Para felicitarles con acierto, aquí te dejo 10 pautas de protocolo y sentido común que espero te sean útiles:
1.- Los protagonistas de la boda son los novios y, ante todo, hay que acompañarles, no agobiarles. Hay quien piensa que es el perejil de todas las salsas y que, si no saluda el primero y de la forma más efusiva (e inconveniente) a los novios, es como si no hubiese boda. Puedo asegurar sin miedo a equivocarme, que ninguna pareja de novios que conozca tiene en cuenta que algún amigo o familiar se abstenga de abalanzarse sobre ellos para besuquearles según les dan la bendición... más bien al contrario. Prudencia ante todo.
2.- Y, hablando de prudencia, hay que ser conscientes del lugar que se ocupa en la boda. Lo lógico es que la enhorabuena se la den primero los amigos y familiares más allegados; luego, los demás. Por ello, aproxímate a felicitar a los novios antes o después, según el grado de cercanía que tengas con ellos. ¿No te has fijado en esas vecinas cotillas, de las de toda la vida (y a las que nadie ha soportado nunca) que son capaces de pegar un codazo a la bisabuela centenaria del novio para llegar ellas antes a dar la enhorabuena? ¡Ah, veo desde aquí que te están riendo! Así que sabes de lo que te hablo...
Imprescindible: dejar que salga el cortejo sin interrupciones |
4.- Algo a evitar es saludar a los novios mientras salen por el pasillo nupcial (o incluso antes de abandonar el altar o la mesa de ceremonias), salvo que se trate de los padres, de los hijos o de los hermanos. No sólo desluce la salida del cortejo nupcial y las fotos, además agobia a los novios. Por no hablar de que ralentiza la salida de los invitados, algo a evitar por todos los medios si se celebran más bodas después.
5.- El momento ideal para saludar a la pareja es durante el cóctel. De hecho, los novios deberían aprovechar esa parte de la recepción para dar las gracias por la asistencia a los invitados y recibir sus parabienes; mucho mejor aún que tras el corte de la tarta. Aunque habitualmente los novios aprovechan el momento postres o café para ir departiendo con los asistentes y preguntándoles si todo ha sido de su agrado, recomiendo que esa labor se la cedan a padrinos, padres y personas más cercanas; dejando el momento cóctel para ellos, porque estarán más frescos y los invitados lo agradecerán más. El momento post baile también es perfecto para saludar al nuevo matrimonio.
6.- No es conveniente interrumpir a los novios mientras están comiendo, es una falta de tacto inexcusable. A nadie le gusta que le vengan con saludos y enhorabuenas cuando está terminando su plato, menos aún si se trata de los novios, que probablemente no hayan probado bocado en todo el día con los nervios. Por no hablar del engorro de tener que levantarse para saludar, especialmente en el caso de la novia.
7.- Tampoco es apropiada dar la enhorabuena a la pareja justo antes del baile nupcial, porque bastante nerviosos estarán ya ellos con el vals y/o el baile sorpresa posterior. No pasa nada por esperar a después de sus evoluciones danzarinas, cuando ya estén más relajados.
8.- Los saludos y enhorabuenas deberían ser breves, porque los novios tienen que atender a muchas personas ese día y no es conveniente acapararles. Una frase emotiva y sincera, acompañada de una sonrisa y un abrazo, son más que suficientes para que la pareja se sienta agradecida.
Los novios deben dedicarse a ser felices... |
10.- Y, por supuesto, cuando se da la enhorabuena por la boda, es a los dos miembros de la pareja. Hay personas que si son de la novia, ni siquiera saludan al novio; bien porque él no les agrada (mal, muy mal), bien porque no se pusieron en la fila cuando estaban repartiendo buenos modales (peor).
¡Ah, aprovecho para enviaros un saludo a todos los lectores, fieles o de paso! Un saludo sin protocolo, pero con mucho cariño. ¡Gracias por estar ahí!
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