26 agosto, 2020

Cómo Organizar una Boda en una Casa Rural

Las casas rurales son un destino cada vez más popular para pasar un fin de semana o incluso unas vacaciones completas. Los motivos son obvios: se está en contacto con la naturaleza, tienen precios competitivos, se tiene más privacidad que en un gran hotel, suele haber más tranquilidad y silencio que en otro tipo de alojamientos... 

 

Y también son espacios que los novios tienen muy en cuenta a la hora de celebrar su boda. Si hasta hace poco era una rareza que una pareja eligiese una casa rural para casarse, ahora es algo muy frecuente.

 

La predilección (u obligación) de reducir de forma drástica la lista de invitados, la búsqueda de recintos originales (sobre todo al aire libre), la búsqueda de la privacidad y el hecho de adecuar el coste de la boda a presupuestos más reducidos, han convertido a las casas rurales en espacios muy a tener en cuenta a la hora de organizar la boda. 

 

Personalmente, me parecen una opción excelente y llena de posibilidades. Siempre que se tengan claros los pros y los contras de una casa rural, y que se le sepa sacar todo el partido posible. 

 

Si estáis valorando este tipo de recintos, a continuación encontraréis los puntos básicos a tener en cuenta a la hora de organizar una boda perfecta en una casa rural


Cómo organizar una boda en un casa rural

 

Mejor para bodas íntimas

 

Una casa rural es el escenario perfecto para bodas íntimas. Si queréis celebrar una boda con muchos invitados, tendríais que recurrir a una con mucho espacio disponible, a las que tienen varias casas en el mismo complejo o a esas pequeñas aldeas gestionadas al completo por un mismo proveedor. 

 

Comprobad el aforo permitido en la casa rural y no lo superéis, por muy flexibles que se muestran los propietarios.

 

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Ubicación

 

A la hora de elegir una casa rural es importante tener en cuenta su ubicación. Valorad la distancia a la que está de la población en la que residan la mayor parte de los invitados, el estado de los accesos a la casa, la zona natural que la rodea, el paisaje, el clima que hará en la época en la que celebréis la boda...

 

La distancia es decisiva por varios motivos. En primer lugar, por vuestros propios desplazamientos. Pensad que tendréis que ir y venir varias veces a la casa, y eso supone tiempo y dinero. También tendrán que hacer varios viajes los proveedores, en caso de que tengan su base de operaciones en una ciudad alejada. De hecho, la mayoría os cobrará un extra por ese concepto. Y, por supuesto, también tendréis que tener en cuenta que los invitados tendrán que desplazarse, y eso supone un esfuerzo y un coste, que quizás algunos de ellos no quieran asumir. 

 

Los accesos también tienen su importancia. Si la única forma de llegar a la casa rural es una carretera en mal estado o un largo camino sin asfaltar, puede que eche para atrás a proveedores e invitados. Por no hablar de los posibles accidentes o desperfectos en los vehículos. 


 

 

También influye el espacio natural y el paisaje, sobre todo si tenéis intención de celebrar la boda al aire libre. También es importante su atractivo y su practicabilidad si queréis una boda de fin de semana, en la que los invitados puedan aprovechar para hacer excursiones y actividades en el exterior. Y por las fotos, por supuesto. 

 

Y, desde luego, debéis tener en cuenta el clima que suele hacer en las fechas en las que vaya a tener lugar la boda. Porque no es lo mismo el mal tiempo en una ciudad, que en una zona rural. 

 

Espacio

 

Analizad si la casa cuenta con espacio suficiente para todo lo que queráis organizar: ceremonia, recepción, comidas o cenas pre y postboda, actividades... Hay algunas que disponen de diferentes zonas que se pueden utilizar para actividades comunes, pero otras están más orientadas al mero alojamiento, así que evaluad cuidadosamente el espacio que os ofrecen. 



 

Alojamiento

 

Otro punto a tener en cuenta es la capacidad de alojamiento que tenga la casa rural. Si queréis que varios invitados o incluso todos ellos duerman allí, tiene que ofrecer habitaciones para albergaros a todos. Si no es posible, sería conveniente que hubiese alojamientos cerca para que puedan dormir allí. Esto es imprescindible si queréis una boda de fin de semana. 

 

Normalmente son los invitados los que pagan su alojamiento, por lo que el precio de las habitaciones debe ser razonable para todos los bolsillos. Así que tenedlo en cuenta antes de hacer reservas, porque os podéis encontrar con invitados que no asistirán porque no pueden costeárselo... o que tienen que hacer un esfuerzo económico que no se pueden permitir y que harán por vosotros a pesar de todo. Si os vais a hacer cargo vosotros del alojamiento de todos, valorad si entra dentro de vuestro presupuesto.

 

Si el alojamiento no es posible para todos y el acceso es difícil, pensad que los invitados tendrán que volver a sus casas conduciendo y generalmente de noche. 

 

Comprobad cómo son las habitaciones y los servicios que ofrece la casa, porque tendrán que ser mínimamente confortables para todos los que os alojéis allí. Según las edades y el tipo de invitados, tendrán que tener más o menos comodidades, pero lo mínimo serían camas para todos, electricidad, calefacción o aire acondicionados (si el clima los hace necesarios), baños completos para todos, que se puedan servir desayunos y comidas preparadas en el mismo recinto (o que se puedan servir por parte de un proveedor externo o que tenga establecimientos hosteleros cerca), una zona para poder dejar los vehículos aparcados de forma segura, WiFi (sí, habrá muchos invitados que no puedan vivir sin conectarse, incluso le será útil a los proveedores y a vosotros mismos) y que no se incumpla ningún tipo de legislación municipal o medioambiental... 

 

También es recomendable comprobar si tienen una habitación (o dos) para vosotros que esté bien acondicionada, puesto que también la usaréis para peinaros, maquillaros, vestiros y retocaros ese día. Si no os vais a alojar allí, al menos os las deberían alquilar para ese fin, como habitación privada. Y, por supuesto, es vital que tengan baño privado.



 

Proveedores y servicios

 

Comprobad si hay proveedores cerca de la casa, por si os pudiese interesar lo que os ofrecen. Incluso si tenéis ya elegidos a los vuestros, no está de más saber si hay alternativas cerca por si hubiese un imprevisto. 

 

También debéis consultar a los proveedores que elijáis, si no son locales, si pueden servir los productos o prestar los servicios en la casa que hayáis elegido. Esto es fundamental cuando se trata de peluqueros, maquilladores, de los floristas, del catering... Hay algunos que quizás no quieran desplazarse muchos kilómetros para atenderos.

 

Gastronomía

 

La gastronomía es otro punto muy a tener en cuenta. En algunas casas os podrán preparar la comida o la cena en sus instalaciones, pero es muy probable que tengáis que recurrir a una empresa de catering o a un restaurante cercano. Eso implica que la comida que se sirva debe trasladarse, manipularse, finalizarse y servirse en perfectas condiciones en cuanto a calidad y seguridad. Si el suministro eléctrico no es suficiente para que el catering o el restaurante puedan mantener la refrigeración, usar hornos o freidoras, tendréis que contemplar la posibilidad de alquilar un generador. 


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Las casas rurales permiten ofrecer alternativas a la tradicional recepción, como son las barbacoas o los picnics, sopesad si os interesan más. En cualquier caso, mientras estemos sujetos a las restricciones por el COVID19, será necesario ceñirse a la normativa aplicable en cada momento.  


Os recomiendo que introduzcáis alimentos o platos propios de la zona en la que esté situada la casa rural. Los invitados agradecerán ese detalle, la comida será de mejor calidad y aportaréis vuestro granito de arena a los productos y proveedores locales. 


Decoración


Debéis consultar con el responsable de la casa rural si es posible llevar mobiliario, decoración o iluminación al recinto, y las condiciones en las que os permitirían hacerlo. 

 

A la hora de decorar es recomendable respetar la propia arquitectura, el entorno natural y el espíritu rural. Por ejemplo, no tiene sentido llevar una deco urbana a una casa rural. Tampoco quiere decir que tengáis que usar únicamente balas de heno, azadones, carretas y cubos de zinc, pero sí que tenga cierta coherencia con el espacio que habéis escogido. 


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Aprovechad los espacios interiores y exteriores como base de la decoración, os facilitará las cosas y os ahorrará dinero. El exterior es un valor en sí mismo, así que sacadle partido. Si por el clima no es posible, procurad que se integre en el interior gracias a las ventanas.

 

Entretenimiento

 

También os aconsejo que preguntéis si podréis llevar un DJ o que haya alguna actuación en vivo dentro o fuera de la casa, tanto por las condiciones técnicas (espacio disponible, suministro eléctrico, etc.) como por la restricciones en cuanto al volumen (sobre todo si está cerca de una zona poblada o hay otros huéspedes ajenos a la boda) y al horario.  

 

Mundo animal

 

Si vosotros y varios de los invitados tenéis mascotas, quizás podáis consultar la posibilidad de que el espacio las admita. 

 

Y tened en cuenta que, además de las mascotas, es posible que haya otros invitados del reino animal. Unos más adorables, como ardillas, pájaros, salamandras, lagartijas y animales de granja. Y otros algo más incómodos, como los mosquitos, las moscas o las arañas. Es importante que sepáis que, por mucho que se limpien y se desinsecten las casas, si están en el campo tendrán visitantes dentro y fuera de ellas. 


¿Os gusta la idea de celebrar vuestra boda en una casa rural? Si es así y necesitáis ayuda, no dudéis en consultar con ¿Quién Dijo Boda?

 

 

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19 agosto, 2020

Consejos para Organizar una Boda DiY

¿Vas a contratar a una wedding planner para que te ayude con la organización de la boda o prefieres encargarte tú de todo?

 

En caso de que quieres organizar tu boda DiY, aquí vas a encontrar algunos consejos útiles. No se trata de ideas ni de inspiración, sino de una guía básica para plantearte cómo hacerlo. 


Consejos para organizar una boda DiY

 La verdad ante todo

 

No te voy a engañar, incluso la boda más íntima y sencilla requiere trabajo, tiempo... y una cierta cantidad de nervios. Así que mentalízate, porque no hay nada peor que subestimar lo que supone. 

 

De hecho, muchas mujeres (y hombres, por supuesto) comienzan a organizar su boda pensando en que, si la mayoría de novias (y novios) lo han hecho siempre por su cuenta, no debe ser tan difícil. Y lo es, sobre todo si quieres que tu boda vaya como la seda, que todo ocurra cómo y cuándo quieres que pase y que el día B no te tengas que preocupar de nada más que de disfrutar.

 

Si quieres una boda DiY siempre puedes recurrir a las propuestas y a la coordinación que te ofrecen muchos espacios e incluso proveedores de catering, porque te ahorrará tiempo y esfuerzo. Pero eso, créeme, implica que será un evento con una cierta dosis de despersonalización. Piensa que se encargan de muchas bodas y otras celebraciones, por lo que no pueden dedicar tanto tiempo y recursos a la personalización como harías tú o una wedding planner.

 

Cuestión de tiempo

 

Si vas a organizar la boda tú misma, procura contar con tiempo suficiente. Para un profesional no hay inconveniente en diseñar, planificar y ejecutar una boda en pocos meses, doy fe. Pero en el caso de una novia que no lo ha hecho jamás o que, como mucho, ha ayudado a organizar su boda a una hermana o una amiga, puede suponer una carga inasumible. 

 

Los trámites

 

Ten en cuenta que la boda en sí, la que tiene validez legal, necesita tiempo. Tu pareja y tú tendréis que tramitar el expediente matrimonial, lo que no es inmediato. Requiere recopilar diferentes documentos, rellenar un formulario, acudir para hacer una entrevista personal, presentar testigos... burocracia en resumidas cuentas. Según el Registro Civil en el que lo tramites el tiempo de espera desde que se inicie el expediente hasta que tengas fecha varía, pero en ningún caso será menor de 2-3 meses. Y, por cierto, no creas que el hecho de casarse ante notario acelerará el proceso, porque el trámite del expediente matrimonial será el mismo. Lo único que será más rápido es que os den fecha una vez finalizado el expediente y trasladado al notario. Ojo con los plazos, porque hay muchas parejas que no cuentan con ello y se encuentran con que tienen la fecha para la recepción, pero no la tienen para la la boda legal. 

 

Mesa de ceremonias

 

La fecha

 

Sentaos tu pareja y tú y elegid la fecha de la boda teniendo en cuenta todas las variables: la fecha probable de la ceremonia civil, la época del año en la que os queráis casar, los días en los que es mejor no fijar la fecha, etc. 


El tipo de boda

 

Decidid ambos qué tipo de boda queréis: íntima o con muchos invitados, personalísima o convencional, relajada o sofisticada... 

 

Novios mirando por la ventana

 

Mi consejo es que, si vas a encargarte tú de toda la boda, ésta sea íntima, porque un número pequeño de invitados es más manejable. 

 

También es importante que no sea una boda muy compleja, con diferentes escenarios, que dure varios días, que tenga muchos detalles diferentes en cuanto a gastronomía, a entretenimiento o a decoración.  

 

Las bodas temáticas no son la mejor opción si vas a encargarte tú de la organización, porque son más difíciles de llevar a la práctica si no tienes experiencia. De hecho, lo más complicado no es crear una boda temática, sino que el resultado sea el óptimo.


Sé realista


Analiza sinceramente tiempo del que dispones, la ayuda (real) con la que puedes contar, el presupuesto y tus habilidades. Y luego valora si todo lo que es una realidad se corresponde con tus expectativas. Si no es así, tendrás que centrarte en lo que sí puedes llevar a cabo de manera objetiva con tus recursos. Esto te ahorrará decepciones y estrés. 


En muchos casos, la boda que se sueña no es la que hace feliz a los novios y a los invitados. Y lo que importa de verdad es eso: vuestra felicidad. 


Novios besándose mientras los invitados agitan bengalas y hay fuegos artificiales

 

El presupuesto

 

Márcate un presupuesto y ajústate a él. Define cuáles serán las partidas en las que vas a gastar el dinero: invitaciones, comida y bebida, entretenimiento, vestuario, complementos, decoración...  Y no dejes de prever una partida destinada a imprevistos, para poder afrontar los costes inesperados y otros gastos con los que no contabas. No caigas en la tentación de disponer de la bolsa de imprevistos para otras cosas, porque es la forma más directa de exceder el presupuesto. 

 

A la hora de definir el presupuesto tendrás que definir tus prioridades, es decir, en qué prefieres gastar la mayor parte del dinero. Hay novias que prefieren destinar más dinero al vestido o al viaje de novios, otras por la decoración... Mi consejo es que la mayor parte del presupuesto se gaste en la comida, la bebida y el entretenimiento, puesto que es lo que más se recuerda de una boda.

 

Aprende a delegar

 

Involucra a tu pareja y a otras personas de tu confianza en la organización, porque necesitarás delegar tareas. Y esto es aplicable a todo el proceso, pero sobre todo al propio día de la boda. Porque, no te engañes, el día B no podrás encargarte de supervisar y controlar todos los detalles. Necesitarás la ayuda de otras personas, sí o sí. Eso sí, debes poder sentirte libre de pedirles lo que necesitas (y lo que no) y que ellos seguirán tus directrices al pie de la letra en lugar de hacer lo que creen que es mejor para vosotros y para la boda. 


Valora la posibilidad de contar con una coordinadora que se encargue de todo el día de la boda. Te saldrá más barato que los servicios de una wedding planner desde el inicio, y te ayudará a que todo se desarrolle a la perfección el día B. 

 

Organización, organización, organización

 

Las listas serán tus mejores amigas. El hecho de escribirlas te ayudará a ordenar tus ideas. Y durante la organización te servirán como guía y como verificación de lo que está hecho y lo que queda por hacer.  


Lista de invitados

 

La agenda también es imprescindible. Mi consejo es que te hagas con una específica para la boda, pero que también la sincronices con la personal y con la profesional. Si no lo haces así, te encontrarás con problemas a la hora de llegar a las citas, con solapamientos de compromisos... Lo ideal, una agenda electrónica, así no se te olvidará nada, podrás utilizar alertas y notificaciones y te permitirá sincronizar agendas y diferentes dispositivos.  

 

También puedes usar un diario, aplicaciones y otras herramientas que te faciliten la organización y planificación. 

 

Guarda todos los documentos y contratos relativos a la boda en un mismo lugar, porque es la única manera de tenerlos todos controlados y encontrarlos cuando los necesites. 

 

La decoración

 

En cuanto a la decoración, es importante que seas realista, porque no todo lo que ves en las redes sociales y en las revistas de novias se puede replicar en el mundo real.  

 

Si vas a encargarte también de la decoración o de parte de ella, primero cerciórate de que serás capaz de hacerlo. Y de hacerlo bien. Si no se te dan bien las manualidades y el bricolaje, es mejor que se lo encargues a alguien de confianza o que directamente contrates a un profesional. Y piensa que la deco DiY requiere tiempo, así que tenlo presente a la hora de planificarte. 

 

Macetas con suculentas y carteles para los invitados

 

Si se te dan bien ciertas manualidades, aprovéchalas y hazlas tú. En caso de que no seas muy hábil con otras, es mejor que delegues.

 

Analiza si te conviene encargarte tú de la decoración o es mejor que la alquiles o la compres de segunda mano. Ten en cuenta el tiempo, el coste y lo que ocurrirá con la decoración después de la boda: si la tirarás, si la podrás reutilizar en casa, si la donarás, si la podrás revender...


Silla, guitarra y flores

 

Los proveedores

 

Elige proveedores con los que realmente te sientas cómoda. Si cuentas con ayuda profesional, el hecho de que los proveedores no sean amigables o tiendan a no contar con tu opinión no supone un problema, puesto que la WP se encargará de negociar y tratar con ellos. Pero si tienes que hacerlo por tu cuenta, es fundamental que te generen confianza, que te escuchen y que te respeten. 

 

Lee cuidadosamente todos los contratos con los proveedores. Fíjate en las condiciones, en los plazos, en las cláusulas de cancelación... en todo. Si no tienes algo claro, consulta con un abogado. Y no aceptes ningún trabajo sin contrato previo y sin factura, porque si surge algún inconveniente no podrás reclamar. 

 

En ningún caso pierdas de vista lo que realmente importa: vosotros.

 


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12 agosto, 2020

Consejos para Almacenar Tu Vestido Si Has Tenido que Posponer la Boda

Sólo hay algo peor que posponer la boda, y es cancelarla. Porque, efectivamente, el hecho de retrasar la fecha del sí, quiero es muy doloroso para cualquier pareja. 

 

Hay tanta ilusión, tantas expectativas y tanto esfuerzo detrás de cada boda que se organiza... Y tantas molestias para cambiar la fecha, no nos vamos a engañar. Hay que rehacer la lista de invitados, volver a negociar con los proveedores, incluso cambiarlos o modificar la decoración o el menú en muchos casos.

 

Y qué decir del vestido de novia. Porque muchas deben recogerlo de la tienda o del atelier y guardarlo en casa hasta que llegue el día de la boda. Al fin y al cabo los establecimientos no pueden almacenar decenas de vestidos ya confeccionados y adaptados durante meses, por lo que es necesario que las novias los retiren aunque falte mucho para el enlace.

 

Si es tu caso, en este post encontrarás una guía básica para almacenar tu vestido en casa si has tenido que posponer tu boda.


Consejos para almacenar tu vestido si has tenido que posponer la boda

 

Lo básico

 

Si te has visto obligada a retrasar la boda tendrás que plantearte almacenar tu vestido hasta el día en que te lo pongas, más allá de dejarlo en la percha y la funda que te hayan facilitado en la tienda. 

 

Pide consejo en la tienda o el atelier para conservar tu vestido hasta la boda. Ellos son los que mejor saber cómo mantenerlo en perfectas condiciones. 

 

Según el tipo de vestido

 

Los vestidos más ligeros y sin aplicaciones, bordados y pedrería resisten mejor el almacenaje colgados de una percha y en una funda. Al pesar poco el peso se repartirá mejor mientras están colgados y se deformarán menos.

 

Los modelos con capas, con tejidos gruesos y con muchos adornos no deberían almacenarse colgados de una percha. Incluso aunque tengan cintas para repartir el peso mientras están suspendidos, el tejido perderá su forma. Los hilos de bordados y abalorios soportarán demasiada tensión, por lo que hasta pueden llegar a romperse. Los hombros y mangas pueden terminar por adoptar la forma del borde de las perchas, incluso pueden llegar a rasgarse si se trata de materiales muy delicados. 

 

Los vestidos con corte al bies o con pedrería se conservan bien en su funda doblada a la mitad y colocada en posición horizontal.

 

Colgado de una percha

 

Tener el vestido colgado durante varios meses puede terminar pasándole factura. Puedes solucionarlo descolgándolo cada 1-2 meses y dejándolo bien estirado sobre una superficie horizontal durante 1-2 días y luego devolviéndolo a su percha y su funda. El sitio en el que lo deposites debe ser lo suficientemente grande para poderlo estirar  por completo, debe estar bien ventilado, resguardado de la luz del sol, sin humedad y a salvo de peques y mascotas. 

 

Vestido de novia estirado sobre una cama

 

Si tu armario no es lo suficientemente alto, es mejor que pongas un gancho en una puerta y lo cuelgues allí para que pueda estar completamente estirado.  

 

La percha

 

La percha debe estar acolchada y tener un material antideslizante. Es muy importante que el tamaño de la percha sea el mismo que el de los hombros del vestido. Si es muy corta, al colgar de ella el vestido terminará por hacer arrugas que se marcarán durante el tiempo que esté guardado. Si es muy larga, corres el riesgo de que se mueva y el vestido quede colgando de manera irregular, algo que generará arrugas y que deformará el tejido. Las perchas que te dan cuando lo recoges de la tienda no suelen estar pensadas más que para sostenerlo unos pocos días, por lo que es mejor que la tires y que te hagas con una adecuada. 

 

Vestido de novia colgado de una percha

 

La funda

 

La funda debe tener un tamaño suficiente para contener tu vestido. Si es muy pequeña aparecerán arrugas por todas partes y es muy probable que se mueva de su posición. 

 

El material debe ser transpirable, por lo que el plástico es la peor opción. Lo mejor es elegir una funda hecha con materiales orgánicos y sin teñir.

 

No te olvides de dejar una pequeña parte de la cremallera sin subir para que el aire circule.

 

Almacenado en horizontal

 

Si vas a almacenarlo en una superficie plana, necesitarás sábanas, toallas, papel de seda o cajas. Todos estos materiales deben estar libres de ácidos para que no amarillee el tejido.  

 

Al doblar el vestido hazlo con cuidado, colocando toallas, paños o papel entre cada uno de los pliegues para evitar las arrugas. Esto también te servirá para mantener a salvo los bordados, aplicaciones y abalorios. 

 

Termina envolviéndolo en una sábana blanca (mejor de algodón) para protegerlo.

 

Consejos de almacenaje

 

Almacénalo en un lugar oscuro, fresco y seco.

 

Evita la acción de los insectos. Para ello puedes colocar unas bolas de madera de cedro en el armario en el que lo guardes. O una bolsa con lavanda y otras hierbas aromáticas que repelan a los insectos. Los antipolillas comerciales suelen tener un olor muy fuerte que se impregnará sin remedio en el tejido. En cualquier caso, lo que utilices no debe estar en contacto directo con la funda, así no correrás el riesgo de que se manche o se deteriore el vestido.

 

Lavanda

 

Puedes colocar en la funda una o dos bolsitas de gel de sílice para evitar la humedad.

 

Guárdalo a salvo de malos olores, porque los tejidos los absorben con mucha facilidad.  

 

Si el vestido está compuesto de varias partes, guárdalas como piezas separadas. Me refiero a que falda y cuerpo no estén unidos, a que lleve una sobrefalda con cola, una chaqueta o una capa, etc.

 

La manipulación

 

Cuando toques el vestido, hazlo con las manos bien limpias, secas y libres de cremas. Los aceites y suciedad de la piel se traspasan fácilmente al tejido, produciendo manchas y decoloraciones. Si quieres un plus de seguridad a la hora de manipularlo, ponte unos guantes blancos de algodón.  

 

Pruebas y arreglos

 

Reserva con tiempo cita con tu modista por si hubiese que arreglarlo de nuevo. Puede que tengas que hacerle algunas modificaciones en caso de que cambie la temporada en la que te cases o si ha cambiado tu fisionomía. 

 

Revisa el vestido cada 1-2 meses y, sobre todo, 2 meses antes de la boda para comprobar su estado y si hay que hacer algún arreglo. 

 

Si te vas a probar el vestido mientras lo tengas en casa, hazlo siempre con mucho cuidado. Evita hacerlo si estás maquillada, si llevas perfume, desodorante o si estás sudando. Todo ello puede manchar el vestido en el momento, pero incluso aunque no lo hagan, las sustancias químicas pueden acelerar la decoloración del tejido.

 

Novia probándose el vestido y los zapatos

 

Guárdalo fuera de tu vista, porque si lo tienes delante a diario, terminarás por hartarte de él. Sácalo únicamente para revisarlo cada cierto tiempo, nada más.

 

El seguro

 

Consulta las condiciones de tu seguro de hogar, para saber si la cobertura del contenido afectaría al vestido almacenado en casa si le sucediese algo. Si si has contratado un seguro de bodas, mira también el condicionado por si cubre los daños a tu vestido. 


Tanto si vas a poder estrenar tu vestido ya como si tienes que guardarlo todavía unos meses más, te deseo que lo disfrutes muchísimo de él y de la propia boda.

 

 

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