30 julio, 2014

10 Valses para una Boda

Con este post inicio una serie de consejos sobre la elección del tipo de música para el baile, que os iré dando cada cierto tiempo. Os iré comentando mis temas preferidos por tipo de ritmo junto con algunos trucos para cada uno de ellos, porque eso de llevar más de 25 años bailando da una cierta experiencia en estas lides y no podía dejar de compartirla con vosotros, mis queridos bailarines.


Este primer artículo sobre los distintos ritmos para el baile tenía que abrirlo con el vals, como no podía ser de otra forma. Así que, un-dos-tres, un-dos-tres... comenzamos... 


pareja bailandoAntes de nada, me gustaría dejar claro que, aunque en muchos lugares se habla de vals para referirse a cualquier tipo de tema con el que se abre el baile nupcial, el vals es un tipo de composición musical que se baila con unos pasos determinados. Y a este último es al que me voy a referir en este post.


El vals es todo un clásico para que los novios abran el baile nupcial, de eso no hay ninguna duda. Quizás por eso, por ser demasiado clásico, hay parejas que lo desechan inmediatamente, aunque puede ser todo un acierto si se cuidan ciertos detalles.


La elección del tema


Escoger la música que va a sonar no es un asunto baladí; es importante que os emocione a ambos, que signifique algo para vosotros y que cuente una historia.


Aunque El Danubio Azul o el Vals de las Flores han perdido algo de brillo y pueden resultar algo rancios por el exceso de uso, no quiere decir que tengáis que elegir una pieza demasiado moderna. Mi consejo es que sea música atemporal y reconocible. La idea es que dentro de 25 ó 30 años escuchéis esa canción en la radio o en la banda sonora de una película y os siga emocionando. Hay temas que hoy están de rabiosa actualidad y que os hacen saltar de la silla según los escucháis, pero que dentro de un par de décadas no recordará nadie... ni siquiera vosotros. 


Aprender a bailarlo


Buscarse unos vídeos explicativos de los pasos básicos del ritmo o acudir a una escuela de baile para tomar unas clases es la mejor opción para que os sintáis seguros... y para que no ofrezcáis un espectáculo de humor a vuestros invitados, cuando lo que queréis es bailar medianamente bien.


Por cierto, hablando de academias de baile, mucho ojo. Hoy en día todo el mundo dice ser profesor de baile, aunque tenga dos pies izquierdos a la hora de bailar ;) Hay quien recibe un par de clases y ya se cree Chayanne en Baila Conmigo. Para enseñar hay que saber bailar, claro, pero también es muy importante tener la formación y la capacidad de enseñar. Pedid opiniones antes de contratar.


Actitud, actitud, actitud


príncipe y princesa bailando
La actitud: regia
Tan importante como desenvolverse con la técnica, es la actitud con la que se baila. Cualquiera que sea el tipo de baile, es necesario interpretarlo del algún modo. La postura, los gestos, las miradas, son tan importantes como los propios pasos. Así que, si habéis elegido el vals, ya sabéis: elegancia, buena postura y creeros los reyes del baile. Fuera de bromas, para adquirir la postura correcta en el vals, imaginaos que lleváis una corona (los reyes, ya os lo he dicho) que se caerá si os encogéis y bajáis la cabeza... actitud.


Una ventaja añadida...


Los vestidos de novia con cancán o con vuelo son perfectos para bailar el vals, porque el movimiento que les imprime este tipo de baile consigue que luzcan muchísimo... y que se tapen muchos defectos si los pasos no salen como debieran. Ahí queda dicho.


A continuación podréis encontrar unas sugerencias de valses para el baile nupcial. Son muy variadas; desde tango argentino (lo adoro), pasando por clásicos de la música francesa a bandas sonoras más o menos vintage:



1.- Romance de Barrio. Tango Vals Argentino. 

Si no ves el vídeo, por favor, pincha en este enlace.


2.- Sous le Ciel de Paris (Bajo el Cielo de París). 

Si no ves el vídeo correctamente, pincha aquí.


3.- Take this Waltz. Leonard Cohen.

Si no puedes ver el vídeo, pincha en este enlace.






6.- Y Nos Dieron las Diez. Joaquín Sabina.

Para ver el vídeo, pincha aquí.


7.- Tiempo de Vals. Chayanne

Si no puedes visualizar el vídeo, pincha en este enlace.


8.- Moon River. Instrumental.

Si no puedes ver el vídeo correctamente, utiliza este enlace.




 10.- Que Sera Será... Doris Day.


Si no puedes visualizar el vídeo, pincha aquí, por favor. 


Y, como no podía, faltar, os dejo unos vídeos explicativos para aprender vals (principiantes): 


Aprender Vals Vienés Nivel 1 (1/3) vins.heterogenea.com
Aprender Vals Vienés Nivel 1 (2/3) vins.heterogenea.com
Aprender Vals Vienés Nivel 1 (3/3) vins.heterogenea.com


Y, ahora, ¿bailamos?




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El Baile Nupcial Perfecto 
Animadores para el Baile: un Acierto
Ideas para el Baile: Tango


23 julio, 2014

6 Motivos por los que Regalar Vino en Botellas Grandes

botellas de vino de dos tamaños
Botellas de vino grandes vs pequeñas...
Hoy te quiero hablar de un tema que ya te adelanté en el post Regalar Vino, un Gesto de Distinción: botellas grandes vs pequeñas como detalle para los invitados.


Soy partidaria de regalar productos gourmet en las bodas, porque son siempre bien recibidos por los invitados. Son detalles de buen gusto, amables, útiles y deliciosos, así que, quién podría pedir más. Y si se trata de vino, teniendo en cuenta los excelentes caldos que existen en nuestro país, me parece una opción redonda para regalar a los invitados (e invitadas, que también a las chicas nos gusta el buen vino).


Pero, siempre hay un pero, elegir vino como detalle para los invitados puede convertirse en un error por dos motivos principales: que el vino sea malo (pero malo, malo) o que el tamaño no sea el adecuado. Para mí el mejor formato para regalar vino es el de la botella estándar de 75 cl., nunca más pequeña.


Si te preguntas los porqués de esta afirmación, aquí tienes los motivos basados en mi opinión personal y lo que me dicta mi experiencia como wedding planner:


viñedos1.- Porque la diferencia de precio entre una botella de vino pequeña y una de 75 cl. es muy pequeña; incluso llegan a ser más caras. Si hacéis números, podréis comprobar que puede no saliros a cuenta eso de minimizar la botella.


2.- Porque un mismo vino, embotellado en formato de 75 cl. presenta y mantiene mejor sus cualidades frente al de 37,5 cl. o menor. Los motivos son varios: 


  • Es menos susceptible a los cambios de temperatura, porque tarda más en calentarse o enfriarse, simplemente por el volumen de líquido. Ten en cuenta que los cambios de temperatura, sobre todo cuando se trata de calor, estropean el vino con facilidad.
 
  • Como la relación entre el aire (oxígeno) que hay entre el tapón y el líquido es menor en el caso de las botellas más grandes, la evolución del caldo es más lenta y, por lo tanto, la pérdida de sus cualidades organolépticas (aroma, color, sabor, etc.) también se ralentiza. Ten en cuenta que si miras una botella de 75 y de 37,5 cl. podrás comprobar que el cuello y el tapón son iguales, por lo tanto, hay la misma cantidad de aire para distintos volúmenes de líquido; es decir, el aire a repartir (que es el que provoca la evolución del vino) es menor en proporción en el caso de la grande.
 
cuellos de botellas de vino de distintos tamaños
La botella de la izquierda es de 75 cl. y la de la derecha es de 37,5 cl. ¿aprecias que la cantidad de aire contenida entre corcho y líquido es incluso mayor en la segunda?
 
  • La cantidad mayor de vino consigue que haya mayor cantidad de partículas de sabor y aroma, con lo que el caldo será más redondo en una botella más grande.
 
  • De hecho, hay bodegas que no ofrecen sus vinos en formato pequeño, por algo será...


3.- Porque los invitados no aprecian igual un producto pequeño que suelen encontrar habitualmente en un formato mayor. A vosotros no os dirán nunca que el detalle les ha parecido algo tacaño, porque todos somos muy educados y mirados en estos casos, pero entre ellos habrá quien haga comentarios sobre si a la vista del detalle deberían haberos regalado una cafetera de la Barbie o un sobre con billetes del Monopoly. Y es que hay gente mala...


copa de vino blanco
El vino se disfruta más en compañía.
4.- Porque lo que se busca cuando se tiene un detalle con los invitados es que lo disfruten y, una botella de vino pequeña es fácil que no cumpla esa función. Lo habitual es que un buen vino se tome en compañía, porque parte de su encanto es compartirla y... ¿cómo compartir una botella de 37,5 cl. con varios amigos? Como no sea en vaso de chupito ;)


5.- Porque es tan incómodo cargar con una botella pequeña durante toda la velada que con una grande. Hay algunos chicos que se suelen meter las botellas mini en el bolsillo de la chaqueta, con el consiguiente riesgo de que se deforme o, peor aún, que se rompa con el consiguiente desastre de manchas y cristales dentro de la americana.


6.- Porque la personalización de las botellas (adhesivos, decoración, embalajes, envoltorios, etiquetas, etc.) es más lucida y ofrece más posibilidades que cuando se trata de un tamaño mini.


botellas de vinoEn La Tienda de ¿Quién dijo boda? predicamos con el ejemplo y no ofrecemos ningún formato mini dentro de nuestra selección de vinos, porque creemos que vosotros y vuestros invitados os merecéis un regalo a lo grande, tanto en cantidad como en calidad.


Y, ahora, ¿cuál es tu opinión?






16 julio, 2014

Momentos Que No Puedes Dejar de Fotografiar (II)

En la primera parte de este post, Momentos que No Puedes Dejar de Fotografiar, te comenté algunos instantes que inmortalizar para el novio y la novia. En esta segunda entrega, podrás encontrar los momentos más fotografiables para la ceremonia y la recepción. También algunos que no deberían inmortalizarse jamás.


Vamos a ello...


La ceremonia

  • Si se puede, es perfecto fotografiar el proceso de decoración del lugar de la ceremonia.
    arreglo floral en una ventana
  • Los exteriores.
  • La llegada de los invitados, con todo lujo de detalles.
  • Cuando aparezcan las damas, damitas y pajecillos, en el exterior.
  • El lugar donde se va a celebrar la ceremonia, ya sea en interior o exterior. Importante: no olvidarse de la mesa de ceremonias o el altar y de los arreglos florales.
  • Unas instantáneas de los músicos y el coro, si va a haberlos. 
  • La llegada del novio y de la madrina, incluyendo la salida del coche.
  • Unas instantáneas del novio y la madrina esperando en el exterior y/o el interior del lugar donde se vaya a celebrar la ceremonia.
  • A las damitas y pajecillos antes de que llegue la novia. A captar: los momentos en los que sus mamás les recolocan las coronitas a ellas y las corbatas o los chalequitos a ellos.
  • La llegada de la novia y el padrino y su salida del coche nupcial.
  • Las caras de los más allegados que la esperen fuera del lugar de celebración antes de entrar. Atentos a las reacciones de los más pequeños cuando vean a los novios, especialmente a la novia.
    damita antes de entrar a la ceremonia
  • La entrada de las damitas y los pajecillos.
  • La entrada de la novia y el padrino.
  • La entrada de las damas de honor, si las hay.
  • El momento en el que el novio vea a la novia avanzando por el pasillo nupcial. Siempre impresionante.
  • Cuando se encuentren los dos delante del altar o la mesa de ceremonias y se miren a los ojos.
  • La colocación de la cola del vestido cuando la novia se haya sentado.
  • Al celebrante de la ceremonia, que también es protagonista en parte de la boda.
  • Durante los momentos más importantes de la ceremonia: lecturas, votos, anillos arras, quiero, ceremonia simbólica... 
  • Las lágrimas de alegría de padres y amigos más cercanos. 
  • Las miradas de complicidad entre los novios o con otras personas cercanas.
  • El momento de las lecturas de amigos y familiares.
  • Alguna de las ejecuciones de piezas musicales por parte de los músicos, sobre todo si hay algún solo.
  • Las intervenciones de damitas y pajecillos a lo largo de la boda, incluyendo sus travesuras.
  • El momento beso, por supuesto.
  • Los besos y abrazos de los padres, abuelos y otras personas muy cercanas antes de la firma de las actas. Esos que salen del corazón.
  • La firma de las actas por parte de los novios y los testigos.
  • A los invitados mientras esperan a que salgan los novios.
  • La salida de todos los integrantes del cortejo nupcial, especialmente la de la nueva pareja.
  • Los saludos de los invitados. Aunque esto debería hacerse durante el cóctel, es inevitable que todos quieran darle la enhorabuena a la nueva pareja según salen, así que, habrá que aprovecharlo.
    salida de los novios
  • La lluvia de confetti, arroz o pétalos a la salida del lugar de la ceremonia.
  • La entrada de los novios y los padrinos en los coches.

La recepción

  • El lugar de celebración del cóctel y de la recepción antes de que lleguen los invitados. Es importante captar detalles de la decoración, la señalización y del menaje. 
 
    banquete de boda
  • También puedes aprovechar a hacer alguna instantánea de la comida y de la tarta antes de que las sirvan, así podrás recrearte en sus detalles; sobre todo si es una tarta personalizada y artesana.
  • La llegada de los invitados al cóctel.
  • La llegada de los novios al cóctel y los saludos a los invitados.
  • Los músicos que animen el momento, si es que los hay. 
  • Una foto de las amigas de la novia y los amigos del novio. 
  • El momento en que la novia lance el ramo o se lo entregue a su mejor amiga.
  • La entrada de los novios al salón donde se celebre la recepción.
  • También cuando entren los padres y padrinos en el salón.
  • Cuando se sienten los integrantes de la mesa presidencial.
  • A lo largo del banquete sólo en momentos muy especiales y en los que no se moleste ni a los novios ni a los invitados.
  • En el momento del corte de la tarta nupcial.
  • Durante el brindis.
  • Una foto de los novios mientras van pasando por las distintas mesas para charlar con los invitados y preguntarles cómo ha ido todo.
  • En el momento de entrega de regalos a padres o amigos íntimos, si te vas a decantar por esta opción.
    baile de los novios
  • A las personas que vayan a entregar los detalles de los invitados y los alfileres de la novia en el momento en el que comiencen a hacerlo.
  • Durante el primer baile de los novios
  • Mientras bailan los padrinos y los padres entre ellos y con los novios.
  • Durante el momento photocall o photobooth, si va a haberlo.
  • A los invitados durante los primeros momentos del baile. Digo los primeros instantes, porque luego el cansancio y lo efectos del alcohol no son los que más favorecen a nadie.

Qué no fotografiar de ninguna manera...

    camara de fotos vintage
  • A los novios, padrinos o invitados si están poniendo una mala cara o están disgustados  en algún momento.
  • Mientras los invitados entregan los sobres del dinero a los novios.
  • A los novios o los invitados aturdidos por los vapores... etílicos.
  • A los novios o los invitados desde ángulos poco favorecedores o indiscretos. 
  • Si los novios o los invitados están en medio de un beso demasiado apasionado, tú me entiendes. 

Y, ahora, a posar se ha dicho...



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09 julio, 2014

Momentos Que No Puedes Dejar de Fotografiar (I)

fotografiando a un grupo de bodaEn este post quiero darte algunas ideas de momentos que no se puede dejar de fotografiar el día de la boda, tanto si se va a encargar un fotógrafo profesional del reportaje, como si vais a aceptar la colaboración de reporteros espontáneos. Mi consejo es que contéis con un profesional que haga la mayoría de las fotos, pero que también os hagáis con un álbum alternativo con fotos de amigos y familiares; que ahora como son digitales, no cuesta nada apretar el disparador. 


Estos son sólo algunos de esos momentos, dependiendo de vuestra personalidad, tipo de boda y de invitados, podrán ser más, menos... o diferentes.


En esta primera parte encontrarás los instantes más fotografiables para el novio y la novia.


Comenzamos... 


La novia

    vestido de novia en la nieve
    El vestido, incluso en la nieve...
  • El vestido colgado de una percha (con o sin contraluces), o extendido sobre la cama o sobre una silla. Personalmente, me gusta colgado de una percha, para que se vea todo el traje.
  • El velo. Todo un clásico, lleno de delicadeza y significado.
  • El ramo de novia sobre alguna superficie interesante. Puede ser la cama, el alfeizar de la ventana, un suelo de piedra, etc.
  • Los anillos de boda. Sostenidos por las manos de la novia o del novio, en la corola de una flor, sobre un pañuelo de encaje, sobre el tul del velo, etc.
  • La liga. Junto con el resto de ropa interior, sobre la cama, en la pierna de la novia...
  • Los zapatos de novia. Créeme, esta instantánea puede ser preciosa.
  • En la sesión de peluquería.
  • Durante la sesión de maquillaje. Importante incluir también a la madre, la suegra, las hermanas o las amigas en esta parte del reportaje fotográfico.
  • Cuando la novia se ponga el perfume. Este es un instante que da mucho juego, aunque no lo parezca. 
  • Fotos en ropa interior tipo boudoir. Pueden ser de dos tipos: más recatadas y donde se enseñe menos piel, para colocar en el álbum... u otras más hot, para regalarle al novio en privado. 
  • Mientras se pone las medias. Ojo con la cantidad de piel que se ve, para que no quede chabacano.
    ajustando el vestido de novia
  • Mientras se viste. Especialmente interesante es el momento de ajustar el vestido, abrochar los botones o acomodar la falda. Cuidado con las fotos subidas de tono... sobre todo si van a enseñarse públicamente después. 
  • Cuando la madre de la novia (o la abuela, la hermana o la amiga) coloquen el collar o el broche a la novia, especialmente si son prestados y antiguos. El algo prestado... 
  • Mientras se abrocha los pendientes. Es muy clásico, pero queda precioso en la fotos. Es un gesto muy femenino.
  • El instante de colocar el velo, la tiara o el tocado.
  • El momento en el que la novia se vaya a calzar los zapatos.
  • Cuando haya terminado de vestirse y se vea de novia por primera vez en un espejo de cuerpo entero.
  • Cuando la vean vestida de novia la madre, el padre y el resto de gente más cercana.
  • Durante la salida de casa o del hotel ya vestida de novia. Ojo a los momentazos en los que vean a la novia las vecinas de toda la vida o la tendera de la esquina que le vendía los caramelos cuando era pequeña.
  • Cuando entre en el coche nupcial. Es importante no olvidarse tampoco del padrino en este momento.

El novio

  • El traje de novio sobre la cama, una silla o un galán de noche.
  • Los zapatos del novio. Dan casi tanto juego como los de la novia.
  • El reloj, los gemelos y la corbata del novio.
  • Mientras el novio se afeita y se peina.
  • Cuando se esté vistiendo. Especialmente cuando se abroche la camisa o se ajuste los tirantes.
    zapatos de novio
  • Mientras se ajusta la corbata o la pajarita.
  • Durante las conversaciones con el padre, hermanos o amigos que le acompañen en ese momento. También son especialmente interesantes las gamberradas que pueda hacer con los amigos mientras se visten.
  • Cuando se ate los cordones de los zapatos. Queda muy masculino y favorecedor, aparecer en una foto de ese momento, con el pie sobre una silla.
  • Mientras se coloca los gemelos y el reloj.
  • Mientras se coloca el pañuelo en el bolsillo de la chaqueta.
  • Cuando vea a su madre vestida de madrina. Ese también es un momentazo, sobre todo si es un chico sensible.
  • En el momento en que la madrina o la hermana le coloquen el boutonniere en la solapa.
  • Cuando la madrina aparezca para darle el visto bueno y le coloque el pelo, la corbata o el boutonniere, que lo hará, seguro. 
  • Cuando se vea ya vestido de novio al completo en un espejo de cuerpo entero..
  • En el momento en que le vean vestido de novio las personas que le quieren. Especialmente la madre, la abuela o el padre.
  • Cuando salga vestido de novio dándole el brazo a la madrina.
  • Cuando entre en el coche nupcial. Importante: no olvidarse del momento en el que le abra la puerta a la madrina.


Y hasta aquí la primera parte de este post. Nos vemos en la segunda con los momentos a fotografíar durante la ceremonia y la recepción... y también algunos que no fotografiar jamás.




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02 julio, 2014

Solomillo de Ternera en el Menú de Boda. ¿Seguro?

filet miñonHoy me gustaría darte mi opinión personal y profesional respecto a uno de los platos más clásicos en el menú de boda: el solomillo de ternera.


Y es un habitual por muchos motivos: está asociado de alguna manera con las celebraciones y el lujo, tiene un sabor y una textura que agradan a la mayoría, es uno de esos platos en los que se va sobre seguro...


Y a pesar de todos esos motivos, yo nunca lo recomiendo ni en el menú de bodas ni en el de ningún tipo de evento donde haya más de 20-30 comensales. Si te preguntas por qué no estoy a favor de tan rico manjar en la recepción, te lo cuento a continuación:


  • A estas alturas de la película, el solomillo de ternera ya no es esa rara avis que antes de comía sólo en contadísimas ocasiones. Le pasa como a los langostinos, ya no son el paradigma del lujo.

  • Aunque sigue habiendo muchas personas que asocian el solomillo a las bodas, hay muchos invitados que lo que desean es que les sorprendan, que les emocionen con el menú. Siempre dentro de un orden, claro...

    cocinero
  • Preparar un solomillo "10" es difícil: hace falta materia prima de calidad, tener una cocina o una parrilla bien equipada, que los cocineros sepan lo que hacen y que haya un equipo numeroso para poder cocinarlos a tiempo para servirlos en el momento a todos los comensales. Y esto, por mucho que se empeñen los grandes chefs, que recomiendan el solomillo como parte del menú de bodas, no es posible con los cocineros y equipos con los que suelen contar la mayoría de hoteles, restaurantes, salones y fincas. Por mucho que lo intenten, no están en disposición de hacerlo, por lo que terminan haciendo los solomillos con mucha antelación y dejándolos en el horno hasta que llega la hora de servirlos. Y eso al solomillo no le sienta muy bien.

  • Tanto el sabor como la textura del solomillo pueden ser deliciosas, pero es difícil conseguirlo. Ambas condiciones se ven mermadas si la calidad no es buena, si no está bien cocinado o si se ha recalentado.

  • Y, en cuanto al sabor, en la mayor parte de las ocasiones se pierde entre salsas, aderezos y hojaldres. Al quedarse resecos por el tiempo que llevan hechos y recalentándose en el horno, se suelen ofrecer con salsas (Oporto, Pedro Ximénez, Roquefort, Parmesano, Foie..); con lo que el sabor de la carne tampoco es el protagonista del plato, lo es la salsa. Y, la verdad, es una pena tener que disfrazar con salsa una pieza de carne, porque no está en condiciones de servirse sin nada. Para eso es mejor contar con otras partes de la carne más económicas y sabrosas, que están deliciosas con salsas, hojaldres, etc.

  • Y, respecto a la textura, también puede ser un campo minado. Aunque se suele decir que el solomillo de ternera es una carne fácil de comer, no siempre es cierto. Si la carne está poco hecha, habrá quien lo deje en el plato o termine por marear a los camareros; si está demasiado hecha, será como comer corcho con guarnición. 

  • Otro de los problemas que puede dar el solomillo es precisamente conseguir el punto justo. La carne es uno de esos alimentos en los que nadie se pone de acuerdo: hay a quien le gusta tan crudo que casi le oiga mugir y a quien le gusta más del estilo calzado, es decir, como una suela de zapato. Y eso puede ser un problema, tanto para los invitados (tendrán que pedir que se lo pasen o que le traigan otro) y para el equipo de camareros y cocineros, que perderán el tiempo yendo y viniendo a la cocina a por la carne al punto de cada comensal. 

  • Y no te dejes engañar durante la prueba del menú. En todas las pruebas los solomillos están riquísimos, tiernos y en su punto. Si no os gusta, amablemente os lo pasarán más u os traerán otro, pero el día de la boda... la cosa será distinta. Doy fe de que hay en bodas donde en la mesa presidencial se sirve un producto de más calidad y se pregunta por el punto en el que lo desea cada uno... y al resto de los invitados, que se vayan aguantando. Como todos somos muy educados, si los novios te preguntan cómo estaba todo, tú dirás que estupendamente; aunque luego salgas echando pestes de la carne que te han servido.


cordero
¿Qué tal otro tipo de carne distinto del solomillo de ternera?
Estas son mis razones, por las que creo que servir solomillo no es ir sobre seguro, para mí es jugársela. Puedes acertar (ojalá) o no.


Siempre puedes elegir otros platos tan sabrosos y ricos como el solomillo de ternera: carrilladas de ternera o cerdo, solomillos de cerdo, cochinillo, ossobuco, cordero, ciervo, avestruz, pintadas, picantones...


Cualquiera de estas opciones al horno, estofadas, hojaldradas, con salsa o con otro tipo de aderezo pueden ser un acierto


Si al final te decantas por el solomillo de ternera, perfecto, pero no descartes otras posibilidades dentro del menú de bodas.