Porque el dinero sí que importa, aquí os dejo unos consejos que os ayudarán a no derrochar sin necesidad:
- Marcaos un presupuesto y ceñíos a él. Hay quien piensa que es únicamente orientativo y que los miles de euros ser irán añadiendo solos, sin que podáis hacer nada para evitarlo. Pero eso no es cierto, lo que hace falta es disciplina y tener las ideas muy claras. Es como ir a hacer la compra con una lista bien hecha, con el estómago lleno, sin compañía y con poco tiempo que perder: seguro que no te sales del guión.
- Si pedís consejo a otras personas para que os ayuden, tened mucho cuidado, porque no debe convertirse en dogma. Si vuestra amiga tiene una posición económica muy desahogada, puede que os convenza de que un traje de alta costura, unos centros en el mejor (y más caro) florista de la ciudad y una recepción servida por un chef con varias estrellas Michelin son requisitos imprescindibles para casarse... y no tiene que ser así.
- Y lo mismo ocurre con las revistas, webs, blogs y redes sociales: no tenéis que seguir todas las modas, consejos, ideas y ocurrencias que veáis. Están bien para tomarlas como referencia, pero luego debéis adaptar todo lo que os gusta a vuestras posibilidades y vuestra personalidad. Seguir al pie de la letra todo lo que se ve on y off-line puede dejaros un buen agujero en el bolsillo.
- No os comparéis con otras parejas, porque es la mejor forma de que el presupuesto se os vaya de las manos. Si tomáis como referencia a otros novios que se hayan casado antes que vosotros, lo más seguro es que terminéis gastando mucho más que ellos al querer superarles. Si os centráis en vosotros, en cómo sois, en lo que queréis realmente y en vuestro presupuesto, no necesitaréis competir con nadie... y, por lo tanto, no gastaréis más que lo que os hayáis marcado. Sois únicos... y vuestro presupuesto también.
- Si es posible, pagad todos los gastos de la boda vosotros, especialmente si se trata del banquete. Aunque los padres no lo pretendan (aunque hay algunos que sí lo hacen), os veréis presionados para tomar determinadas decisiones que no os gustan, sólo porque son de su agrado... y, al fin y al cabo, pagan. Y en ocasiones estas decisiones pueden ser sobre temas tan importantes como el lugar o la fecha de celebración de la boda, si será una ceremonia civil o religiosa, el vestido de la novia o la lista de invitados. Si sois de los que apreciáis vuestra independencia, es mejor tener una boda más modesta y tener todo el control sobre las decisiones que os importan. Eso no significa que no les deis a vuestros padres el protagonismo que merecen o que les dejéis elegir ciertas cosas que sabéis que les harán felices y que para vosotros no suponen ningún problema.
- Y hablando de la lista de invitados: precaución con el número de asistentes, porque es una de las mayores sangrías económicas de la boda. Procurad invitar sólo a las personas que realmente os importan y que queréis que os acompañen ese día. Podéis encontrar más información en este artículo.
- No contéis con el dinero que os darán los invitados para costearos la boda. Antes eso era posible, ahora es bastante más dificil y os podéis encontrar con unos gastos a los que no podéis hacer frente con los ingresos reales. No sería la primera pareja que se ha visto en un apuro por este tema a la hora de pagar las facturas de la boda.
- Y, siguiendo con los regalos, valorad si os puede interesar una buena (y práctica) lista de bodas o una especie de crowdfunding para el viaje de novios, antes que el dinero en la cuenta corriente o en los consabidos sobres. Esas dos opciones son una forma de no tener el dinero contante y sonante a mano, con lo que no tendréis la tentación de gastarlo de una forma irresponsable.
- En caso de que tengáis un presupuesto limitado, dad prioridad a la comida sobre otros puntos de la organización. Los invitados van a apreciar una buena comida más que unos centros de mesa espectaculares y carísimos. Y cuando digo una buena comida no me refiero a cara, hablo de buenas materias primas y bien preparadas. En la organización de eventos hay un dicho muy sabio que lo resume todo: lo importante de un evento no es el mensaje, ni la decoración... lo importante es el canapé. Porque los invitados siempre se quedan con eso, con cómo han comido. Es básico, lo sé, pero es así.
- Y también dadle prioridad a la diversión. Porque es muy importante a la hora de lograr que la boda sea un éxito. Los invitados se acordarán mucho más de un buen DJ o un divertidísimo photocall DiY, antes que de unos regalitos que casi os han supuesto la hipoteca de la casa. Nadie dice: "¡qué boda tan estupenda la de María y Adrián, qué juego de abrebotellas y tapón en plata de ley con estuche de madera que nos regalaron!". Si alguien ha disfrutado de una boda, lo habitual es oír: "¿te acuerdas de la boda de Carmen y Santi? ¿Recuerdas qué entrantes tan espectaculares? ¿Y qué vino? ¡Qué bien lo pasamos todos, fue un día increíble!"
- Recordad que el quid de una boda perfecta no está en el presupuesto, está en los detalles. Eso es lo que marca la diferencia y que dejará huella en vosotros y en vuestros invitados. Y para eso no hace falta una gran inversión en dinero, pero sí en tiempo y en cariño. Una boda low cost no significa que tenga que ser de segunda clase, puede ser absolutamente preciosa. Todo depende de vosotros.
- Tened presente que lo simple también es bello, por lo que no es necesario recargar cada espacio y cada instante de la boda para que sea perfecto. De hecho, si os excedéis con los golpes de efecto, los invitados (y vosotros mismos) no apreciarán el esfuerzo en tiempo y dinero que habéis hecho, porque los sentidos acaban por embotarse. Si todo es a lo grande (vestuario, flores, decoración, comida, animación...), todo acabará pareciendo pequeño y vulgar, porque no habrá momentos y espacios que sirvan de descanso y comparación.
- Si alguien se ofrece a ayudaros, tomadle la palabra. Si hay un grupo de amigas que quiere ayudar con la decoración, alguien que desea encargarse de contratar la animación o un hermano que quiere hacer de chófer... ¡decidles que sí! No sólo haréis que se sientan útiles, además ahorraréis un dinero que podréis emplear en otros puntos de la boda.
Espero que estos consejos os ayuden a ahorrar sin renunciar a una boda perfecta.
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