Sus orígenes
En sus orígenes y hasta el siglo XVII, como podremos deducir por su
nombre, se trataba de un elemento de abrigo, además de ornamental. Fue
evolucionando poco a poco, dependiendo de la sociedad, la religión y el clima. Éste
último influyó decisivamente en su estética, pasando del paño a los encajes: en
el norte se convirtió en una prenda de más abrigo, realizada con tejidos más
gruesos y, en el sur, se instauró como prenda ornamental, con tejidos más
finos.
Su mayor impulsora fue Isabel II, que popularizó el uso de la mantilla.
Cuando ésta falleció, comenzó a declinar su uso, debido en parte por las
costumbres que impusieron los nuevos monarcas. Pero muchas mujeres españolas de
la época se rebelaron contra estas costumbres extranjeras con la famosa “Rebelión de las mantillas”, de
hecho, Amadeo I de Saboya, tuvo que renunciar al trono debido a que los
españoles éramos “ingobernables”.
En la actualidad se ha visto relegada a ceremonias y celebraciones
religiosas o en las corridas de toros.
Cuando la mantilla se emplea como
velo de novia
Largo: la mantilla
de la novia puede medir tanto como se desee, a diferencia de la mantilla para
otro tipo de eventos. Es importante que, si la mantilla es larga y va sobre la
cola del vestido, vaya bien sujeta para que no tire cuando caminamos.
Elementos para sujetarla: se
pueden emplear diademas, tiaras, peinetas, flores o sin ningún complemento.
Elección del encaje: debe
ir en consonancia con vestido. Si éste es de tejido muy rico, de estilo
brocado, bordado o con pedrería, la mantilla deber ser sencilla y lo más lisa
posible. Si el vestido es sencillo, nos podremos decantar por una mantilla más
rica. Cuestión de equilibrio.
Peinado: si se
va a llevar la mantilla con peineta, es muy importante hacérselo saber al
peluquero. Será necesario en este caso que haga un moño o recogido con un
interior rígido para que se sujete bien la mantilla. Si se va a llevar sin
peineta, se deberá elegir un peinado que sea adecuado a la mantilla y al
vestido.
Aquí podéis ver cómo se coloca la peineta y la mantilla:
Protocolo: la
mantilla sólo se debe llevar en la ceremonia; nunca durante el banquete y
posterior baile. La mantilla no es un complemento adecuado para las bodas
civiles, en especial si son llevadas con peineta. La novia no debe superar en
altura al novio por lo que, la altura de la peineta, debe elegirse en función
de este hecho. Si la novia elige llevar mantilla, la madrina y las damas de
honor, también pueden utilizarla; en caso contrario, ellas tampoco deben
vestirla. En otro post os hablaré del protocolo del uso de mantilla y peineta en las invitadas.
Dónde comprarla: muchas
tiendas de vestidos de novia tienen mantillas a disposición de sus clientas;
aunque sus precios suelen ser desorbitados. Si quieres encontrar mantillas de
excelente calidad, variedad y con unos precios más que razonables, puedes
hacerlo en Flamenco Export,
además tiene una gran cantidad de complementos: horquillas, peinetas,
peinecillos, flores… En otro post os hablaré de los trajes de novia flamenca
que ofrecen, que son una alternativa original al tradicional traje de novia.
Tipos de encaje: según su precio y calidad, podemos distinguir: Chantilly, encaje belga,
blonda, blonda bordada y tul. Podéis encontrar más información en
Dicho sea de paso, me encantan las mantillas
para el traje de novia. Son delicadas, versátiles y muy favorecedoras.
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