25 noviembre, 2012
Elegir el Menú de Bodas y No Empacharse en el Intento (I)
Elegir el menú del banquete de boda puede resultar una tarea titánica. Lo habitual es que, cuando una finca o restaurante nos presenta su carta de menús pasen dos cosas: o nos gustan todos los menús y no sabemos cuál elegir o no nos gusta ninguno y tampoco podemos hacer una elección.
Y acertar con el menú es algo muy importante. De hecho, es primordial a la hora de que la gente recuerde vuestra boda. Como dice una excelente profesora de organización de eventos empresariales: "en un evento te puedes trabajar todo pero, lo realmente importante, es el canapé". En vuestra boda, también.
Para ayudaros a tomar una decisión acertada a la hora de elegir vuestro menú de bodas, os ofrezco unas cuantas sugerencias. Como el tema es extenso, lo he dividido en dos partes. Aquí tenéis la primera:
Consideraciones generales...
Antes de nada, debéis contar con un presupuesto cerrado que hayáis determinado los dos de antemano. Es importante que fijéis el presupuesto antes de visitar la finca o restaurante, porque si no es fácil que el asunto se os vaya de las manos.
También debéis tener presente el número de invitados que asistirán al banquete. Eso sí, este concepto sí es modificable, no como el presupuesto. Es más rentable eliminar a invitados de la lista y cumplir con los asuntos importantes: presupuesto y calidad en los platos. En casi todas las bodas se suele incluir en la lista de invitados a personas de las que no es difícil prescindir; así que, ante un presupuesto reducido, es mejor calidad de productos que cantidad de invitados.
Antes de elegir el menú, también tendréis que tener en cuenta qué tipo de boda deseáis. El ambiente que queráis crear, también afecta a los platos del banquete. Si queréis una boda vintage, no tiene mucho sentido ofrecer un menú de vanguardia; si buscáis una boda urbana y cosmopolita, no es adecuado ofrecer platos muy tradicionales en su elaboración y presentación.
Como consejo a tener en cuenta, pensad que si el banquete va a consistir en comida o cena sentados, es recomendable ofrecer antes un aperitivo o cóctel. Aligerará la cantidad de la comida o cena, dará tiempo para que lleguéis vosotros de la tradicional sesión de fotos post-ceremonia y os permitirá saludar a los invitados antes de entrar al salón.
Si la recepción va a ser comida, los platos deberán ser más contundentes y de presentación más sobria; si va a ser una cena, los platos tendrán que ser más ligeros, aunque admiten una presentación más original y elaborada.
Y es necesario tener en cuenta si va a haber recena o resopón, porque tendréis que contar también con la elección de su composición.
También es oportuno que os planteéis qué tipo de banquete os gusta más antes de elegir el menú: comida o cena sentados, sólo cóctel o buffet. Incluso, podéis valorar opciones más innovadoras (y económicas) como el desayuno, el brunch o el picnic. Según cómo sea el tipo de recepción, así habrá que elegir los platos, no al contrario.
Y, por supuesto, es importante la época del año. Los platos que se consumen en verano, nada tienen que ver con los adecuados para el crudo invierno. Un plato de cuchara y bien caliente en pleno julio, puede tener consecuencias nefastas en vuestros invitados...
A tener en cuenta con el proveedor...
Buscad siempre opiniones de primera mano o en internet acerca de la calidad del menú en los proveedores que vayáis a ver. Son una información imprescindible antes de visitar siquiera una finca o un restaurante.
Tened presente que en casi ningún espacio donde vayáis a celebrar el banquete váis a poder dejar volar vuestra imaginación. Casi todos los proveedores ofrecen una serie de menús cerrados, aunque muchos ofrecen la posibilidad de intercambiar platos en el menú o de incluir algún plato especial; siempre y cuando sea viable a la hora de su preparación. Sabiendo ésto, no os llevaréis ninguna decepción a la hora de comenzar a visitar fincas o restaurantes.
Debéis preguntar al proveedor las condiciones que afectan al menú: si se puede pedir algún plato fuera de las opciones estándar, si es posible intercambiar platos entre menús, si se pueden cubrir necesidades especiales (niños, celíacos, vegetarianos...), qué tipo de instalaciones tienen, con qué servicio cuentan, si hay prueba de menú (cuánto y para cuántos), el tipo de contrato, la señal, penalización por bajas de última hora entre los invitados, etc.
Exigid que haya prueba de menú y tened en cuenta que siempre, siempre, la prueba de menú va a ser de una calidad superior que el propio banquete. No porque el proveedor tenga voluntad de engañaros, si no, porque es difícil que ese solomillo tan fantástico que os sirven para 4 personas sea tan bueno cuando ha de servirse a 300.
Cercioraos también de la cantidad que sirve el proveedor en la prueba del menú. Debe ser racional. Si es muy pequeña, los invitados quedarán con hambre, y eso es muy malo; si es exagerada, muchos invitados lo pasarán mal por verse obligados a terminar todo el plato. En la cantidad también debéis tener en cuenta la suma del cóctel y del resto de platos.
Continuará...
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