido y agradable cosquilleo del ego, es importante que sepas las razones y lo que esperan de ti. No es lo mismo que te lo hayan propuesto porque has sido testigo y cómplice de su relación, que porque seas un orador excepcional, aunque no seas el más cercano a la pareja. 

 

Analiza si te sientes capacitado para oficiar la ceremonia. Porque hacerlo bien no significa solamente tener una buena voz y no atascarte al hablar. Implica transmitir emoción, no leer el texto sin más. Pero al mismo tiempo requiere controlarla, porque si te dejas llevar por ella no podrás terminar de celebrar la boda, y si tienes una relación muy estrecha con los novios es muy fácil que te ocurra. También necesitarás conocer y preparar muy bien el guion, dominar los tiempos y los silencios...  

 


En caso de que vayas a participar en la boda de forma muy activa, te recomiendo que elijas: o la ceremonia o las otras actividades y responsabilidades que tengas en la celebración. Si vas ejercer de enlace con el responsable del espacio o del catering, vas a supervisar la organización, vas a ayudar a decorar o a recibir a los invitados o vas a ejercer de padrino o madrina, es mejor que no mezcles estas tareas con la de oficiante. Todas ellas conllevan dedicación, tiempo y esfuerzo, y pretender hacer todas a la vez y bien es casi imposible.

 

Debes preparar el guion de la boda junto con los novios y con su wedding planner o con el responsable del espacio en el que tendrá lugar. Con los novios tendrás que decidir qué tipo de ceremonia desean, su estilo, su tono, su duración, si hay participación de otras personas... Con la organizadora de bodas o con la persona que se encargue del espacio tendrás que saber los tiempos, el lugar que ocuparás, si tendrás mesa o atril, si dispondrás de micro...

 

No prepares sorpresas en el guion, salvo que conozcas muy bien a los novios y sepas que esa iniciativa va a ser bien recibida. 

 

Es conveniente que sepas dosificar el humor. No que lo exhibas, pero sí que lo hagas con cierta contención. También es necesario que las bromas que hagas sean fácilmente reconocibles por la mayor parte de los invitados. Si son bromas privada entre los tres, no se entenderán y los invitados se sentirán desconcertados y excluidos. Y no pierdas el buen gusto. Es una ceremonia de boda, no una reunión con amigos delante de unas cervecitas. 

 

 

El guion debe ser emotivo y correcto en las formas, pero natural. Procura no preparar un discurso grandilocuente y pomposo, porque no es lo que se espera de un amigo que oficia una ceremonia. Y aléjate del estilo sermón, por favor.

 

Es importante que te prepares el guion. No es necesario que te lo sepas de memoria, pero sí que te lo hayas estudiado previamente. Mi consejo es que lo lleves escrito en papel y también que tengas una copia en tu smartphone o en tu tablet. Así tendrás un respaldo si te falla alguno de los soportes. Procura que el texto esté escrito con una tipografía legible desde lejos y llévate las gafas o las lentillas si las necesitas, porque probablemente lo dejes sobre la mesa o sobre el atril y eso requiere ayuda extra si no ves bien. También puedes utilizar tarjetas que vaya pasando según avanza el texto. Apunta los momentos en los que entra la música o en los que intervienen otras personas. También puede marcar silencios, énfasis y otros detalles que te ayuden a mejorar tu discurso. 

 

 

Practica, practica y practica. Hay quien piensa que esto resta naturalidad, pero no es cierto. Una ceremonia de boda no es un momento en el que funcione muy bien la improvisación. Te aportará seguridad y podrás pulir el resultado final. Hazlo con público y/ grábate. Ten en cuenta que una cosa es un momento de encantadora espontaneidad y otra muy diferente la imprevisión.

 

Si es posible, pide que te enseñen el lugar en el que tendrá lugar la ceremonia unos días antes de la boda. Así sabrás qué esperar ese día y sentirás más seguridad. 

 

 

Llega con tiempo el día de la boda para acostumbrarte al espacio, para probar el micro, para regular la altura del atril, para ponerte de acuerdo con los músicos o con el DJ...

 

Te aconsejo que no veas a los novios el mismo día de la boda. Si lo haces pueden suceder dos cosas: que tus nervios se multipliquen al ser más consciente de lo que supone ser el maestro de ceremonias, o que te relajes tanto con ellos que al final tu intervención pierda la prestancia y solemnidad que requiere.

 

Antes de comenzar, respira hondo, piensa en los novios y en el privilegio que supone que te hayan pedido que oficies su boda... ¡Y disfruta! 


Seguro que serás un maestro o maestra de ceremonias de "10".


 

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