15 abril, 2020

Cómo Organizar una Segunda Boda (o una Tercera)

¿Estáis pensando en casaros por segunda vez? Si es sí, probablemente estaréis tan nerviosos y perdidos como con la primera. Y es que una boda siempre es una boda y organizarla conlleva siempre estrés e ilusión a partes iguales.


Si es vuestro caso, en este post encontraréis consejos e ideas para que organizar unas segundas nupcial sea algo mucho más fácil.


Cómo organizar una segunda boda (o una tercera)


Algunas reflexiones


Si uno de vosotros o ambos os habéis casado previamente, tendréis la misma ilusión (o más) que ante la primera boda, pero las expectativas, la serenidad y la experiencia os harán enfrentaros a un segundo enlace de otra manera. Ni mejor ni peor, diferente.


En caso de que hayáis contraído matrimonio antes, tenéis experiencia en la boda anterior, pero en ésta en concreto los dos sois novatos.


La ceremonia y la celebración no deben ser una réplica de la primera, porque los dos formáis una pareja diferente, con un estilo totalmente distinto, con otras expectativas, con otras circunstancias personales y profesionales. Cada boda es única. Incluso aunque más adelante hagáis una renovación de votos cambiaréis muchas cosas.


Pareja de novios besándose


El anuncio del compromiso


A la hora de anunciar el compromiso es importante tener en cuenta a los hijos en primer lugar si los tenéis. Ellos deberían ser los primeros con conocer la noticia, tanto si son de ambos como si son fruto del anterior matrimonio o de otras parejas. Es fundamental que lo hagáis con respeto, delicadeza y firmeza, sobre todo en estos dos últimos casos. Y con mucho más tacto si el segundo matrimonio se da después de enviudar alguno de vosotros.


También es importante comunicárselo a padres, hermanos o familiares cercanos, especialmente si les vais a invitar.


Y, por supuesto, también debéis informar del compromiso a los amigos más cercanos.


Los últimos en conocer la noticia deberían ser los menos allegados y compromisos.


Invitación de boda con hoja de helecho y anillos


Habrá personas que se opongan...


Debéis contar con la oposición de algunos de los invitados, porque no todos verán con buenos ojos unas segundas nupcias. No porque ya sea una rareza o un baldón que las parejas se divorcien, si no porque es fácil que haya incomprensión o intolerancia.


En el caso de los hijos procedentes de otro matrimonio, sobre todo si son pequeños o adolescentes, pueden sentirse heridos, porque sus padres se han divorciado, con lo que eso conlleva para ellos. Y que para más inri ha sustituido a su progenitor/a  por otro.


Otros familiares, incluso los propios padres, pueden no ver con buenos ojos un nuevo matrimonio. Si tenían mucho apego al anterior cónyuge, pueden resistirse a la idea de que sea otra persona la que ocupa su lugar. También puede tener un cierto peso si son muy conservadores y/o muy religiosos, puede que no estén de acuerdo con un divorcio y, por lo tanto, con una nueva boda.  


Si invitáis a amigos que eran comunes y siguen teniendo contacto con ambos, puede que no se sientan cómodos con la idea de que la pareja con la que tanto han compartido, se haya roto y se vaya a reconfigurar de nuevo. Incluso pueden considerarlo una traición.


La lista de invitados


A la hora de elaborar la lista de invitados mi consejo es que elijáis a los que realmente sean cercanos, los que realmente os hagan felices con su presencia ese día. Si en un primer matrimonio no debería haber apenas espacio para los compromisos, en unas segundas nupcias mucho menos. Y, además, en una segunda boda los padres no suelen colaborar económicamente, por lo que no hay muchas excusas para que nadie os impongan invitaciones que no deseáis.


El número debería ser el que vosotros consideréis oportuno, y el que encaje con vuestro presupuesto, por supuesto. Hay quien afirma que una segunda boda debe ser más íntima, casi de incógnito, como si hubiese que esconderla o pedir perdón por volverse a casar. Y no estoy de acuerdo. Si ambos queréis una boda pequeña, perfecto; si no es así, no tenéis ningún motivo para no tener una celebración por todo lo alto.


Novios besándose en el pasillo nupcial formado por los invitados que agitan bengalas


Y, por supuesto, no hay ninguna obligación de invitar a los mismos invitados que asistieron a la primera boda. Vosotros sois diferentes y las circunstancias también, así que habrá personas que no encajan para nada en vuestra nueva vida. Y por otra parte, la edad y la experiencia son muy útiles para eliminar contactos que no aportan e incorporar otros nuevos que sí lo hacen. Incluso aunque se trate de familia o amigos de la infancia.


¿Y  los ex? ¿Qué se hace con las exparejas? Pues os aconsejo que leáis el post ¿Invito a Mi Ex a la Boda? en el que encontraréis consejos y reflexiones que os pueden ser útiles. 


El vestuario, el maquillaje y el peinado


Novia


¿Quién ha dicho que en un segundo matrimonio la novia no puede vestir de blanco, no llevar velo o ir discreta? No hay reglas que valgan cuando se trata de una novia eligiendo su vestido de novia, sea su primera, su segunda o su quinta boda.


Los únicos consejos que doy en este caso a la novia que se casa por segunda vez (y para la que se casa por primera también) son: que busque un vestido que encaje con su estilo y con su fisionomía; y también que sea apropiado para el estilo de enlace, con la hora en la que se celebre y con el lugar.


Novia vestida de blanco de espaldas girada mirando a la cámara


Si no te apetece llevar un atuendo nupcial al uso, puedes utilizar vestidos que no sean propiamente de novia, como vestidos de cóctel o de fiesta, trajes de chaqueta...


Por supuesto, la novia puede llevar ramo, complementos originales y cualquier otro detalle que le haga sentir segura y guapa.


Lo que sí que sería un error, es usar el mismo vestido. Si el primer matrimonio terminó en divorcio, parece arriesgado comenzar el nuevo con la misma indumentaria. No por superstición, sino porque de alguna forma asociarás el fracaso sentimental con la vida que comienzas con otra persona, y no parece la mejor opción. Y si enviudaste de tu primer cónyuge, parece una falta de respeto hacia esa persona y para tu pareja actual llevar el mismo vestido. Incluso me parece un error usarlo aunque lo reformes de manera radical.


En cuanto al maquillaje y el peinado, procura que te sienten bien, que sean de tu estilo y que sean acordes al vestido y los complementos. Si eres discreta siempre, refléjalo en la forma de maquillarte y de peinarte. Pero si eres atrevida y te gusta saltarte las normas a diario, no dejes de hacerlo el día de tu boda, incluso aunque tengas ya unos años. No hace falta que te disfraces, pero sí puedes añadirle a tu beauty look nupcial un toque diferente y personal. 


Maquilladora dándole los últimos retoques de maquillaje a la novia antes de la boda


Novio


En el caso del novio, ocurre lo mismo que con la novia. No hay más requisitos que el que te guste el atuendo, que te siente bien, que encaje con el de la novia y con el estilo de la boda. Nada más.


Y, claro, tampoco vistas lo mismo que en la primera boda.


Novio con chaleco


Organización


Involucrad a los hijos de ambos en la boda, si ellos están de acuerdo. Hacedlo con tareas apropiadas para su edad. Se sentirán más cerca de vosotros y lo disfrutarán muchísimo. Os pueden acompañar al altar, llevar los anillos, portar los pétalos de flores, actuar de padrinos o testigos si son más mayores, leer durante la ceremonia, participar cuando leáis los votos, dar un discurso en los brindis...


Otra bonita forma de que participen en la boda es que aparezcan en las invitaciones de boda, junto con vuestros nombres.


Es un tipo de enlace en el que os tendréis que replantear los papeles principales en la boda, más allá de los vuestro claro. Puede que no queráis (o que por desgracia ya no podáis) que el padre de la novia actúe como padrino y que la madre del novio sea la madrina. En este caso, os pueden acompañar al altar vuestros hijos, hermanos, amigos íntimos, o incluso llegar solos.


Novia caminando hacia el altar de la mano de su madre


La boda, por lo general, será civil, salvo que tengáis la anulación religiosa o que alguno de los dos seáis viudos.


A la hora de tramitar el expediente matrimonial, tendréis que aportar la documentación que acredita el divorcio o el certificado de defunción del primer cónyuge.


La despedida de solteros es opcional. Si os apetece hacerla, adelante. Si no es así, no es obligación. En segundas nupcias es muy habitual que la despedida se organice de forma conjunta.


Es importante que el espacio sea un fiel reflejo de vuestro estilo y de la boda que queréis. Mi consejo es que busquéis un lugar especial, con personalidad y encanto, más allá de tendencias y de postureos.


La decoración debe ser como en cualquier boda, ya sea la primera o la segunda: bonita, elegante, equilibrada, con vuestra marca personal, apropiada para el espacio, la época del año y la hora...


Y si en toda celebración nupcial la comida, la bebida y la música deben tener peso específico, en una segunda boda más todavía. Tanto vosotros como los invitados ya no seréis unos niños, y el gusto se habrá asentado y refinado, por lo que será más difícil contentar a todos los asistentes. Y la fiesta tampoco conoce de edades, así que tendrá que ser excelente. Siempre es mejor dedicar una buena parte del presupuesto a estos conceptos que a la decoración, las invitaciones, etc. 


Plato, servilleta, tarjeta de agradecimiento y detalle de bayas


Los regalos


En las segundas bodas el tema de los regalos es algo delicado. Normalmente las parejas que se casan nuevamente suelen hacerlo cuando su situación económica es estable, por lo que los invitados puede que no entiendan demasiado que tengáis una cuenta corriente para que les hagáis un ingreso o que esperen un sobre. Si os hace falta el dinero, os aconsejo que busquéis algún motivo que justifique que lo pidáis, como un viaje especial o amueblar vuestro nuevo dormitorio, por ejemplo. Incluso podéis pedir que se hagan cargo de algunas partidas de la boda, como la música o en entretenimiento.


Si no vais a pedir dinero, pero no queréis encontraros con un montón de objetos que no os sirven o no os gustan, podéis recurrir a las listas de bodas, comentarlo de forma personal a los más cercanos o incluso en la propia invitación o en la web dar pistas de lo que os haría felices: arte, tecnología, música, gastronomía...


Ahora ya sólo me queda una cosa por hacer: desearos una bonita boda y una vida en común larga y muy feliz.




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La primera vez que apareció el post Cómo Organizar una Segunda Boda (o una Tercera) fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?


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