De hecho, las flores son uno de los elementos decorativos más potentes que hay, son capaces de crear ambientes por sí solas, con sus colores, sus formas y sus aromas. Por eso son tan importantes.
Por eso en este post quiero contarte algunos de los
Allá vamos...
El presupuesto
No marcarte un presupuesto inicial para las flores. Aunque no lo parezca, es una de las partidas en las que es más fácil derrochar si no se tiene claro lo que se puede gastar... y lo que no. A la mayoría de las mujeres nos encantan las flores y es fácil que sucumbamos a la tentación de no ponernos un límite. Si no me crees, siéntate un rato delante de una de esas floristerías que tienen plantas y flores maravillosas en la puerta y comprobarás que de cada 10 mujeres (también algún hombre, es cierto), 8 no pueden evitar al menor mirar las flores expuestas. Doy fe de que es cierto, porque he hecho la prueba en persona. Y se nota que es algo inconsciente, nos llaman la atención y punto. Así que ya sabes, my friend, si no perteneces al grupo de esas 2 que ni miran las flores, ante la tentación, presupuesto.
Hablando de presupuesto: uno de los errores más frecuentes es participar en las compras colectivas de flores para la ceremonia y así ahorrar un dinero. Si haces esto, ten en cuenta que si te casas la última y hace mucho calor, cuando sea tu boda, lo más probable es que los arreglos estén en malas condiciones. En este caso, puedes hacer dos cosas: hablar con la floristería para que se pasen por allí a última hora para reponer lo que sea necesario o que la parte que pagues tú sea menor que la de las ceremonias anteriores, en las que las flores estarán frescas y en perfecto estado. Precaución con estas cosas, porque lo barato puede salir muy caro.
El florista
Otro gran error que puedes cometer es no buscar un florista de confianza con el que consultar tus dudas y con el que diseñar tu ramo y los arreglos florales.
Un buen florista te aconsejará lo más adecuado para ti, sin intentar colocarte lo más caro ni lo más extravagante. Al fin y al cabo, le interesará más ganarte como clienta para un futuro, que engañarte una sola vez. Al fin y al cabo, si te trata bien, tendrá asegurados pedidos a los largo de los años para compromisos, aniversarios y cumpleaños varios.
Como en cualquier faceta, lo ideal es tratar con un profesional para no equivocarse. Eso sí, antes de encontrar a ese florista ideal, te recomiendo que pidas varios presupuestos, así al menos tendrás una idea de los costes.
Las flores
No tomarte tu tiempo a la hora de elegir las flores es otra gran equivocación. No lo hagas con prisas o sin ganas, porque te equivocarás, no sólo en la elección, también en el gasto.
No comprar flores de temporada. Te saldrán mucho más caras y no siempre las encontrarás en su mejor momento. Plantéate si te merece la pena un sobrecoste en las flores, que podrías emplear en otra partida que luzca más, más aún teniendo en cuenta que la oferta de flores de temporada a lo largo de todo el año es amplísima.
No tener en cuenta la época del año y las condiciones en las que estarán las flores el día de la boda a la hora de encargarlas. Por mucho que te guste una flor, si ésta es delicada y va a estar expuesta al calor (o al frío extremo) durante varias horas, lo más seguro es que termine ajada antes de tiempo. Y ese no es el efecto que quieres conseguir con las flores.
Elegir muchas variedades de flores para que luzcan juntas, especialmente si estas no son silvestres, porque llegan a agobiar. Si la vista se desvía porque hay muchos puntos de atención, termina por no apreciarse ni las flores de forma individual ni tampoco en su conjunto.
No tener en cuenta flores poco habituales en las boda. Ahora mismo el abanico de flores entre las que elegir para tu boda es enorme. Desde las más exóticas a las más campestres, pasando por las flores secas; todas son válidas. No sólo podrás ahorrar dinero en tu presupuesto, además tendrás la posibilidad de darle un toque personal a tu ramo y a la decoración.
Elegir flores de plástico es la peor elección, sin duda. Si no tienes presupuesto, busca flores secas o silvestres, incluso prescinde de ellas si es necesario; pero evita las de plastico, porque dan una sensación de lo más vulgar. Y no hablo sólo del ramo de novia, también de los centros de mesa. Todavía me duelen los ojos de lo que vi en una boda a la que fui invitada: centros de mesa de plástico de una mayorista oriental y con más polvo que una fábrica de talco...
El color
No escoger las flores teniendo en cuenta la paleta cromática elegida para la boda. Es decir, si quieres una boda en tonos azules, las flores deberían combinar con ese tono, no ir por libre. La boda es un todo y debes diseñar cada detalle en consecuencia.
Excederse con el color. Lo ideal es combinar flores con color vivo con uno o dos colores como contraste, uno de ellos preferentemente neutro o más claro. Así lucirán más las flores y no cansarán.
La decoración
Otra equivocación: dejarte llevar (sólo) por lo que ves en las revistas o las redes sociales, en lugar de adaptarlas a tu propia personalidad y estilo. Por mucho que se lleven las flores silvestres en tarros de cristal, si a ti no te gustan y tu boda es muy formal, no deberías utilizarlas en la decoración. Las tendencias son para interpretarlas, no para seguirlas a pies juntillas.
No tener presente que las flores de la boda deben ser un conjunto, no elementos separados. Eso no quiere decir que el ramo de novia, el boutonniere del novio y los centros tengan que estar confeccionados con las mismas flores, pero sí con un hilo argumental que los una, en cuanto a estética, color... Si no, la boda puede acabar pareciendo un muestrario de floristería.
No planificar de antemano los espacios que se quieren decorar con flores. Esta falta de planificación suele llevar a dejar espacios vacíos que sí necesitan flores y a abigarrar otros que necesitarán un tratamiento más minimalista.
Excederse o quedarse corta con las flores. Al fin y al cabo son elementos decorativos y deben utilizarse sabiamente para crear ambientes y sensaciones.
El novio
Otro error, éste realmente imperdonable: olvidarte de que el novio también es protagonista en la boda. Si las flores en su origen protegían de los malos espíritus y atraían la suerte... ¿le vas a dejar a él sin flores? Encárgale un boutonniere bonito y con el que se sienta cómodo. Que se note que es el novio, no un invitado más.
El DiY...
Practicar el DiY en el asunto floral. Salvo que tengas tiempo y conocimientos suficientes, evita encargarte de tu ramo y de los arreglos florales, porque es fácil que el resultado sea un desastre. Te puedes arriesgar con flores secas o con arreglos silvestres muy sencillos, pero si estamos hablando de arreglos más complicados, la cosa se puede torcer. Además, ten en cuenta que tu ramo y los centros no los puedes hacer con mucha antelación... ¿te imaginas el día antes de la boda, con tantas cosas por hacer, con la casa llena de flores, contenedores, tijeras de podar... y muchos nervios? No parece el escenario ideal, no.
No cometas ninguno de estos errores para que te puedan echar flores el día de tu boda...
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La primera vez que apareció este artículo fue en el blog de ¿Quien dijo boda?
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