¡Ohhh! o ¡Aghhh!. En estas expresiones radica la diferencia en que tu vestido de novia sea perfecto o tu peor enemigo. Sólo tienes que ver salir a la novia del coche cuando llega a la iglesia o el juzgado para saber si ha acertado con su elección o ha fallado estrepitosamente.
Si ha conseguido su vestido, se la verá llegar radiante, feliz, pisando fuerte y, las miradas y sonrisas de novio e invitados, lo dirán todo.
Si ha conseguido un enemigo en forma de vestido, verás a una novia encogida, insegura y como empañada; las miradas serán compasivas y los "estás muy guapa, cariño" serán entre dientes, casi como una disculpa...
Elegir un vestido para que no sea tu peor pesadilla es fácil, sólo hay que seguir unas sencillas pero numerosas pautas. Como son muchas, te las divido en dos fascículos. Aquí va la 1ª parte:
1.- Ten en cuenta el presupuesto antes de lanzarte a la búsqueda de El Vestido.
2.- Valora la posibilidad de dividir el presupuesto en dos vestidos, uno
para la ceremonia y otro para la recepción. Es una tendencia muy actual y
muy cómoda. Un lujazo, estrenas dos vestidos en lugar de uno,
¿quién da más?
3.- Decide qué elegirás: diseñador/modista o tienda de prêt à porter. En el
caso de diseñador o la modista, te lo harán completamente a medida; en el de la
tienda, te adaptarán un vestido ya confeccionado.
4.- Piensa que hay más opciones que el diseñador o la tienda prêt à porter:
2ª mano, alquiler y outlet. Imprescindibles si vas justa de presupuesto
pero quieres un vestidazo.
5.- Busca tu vestido con suficiente antelación, lo ideal es entre 9 meses antes y 1 año. Menos tiempo es temeridad, salvo que te gusten las emociones fuertes. Debes elegir sin prisas.
6.- Antes de pedir cita en ninguna tienda, mira y remira revistas y páginas web para irte haciendo una idea de lo que te encontrarás en el mercado. Mira también las opiniones de novias en los foros para hacer una idea de cuál es el trato recibido y la calidad ofrecida.
7.- Una vez recopiladas direcciones y páginas web, hazte un planning para pedir citas en los diseñadores o tiendas.
8.- Ten la mente abierta. Está bien que sueñes con el vestido de tu boda desde que dejaste la guardería, pero necesitas tener presentes todas las posibilidades a la hora de elegir.
9.- Piensa que un vestido de novia es el envoltorio de regalo de algo muy importante: tú. No debe ser un disfraz.
10.- Trasládate 30 años adelante e imagínate qué pensarás del vestido de tu boda. Intenta que, dentro de tu estilo y de la moda de turno, sea intemporal y no te ruborice el verlo pasado el tiempo.
11.- Piensa en el lugar donde se celebrará la ceremonia y el banquete para elegir el vestido. Una boda en la playa no es el lugar más adecuado para un tremendo polisón o una cola kilométrica y, una preciosa catedral, no es el escenario más apropiado para un vestido corto y urbano.
12.- Ten en cuenta la hora del día en que será la ceremonia. No es lo mismo elegir un traje de día que de noche. Para bodas de mañana, los vestidos deben ser más sencillos, más limpios; para bodas de tarde-noche, puedes buscar más sofisticación y brilli-brilli :)
13.- Cuenta con el espacio disponible. Si la iglesia o el juzgado son pequeños, no te decantes por vestidos muy voluminosos. Si el coche no dispone de mucho espacio, tenlo en cuenta también; no se trata de introducirte en él con calzador.
14.- Ten presente la temporada del año. Si se trata de primavera-verano, deberás elegir tejidos ligeros como el organdí, la seda o las gasas y podrás ir menos tapada. Si te casas en otoño-invierno, tendrás la posibilidad de decidirte por tejidos como el brocado o el terciopelo y por toreras o mangas largas.
15.- Conócete a ti misma antes de elegir: cómo es tu cuerpo, qué tono de
piel y pelo tienes, qué estilos te van mejor, qué te hace sentir cómoda,
qué te resulta insoportable de llevar, etc.
16.- Ten bien presente qué
querrás ocultar y qué desearás potenciar. Si tienes unos bonitos
hombros, podrás lucirlos con un escote halter; si tienes poco
pecho, tendrás que inflarlo con volantes y adornos en el escote. Y, a la hora de elegir no seas optimista, si tienes unos brazos voluminosos no te decantes por un palabra de honor pensando que los pulirás en el gym; se realista con tu físico actual y busca lo que te favorezca ahora. Si acabas con unos brazos perfectos y torneados, fantástico; pero si no lo consigues a tiempo, no te sentirás fatal ese día por llevar un vestido que no te favorece.
Y aquí finalizan los 16 primeros consejos para elegir adecuadamente tu vestido de novia. Todas estas claves se refieren al antes, ahora sólo queda el durante.
Continuará...
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