Damitas y Pajecillos: Manual de Uso (II)

En la primera parte de este post, Damitas y Pajecillos: Manual de Uso, te hablé de la decisión de incluirlos en la boda o no, según las circunstancias. En esta segunda parte, te daré algunas recomendaciones útiles para que los peques disfruten de su papel y vosotros dos de ellos.


Vamos a ello...

• Elegid bien los integrantes del cortejo nupcial, con la cabeza, pero también con el corazón. Tened en cuenta también si los niños a los que habéis elegido se sentirán bien siendo el centro de atención, porque hay peques inseguros o tímidos, que pueden sentirse abrumados.

• Decidid qué cometido tendrá cada niño: pétalos, alianzas, arras... Es importante tener en cuenta la edad y las capacidades de cada niño a la hora de asignárselo.

Autor: Marvin Orendain. Vía: Flickr

• Mi consejo es que el cortejo nupcial no debe empañar la entrada de la novia; es decir, si hay muchos niños y muy chiquitines, todas las miradas irán al pequeño séquito robándole protagonismo a ella. Mi consejo es que vayan de 2 a 6 niños como máximo, siendo 3 ó 4 el número ideal. Un sólo niño se puede sentir sólo y más de 6 puede ser un número inmanejable.

• Los niños de menos de 4 ó 5 años necesitan más vigilancia y son más traviesos que los más mayorcitos. Si aun así quieres que participe algún chiquitín, debería ir acompañado y supervisado por un adulto o uno de los niños mayores para que se ocupen de él.

• Hablad con los padres para comentarles que os haría mucha ilusión que sus hijos formasen parte del cortejo y el papel que desempeñarían (arras, pétalos, etc.). No lo déis por hecho, porque os podéis encontrar con una desagradable sorpresa. Además, debéis pensar que el traje y complementos de los niños corren por cuenta de los padres y quizás no puedan asumir ese gasto. Si el problema es sólo el gasto y no hay ninguna reticencia más por parte de los papás, quizás podríais ofreceros a pagar vosotros los trajes.

• Pedidles personalmente (los dos) a los niños su participación, no sólo lo decidáis con los padres. Hablad con ellos y explicadles en qué consistirá su participación y la importancia que tiene. Y no os olvidéis de transmitirles (también los dos) la ilusión que os hace que tengan un papel en la boda y la confianza que tenéis en ellos, se sentirán orgullosos e importantes. También es conveniente dejarles bien claro que les seguiréis queriendo mucho si deciden no participar y que no os enfadaréis (y no debéis hacerlo). Es vital que ellos elijan libremente y sin presiones, para que el día de la boda estén a gusto y se diviertan mucho. Un niño alegre y cómodo da mucho juego en una boda, sin ninguna duda.

• Contadles con todo lujo de detalles qué es lo que tendrán que hacer ese día y explicadles con qué se encontrarán. Hacerles un plano del lugar, enseñarles fotos o llevarles antes al juzgado o la iglesia para un pequeño ensayo (si es posible), harán que tengan menos miedo escénico el día de la boda. Sólo es necesario que recordemos el pánico que sentíamos con 5 ó 6 años cuando debíamos enfrentarnos a algo desconocido...

• No esperéis de los niños más de lo que pueden dar. Las capacidades y comportamiento de los chiquitines son los propios de su edad, así que no os tiréis de los pelos si la niña de 4 años que está encargada de los pétalos los tira todos juntos a la entrada de la iglesia y luego se va tan contenta y orgullosa con su mamá. O no pongáis el grito en el cielo si al hijo de vuestra mejor amiga, que tiene 6 años, se le caen los anillos que lleva en una preciosa cestita. 

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• Y, por cierto, si alguno tiene un berrinche o se niega a hacer algo, la mejor actitud es no prestarles la menos atención. Es una forma de desarmar la pataleta, cuanta más importancia les deis a esos estallidos, más tardarán en calmarse. Ya sé que puede ser una verdadera prueba para vuestros nervios, más aún ese día, pero es la única manera de hacerlo.
  

Siempre en armonía con el vestido de la novia

• Los trajes de las damitas y pajecillos deben ir en armonía con el vestido de novia. No es necesario que todos los niños vayan vestidos igual, sobre todo cuando hay niños de edades muy distintas; con que los tejidos, colores y motivos ornamentales sean idénticos, es suficiente. Y no os olvidéis de la comodidad de la ropa, evitando tejidos que pican, adornos excesivos, etc. Aunque nos parezcan muñequitos de porcelana una vez vestidos con ropa de fiesta, son niños de carne y hueso...

• Y, hablando de los trajes, pedidles opinión a los niños acerca de los trajes. Es importante escucharles y tenerles en cuenta, aunque quien decida finalmente seáis vosotros. Seguro que os sorprenden con sus opiniones y planteamientos, desde muy pequeños ya cuentan con un criterio propio muy desarrollado.

• La forma más correcta de que entren en la iglesia o el juzgado es delante de la novia. Si hay pocos, también pueden ir detrás de ella. Si hay muchos niños, se puede colocar a los más pequeños delante de la novia y a los más mayorcitos detrás. La mejor opción es ordenarles por estaturas, para que puedan lucirse todos.

• Los niños deben llegar hasta el altar, aunque luego se sienten en los primeros bancos o en cualquier otra ubicación. Os aconsejo que si los niños son muy pequeños haya alguien que les supervise y les espere en la zona del altar o de la mesa de ceremonias para dirigirles a sus sitios y que no se despisten.

• Mi recomendación es que los niños no lleven la cola del traje, porque puede causaros más de un disgusto, especialmente si las colas son tipo catedral, que necesitan de una manipulación cuidadosa para que se luzcan adecuadamente.

• Tras la boda, agradecedles su colaboración y tened algún pequeño detalle con ellos. Se lo merecen por el esfuerzo y por los momentos encantadores que os habrán brindado en la boda.

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