¿Qué Hacer con los Padres que No Son Padrinos?

En otros post os he hablado del padrino y de la madrina, incluso de las damas de honor, damitas y pajecillos. Pero nunca me había centrado en dos figuras muy importantes en la boda: la madre de la novia y el padre del novio.


Tradicionalmente se le suele dar el papel del padrino al padre de la novia y de madrina a la madre del novio; así que las parejas de ambos, padrino y madrina, se quedan un poco fuera de juego en la organización y celebración de la boda.


Y eso no significa que no sean importantes en la boda, que lo son, pero es necesario demostrárselo con pequeños detalles. Porque es fácil que se sientan desplazados en un momento tan importante, muchas veces sin intención. 


Para que esto no suceda, aquí tenéis algunos consejos que quizás os sean útiles:

En general

• Informadles de la marcha de la boda y, si lo consideráis oportuno, pedidles opinión acerca de algunos aspectos de la organización.

 

• Reservadles los mejores asientos de los primeros bancos de la iglesia o el juzgado, es decir, los que estén más cerca del pasillo central y de vosotros. 

Familia de la novia                               Familia del novio

• Dirigidles una mirada cómplice en algún momento de la ceremonia. Demostradles que, aunque no estén sentados a vuestro lado, vosotros sí los sentís cerca.

 

• A la hora de que salga el cortejo nupcial, el protocolo en nuestro país dice que deben salir primero los novios, luego madrina y padrino y, por último, la madre de la novia y el padre del novio (todos ellos del brazo y las mujeres situadas a la derecha de los hombres, salvo que alguno de estos últimos tenga algún tipo de título nobiliario de rango superior al de la novia). Pero en muchas ocasiones estos últimos prefieren salir del brazo de sus cónyuges. Si es así, mi consejo es que os saltéis las normas y les deis el capricho a vuestros padres.  

 

• No os olvidéis de tener un coche previsto para ellos. No sólo para vosotros y los padrinos. Y decoradlo también, para que se note que forma parte del cortejo de la boda.  

 

• Saludad a vuestros padres según termine la ceremonia, antes de salir del lugar donde se celebre ésta. Estarán deseando dar un beso a sus hijos y darles la enhorabuena. No dejéis que el resto de los invitados os roben ese momento.

 

• Pedidles que atiendan a los invitados en representación vuestra a la entrada de la ceremonia y durante el cóctel, se sentirán útiles y partícipes de la boda. Aunque compartan esta labor con el padrino y la madrina, es necesario recalcarles que ellos también son importantes.

 

• Reservad algún momento para estar a solas con vuestro padre o vuestra madre y deciros todas esas cosas importantes que requiere ese día.

 

• No os olvidéis de que salgan en todas las fotos que sea necesario, también durante la ceremonia. Muchas veces los flashes se centran en los padrinos y se deja relegados a los otros padres.

Para el padre del novio

• Si eres el novio, pídele que lleve el  mismo tipo de vestuario que llevéis tú y el padrino. No sólo lo requiere el protocolo, es que además es una forma de incluirle dentro de las personas clave dentro de la boda.

 

• Encarga también un boutonniere especial para él, igual que para ti y para el padrino (y en algunos casos también para los testigos). Para diferenciaros entre vosotros, los prendidos pueden tener tonos o flores distintos, siempre dentro de línea que marcarán el ramo de novia y la decoración floral.

 

• Pídele a tu padre que te preste algo que llevó en su boda (gemelos, reloj de bolsillo, tirantes, pañuelo...), a modo de amuleto. Eso sí, esto sólo vale si el matrimonio de tus padres es muy sólido y feliz.

 

• Otro bonito detalle, si le gusta hablar en público, es pedirle que lea algún texto en la ceremonia o que haga algún brindis en la recepción. Pero ten en cuenta que el primer brindis debería ser el del padrino, salvo que decidáis otra cosa.

 

• Dile lo apuesto que está, le encantará. 

Para la madre de la novia

• Si eres la novia, dile a tu madre que te ayude a elegir el vestido de novia. Mira revistas y webs con ella, así se sentirá útil e importante en un momento tan importante. Y, por supuesto, llévala contigo cuando vayas a probarte trajes. 

 

• Si no te sientes muy cómoda con su compañía o consejos en este trance (que todo puede ocurrir), al menos deja que participe en la elección de algún complemento.

 

• Y hablando de vestidos: acompaña a tu madre a comprar su vestido para la boda. Reserva una tarde de chicas para elegir su vestido y sus complementos, tomar un café y compartir confidencias.

 

• Encarga algún prendido, corsage o ramillete para ella. Es una forma encantadora de que se sienta también protagonista de la boda. Puede una pequeña réplica de tu ramo de novia.

 

• Si el matrimonio de tus padres es de esos que da envidia sana, pídele a tu madre que te preste algo que llevó en su boda para que te dé tanta suerte en el amor como a ella. Será feliz, seguro. 

 

• Si no tiene miedo escénico, también puedes pedirle que haga alguna lectura durante la ceremonia.

 

• Pídele a tu madre que te ayude a entregar los detalles a los invitados, aunque tenga ayuda de tus hermanas, cuñadas o amigas.

 

• Y no te olvides de decirle lo bonita que está. Incluso puedes decirle al oído (sin que te oiga el novio ;)), que está mucho más guapa que la madrina.

Si alguno de ellos falta...



Si alguno de los padres que no son padrinos ha fallecido, algunas ideas bonitas y emotivas para que estén con vosotros de algún modo pueden ser:

• Llevar una foto en un pequeño medallón en el cuello, en la muñeca o en el ramo, si se trata de la novia; en el boutonniere o en la solapa, si se trata del novio.

 

• Colocar alguna foto o vela en algún lugar destacado de la ceremonia o la recepción.

 
 
Mi consejo es que, si por desgracia este es vuestro caso, valoréis si este tipo de detalles será demasiado emotivo para vosotros ese día. También sería importante saber la opinión del padre o madre que ha enviudado y de los hermanos.


Demostrad a vuestros padres que les queréis y que son importantes para vosotros, aunque no sean ni la madrina ni el padrino.




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