¿Qué Hacer con los Padres que No Son Padrinos?

En otros post os he hablado del padrino y de la madrina, incluso de las damas de honor, damitas y pajecillos. Pero nunca me había centrado en dos figuras muy importantes en la boda: la madre de la novia y el padre del novio.


Tradicionalmente se le suele dar el papel del padrino al padre de la novia y de madrina a la madre del novio; así que las parejas de ambos, padrino y madrina, se quedan un poco fuera de juego en la organización y celebración de la boda.


Y eso no significa que no sean importantes en la boda, que lo son, pero es necesario demostrárselo con pequeños detalles. Porque es fácil que se sientan desplazados en un momento tan importante, muchas veces sin intención. 


Para que esto no suceda, aquí tenéis algunos consejos que quizás os sean útiles:

En general

• Informadles de la marcha de la boda y, si lo consideráis oportuno, pedidles opinión acerca de algunos aspectos de la organización.

 

• Reservadles los mejores asientos de los primeros bancos de la iglesia o el juzgado, es decir, los que estén más cerca del pasillo central y de vosotros. 

Familia de la novia                               Familia del novio

• Dirigidles una mirada cómplice en algún momento de la ceremonia. Demostradles que, aunque no estén sentados a vuestro lado, vosotros sí los sentís cerca.

 

• A la hora de que salga el cortejo nupcial, el protocolo en nuestro país dice que deben salir primero los novios, luego madrina y padrino y, por último, la madre de la novia y el padre del novio (todos ellos del brazo y las mujeres situadas a la derecha de los hombres, salvo que alguno de estos últimos tenga algún tipo de título nobiliario de rango superior al de la novia). Pero en muchas ocasiones estos últimos prefieren salir del brazo de sus cónyuges. Si es así, mi consejo es que os saltéis las normas y les deis el capricho a vuestros padres.  

 

• No os olvidéis de tener un coche previsto para ellos. No sólo para vosotros y los padrinos. Y decoradlo también, para que se note que forma parte del cortejo de la boda.  

 

• Saludad a vuestros padres según termine la ceremonia, antes de salir del lugar donde se celebre ésta. Estarán deseando dar un beso a sus hijos y darles la enhorabuena. No dejéis que el resto de los invitados os roben ese momento.

 

• Pedidles que atiendan a los invitados en representación vuestra a la entrada de la ceremonia y durante el cóctel, se sentirán útiles y partícipes de la boda. Aunque compartan esta labor con el padrino y la madrina, es necesario recalcarles que ellos también son importantes.

 

• Reservad algún momento para estar a solas con vuestro padre o vuestra madre y deciros todas esas cosas importantes que requiere ese día.

 

• No os olvidéis de que salgan en todas las fotos que sea necesario, también durante la ceremonia. Muchas veces los flashes se centran en los padrinos y se deja relegados a los otros padres.

Para el padre del novio

• Si eres el novio, pídele que lleve el  mismo tipo de vestuario que llevéis tú y el padrino. No sólo lo requiere el protocolo, es que además es una forma de incluirle dentro de las personas clave dentro de la boda.

 

• Encarga también un boutonniere especial para él, igual que para ti y para el padrino (y en algunos casos también para los testigos). Para diferenciaros entre vosotros, los prendidos pueden tener tonos o flores distintos, siempre dentro de línea que marcarán el ramo de novia y la decoración floral.

 

• Pídele a tu padre que te preste algo que llevó en su boda (gemelos, reloj de bolsillo, tirantes, pañuelo...), a modo de amuleto. Eso sí, esto sólo vale si el matrimonio de tus padres es muy sólido y feliz.

 

• Otro bonito detalle, si le gusta hablar en público, es pedirle que lea algún texto en la ceremonia o que haga algún brindis en la recepción. Pero ten en cuenta que el primer brindis debería ser el del padrino, salvo que decidáis otra cosa.

 

• Dile lo apuesto que está, le encantará. 

Para la madre de la novia

• Si eres la novia, dile a tu madre que te ayude a elegir el vestido de novia. Mira revistas y webs con ella, así se sentirá útil e importante en un momento tan importante. Y, por supuesto, llévala contigo cuando vayas a probarte trajes. 

 

• Si no te sientes muy cómoda con su compañía o consejos en este trance (que todo puede ocurrir), al menos deja que participe en la elección de algún complemento.

 

• Y hablando de vestidos: acompaña a tu madre a comprar su vestido para la boda. Reserva una tarde de chicas para elegir su vestido y sus complementos, tomar un café y compartir confidencias.

 

• Encarga algún prendido, corsage o ramillete para ella. Es una forma encantadora de que se sienta también protagonista de la boda. Puede una pequeña réplica de tu ramo de novia.

 

• Si el matrimonio de tus padres es de esos que da envidia sana, pídele a tu madre que te preste algo que llevó en su boda para que te dé tanta suerte en el amor como a ella. Será feliz, seguro. 

 

• Si no tiene miedo escénico, también puedes pedirle que haga alguna lectura durante la ceremonia.

 

• Pídele a tu madre que te ayude a entregar los detalles a los invitados, aunque tenga ayuda de tus hermanas, cuñadas o amigas.

 

• Y no te olvides de decirle lo bonita que está. Incluso puedes decirle al oído (sin que te oiga el novio ;)), que está mucho más guapa que la madrina.

Si alguno de ellos falta...



Si alguno de los padres que no son padrinos ha fallecido, algunas ideas bonitas y emotivas para que estén con vosotros de algún modo pueden ser:

• Llevar una foto en un pequeño medallón en el cuello, en la muñeca o en el ramo, si se trata de la novia; en el boutonniere o en la solapa, si se trata del novio.

 

• Colocar alguna foto o vela en algún lugar destacado de la ceremonia o la recepción.

 
 
Mi consejo es que, si por desgracia este es vuestro caso, valoréis si este tipo de detalles será demasiado emotivo para vosotros ese día. También sería importante saber la opinión del padre o madre que ha enviudado y de los hermanos.


Demostrad a vuestros padres que les queréis y que son importantes para vosotros, aunque no sean ni la madrina ni el padrino.




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10 Swings para una Boda

Hoy te traigo uno de los tipos de música que más me gusta para bailar y que es ideal para abrir el baile nupcial.


Este tipo de ritmo, el Swing, proviene de Estados Unidos y también se llamó en sus inicios Swing Jazz. Comenzó en los años 20 y ha ido cambiando y enriqueciéndose con el paso del tiempo, hasta llegar a nuestros días con una gran variedad de formas de bailarlo: Swing de salón, Lindy hop, Jive, Balboa, Boogie-Woogie, West Coast Swing, Charleston, Blues...

La elección del tema


Si ya sabéis bailar Swing, Lindy hop o cualquier otra variación, sólo tendréis que elegir la canción que más os guste, sin preocuparos más que de disfrutar.


Si nunca os habéis atrevido con este tipo de baile (ni con ningún otro), mi consejo es que busquéis un tema con un tiempo medio, ni muy rápido ni muy lento. Esto os ayudará a controlar los pasos, porque si es un tema muy rápido y no se tiene experiencia, es fácil perderse... o terminar en el suelo. Y si es muy lento, se notará que sois novatos, porque os faltará limpieza y ritmo en los movimientos.


También es importante que elijáis un tema según vuestra personalidad, porque los hay románticos, sexies, divertidos...


Lo ideal, si no se tiene mucha experiencia en el mundo del baile, es escuchar mucha música antes de elegir. Y otro truco: ir a salas de baile y fijarse en lo que hacen otras parejas bailando esa canción. 


Aprender a bailar Swing


El Swing es un tipo de baile que parece sencillo, pero no lo es en absoluto. 


Si ya sabéis bailar otro tipo de estilos, quizás con algún tutorial y viendo coreografías podáis conseguir una cierta base. Porque si se tiene ritmo, algo de  experiencia con el equilibrio y control del cuerpo, es mucho más sencillo aprender cualquier tipo de baile.


Si nunca habéis bailado o todavía sois principiantes, os aconsejo tomar algunas clases y que os ayuden con la coreografía.


El baile


Aunque la música sea la misma, las formas de bailar el Swing son totalmente distintas. Unas mucho más exigentes de otras. Por ejemplo, no es igual bailar un Swing de salón que es más tranquilo y elegante; que un West Coast Swing, un Lindy hop o un Jive, que son mucho más movidos y alegres. Al final de este post os dejo unos ejemplos, para que veáis la diferencia. 


Tened en cuenta la forma física que tenéis, porque es muy importante a la hora de elegir un tipo de baile u otro, creedme.


También es importante que tengáis en cuenta el tamaño de la pista y el suelo que tiene, porque si vais a elegir una forma muy acrobática de bailar el Swing, es fundamental. Una pista pequeña o desigual, puede coartaros la coreografía. Y si está en mal estado o resbala mucho (o poco) puede convertirse en un pasaporte al desastre. Cuando vayáis a visitar el lugar donde se celebrará el baile, fijaos en ello. 


El vestuario


Si os vais a decantar por un Swing de salón, ambos podéis mantener vuestros trajes, porque los movimientos son amplios, pero no bruscos. 


Para la novia: puede bailar con su vestido y, si tiene cola, lo único que tiene que hace es recogérsela en el brazo. Y no hay problema en que conserve los tacones (si está acostumbrada), porque los movimientos son mucho más elegantes. 


Para el novio: incluso puede mantener la chaqueta puesta, si está bien cortada y le permite moverse con cierta soltura. 


Pero si os vais a atrever con un Lindy hop, por ejemplo, os aconsejo que ambos busquéis comodidad.


Para la novia: lo mejor es un vestido con un largo que ronde la rodilla y con algo de vuelo. Para no enseñar más de lo debido, mi sugerencia es llevar debajo unos pantaloncitos cortos y ceñidos. Y, por supuesto, zapatos bajos y que se sujeten bien al pie. ¡Ah! Y sin olvidarse de recogerse el cabello, porque el pelo suelto puede resultar de lo más incómodo.


Para el novio: es hora de quitarse la chaqueta y de ponerse unos zapatos adecuados para bailar. Otra recomendación: los tirantes quedan fantásticos para poner en escena este tipo de baile. Ojo, si se llevan tirantes, nunca se lleva cinturón.


Y aquí van mis recomendaciones, unas son más clásicas y otras más modernas, pero todas son muy bailables:

1.- "Cheek to cheek". Ella Fitzgerald.

Elegante, cadencioso y sensual, como no podía ser de otra forma interpretándolo Ella Fitzgerald. 

Puedes ver el vídeo directamente en YouTube.

2.-  "In the mood". Glenn Miller.

Todo un clásico de una de las Big Bands más conocidas. 
 

Si no puedes visualizar el vídeo, puedes verlo en YouTube.

3.- "Begin the begine". Cole Porter.

Otro tema bien conocido por todos y versionado de todas las maneras, pero me quedo con esta versión limpia y clásica de Cole Porter. 

Puedes ver este vídeo directamente en YouTube.

4.- "Sing, sing, sing". Louis Prima.

Todo un temazo. Rápido y vital, es de los que pone de buen humor inmediatamente. Te lleva al ambiente de los clubes de jazz de las películas del antiguo Hollywood en un abrir y cerrar de ojos. 

Si no visualizas el vídeo, puedes verlo en YouTube.

5.- "I wanna be like you (The monkey song - The jungle book). Louise Prima.

Seguro que recuerdas este tema del "El Libro de la Selva". ¿A que se te van los pies según lo escuchas?

También puedes ver el vídeo directamente en YouTube.

6.- "Rum and Coca Cola". The Andrews Sisters.

Wow! Otro tema muy versionado, pero que las tres hermanas Andrews bordaron y que nos lleva a la época de los años 40 y 50, a los seriales de radio y al cine en blanco y negro. Y el ritmo marcado es perfecto para bailar. 

Puedes ver el vídeo directamente en YouTube.

7.- "Mr. Sandman". The Chordettes.

Como en el caso anterior, un tema de lo más vintage. Y muy agradable de bailar, dicho sea de paso. 

Si no ves correctamente el vídeo, puedes verlo directamente en YouTube.

8.- "Americano". Brian Setzer Orchestra.

Seguro que has oído esta canción en alguna de sus múltiples versiones; en un anuncio de TV, por ejemplo. Es un tema divertido, rápido y que apetece bailar. Eso sí, es de lo más exigente. 

Puedes ver y escuchar el vídeo directamente en YouTube.

9.- "No me voy sin bailar". Ana Belén.

Esta versión de Ana Belén de la canción "When I Get Low I Get High" es fantástica para bailar. Un ritmo que parece más lento de lo que es a la hora de bailarlo... 

También puedes ver y escuchar el vídeo en YouTube.

10.- "Mack the Knife". Robbie Williams.

Robbie Williams interpreta este tema intemporal de forma magistral. Esta versión y la de Michael Bublé (casi) no tiene nada que envidiar a la de Frank Sinatra o Ella Fitzgerald. Tiene un ritmo lento, perfecto para lucirse con el Swing de salón. 

Si no visualizas correctamente el vídeo, puedes hacerlo directamente en YouTube.

Para aprender


Swing de salón...

También puedes visualizar el vídeo directamente en YouTube.

 
Y Lindy hop...

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Como muestra un botón


De variación de Swing...

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Del Lindy hop...

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Del Jive...

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Y del West Coast Swing...

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24 Tips para la Proposición de Matrimonio Perfecta

Seguro que habrás visto en Internet, en el cine o la TV todo tipo de proposiciones de matrimonio. Unas emocionantes, algunas clásicas, muchas sin pena ni gloria... y alguna que otra que termina en un verdadero desastre.


Para que la tuya sea la proposición de matrimonio perfecta, aquí tienes 24 tips que espero que te sean útiles...

1.- Asegúrate de que eso es realmente lo que quieres. La presión que se llega a sentir en ocasiones cuando la mayoría de familiares y amigos ya se han casado, puede ser muy intensa. Y el matrimonio es algo demasiado importante para llegar a él porque se nos pasa el arroz o porque es lo que hay que hacer. Y no sólo eso, también debes pensar si la otra persona también querrá lo mismo.

 
2.- Prepárate también para el no. Cuando alguien hace una petición, la respuesta puede ser afirmativa... o negativa. Por eso es importante que tengas presente que hay la posibilidad de obtener un no. Eso te ayudará a no sucumbir si ocurre. Aunque si sigues los consejos que te doy en este post, tienes muchas probabilidades de éxito.


Dos peticiones que acabaron en no...

Si no visualizas el vídeo, puedes verlo YouTube

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3.- Prepara el terreno antes de la petición. Si no tienes muy claro qué piensa tu pareja, puedes ir sacando el tema del matrimonio como quien no quiere la cosa, en conversaciones distendidas. Así podrás ir viendo qué piensa sobre el tema. Ten en cuenta también su reacción ante las bodas de otros. Pon todos los sentidos en este tema, si lo que quieres es pedirle que se case contigo.


4.- Valora cuáles son las probabilidades de un sí. Una vez que hayas sacado el tema de forma sutil y sabiendo cuál es su personalidad, piensa si es factible una respuesta positiva. Y no te engañes, sé realista. Si no lo ves claro, déjalo para más adelante. Quizás necesitéis un tiempo más de relación.


5.- Ten en cuenta la personalidad de la otra persona. No sólo debes valorar qué piensa acerca del matrimonio, también debes tener en cuenta cómo es y cómo siente la cosas. Hay personas a las que no les gusta nada ser el centro de atención, por lo que una flashmob en la plaza más concurrida de tu ciudad, seguro que no es la mejor opción. Y, por el contrario, le gusta el protagonismo y el toque teatral, entonces sí, seguro que le encantará un verdadero espectáculo para que le pidas que se case contigo.

Protagonistas, los dos.

6.- Tú no eres el protagonista. Este es uno de los grandes errores que lleva a proposiciones de matrimonio fallidas: cuando los que proponen buscan ser el centro de atención y las parejas son simplemente personajes secundarios necesarios para que se luzcan. Ojo con esto, porque no suele ser bien recibido. Y una declaración llena de egolatría es un mal principio para un matrimonio, porque la otra persona ya sabe lo que le espera...


7.- Cuidado con las sorpresas. Porque no le gustan a todo el mundo. Piensa en si a tu pareja le agradan o le molestan. Haz memoria para recordar cómo fue su reacción ante cualquier tipo de sorpresa, por pequeña que fuese. Si no fue buena, busca algo sencillo, como una declaración en una cena íntima o en un lugar tranquilo.


8.- Busca el momento oportuno. Si tu pareja está pasando por un mal momento o habéis tenido alguna discusión importante los días previos, mi consejo es que te olvides de la proposición y la dejes para un momento más propicio. Esto es como pedirle vacaciones al jefe, lo ideal es hacerlo un viernes, a última hora y cuando ha ganado su equipo favorito.


9.- Elige un lugar especial, con significado para ambos. Es un gran momento, así que deberías buscar un sitio bonito y/o que sea importante para vosotros. Ambos lo recordaréis siempre, por lo que es importante buscarle un escenario perfecto a esa foto mental.

¿Superproducción o algo más íntimo?

10.- No hace falta un gran despliegue para que todo sea perfecto. No es necesaria una superproducción al más puro estilo hollywoodiense o una flashmob de 200 personas, lo importante es que lo hagas con cariño. 


11.- Ten en cuenta tu presupuesto. Como en cualquier faceta de la vida, es importante saber con el dinero que cuentas antes de ponerte manos a la obra. No es lo mismo preparar una cena en un restaurante bonito y asequible, que una producción con 100 personas implicadas.


12.- Planifica todo cuidadosamente. Tanto si es una declaración sencilla como si es todo un espectáculo, debes planear cada detalle. Si es muy compleja, deberías hacerte un guión y un timing, para que todo salga a la perfección. Esto es muy importante si hay más personas implicadas en la declaración.


Este es un buen ejemplo de buena planificación, además de ser de lo más dulce...

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13.- Cuida los detalles. Aunque sea una proposición muy sencilla, es vital darle importancia a esas pequeñas cosas que la harán grande. Velas, música, flores... lo que necesites para demostrarle a tu pareja que realmente te importa.


14.- Sé original. Y eso significa que puedes inspirarte en lo que han hecho los demás, pero sin copiarles. 


Una proposición original, sin duda...

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15.- Cada pareja es un mundo y sabe lo que tiene significado para ellos... y no es lo mismo que para otros. Devánate los sesos, pide ayuda si es necesario, haz una sesión de brainstorming con tu gente de confianza... y crea tu propia mejor propuesta de matrimonio de todos los tiempos.


16.- Busca un objeto donde plasmar la petición. No hace falta que sea un anillo con un diamante, pero siempre es interesante que haya algo con lo que sellar el sí. 


17.- En las propuestas de matrimonio los dos debéis sentiros cómodos, así que no planifiques nada que pueda haceros sentir mal o que no encaje con vosotros. Si te da más miedo un micrófono en un karaoke que presentar la declaración de la renta, no planifiques una petición en la que tengas que cantar, por ejemplo. 


18.- Pide ayuda si es necesario. Implica a tus amigos, a tus compañeros de trabajo, a tus vecinos... a todo el que sea necesario para que todo salga perfecto. Y, si no lo tienes claro, siempre puedes contar con un profesional.


19.- Si lo tuyo no son los discursos, hacer la pregunta es más que suficiente. Al fin y al cabo, has preparado todo para sólo una frase: ¿quieres casarte conmigo?


20.- Aunque no está de más explicarle las razones por las que quieres pasar el resto de tu vida con ella (o con él). Si no vas a poder hablar por la emoción o los nervios, no te preocupes, puedes recurrir a las cartulinas, a las pizarras, a grabarlo en un vídeo... cualquier soporte sirve para decirle cuán importante es para ti y todos los motivos por los que quieres casarte.


21.- Ensaya. Todo: el discurso, la coreografía, las intervenciones de los demás, los tiempos... no sólo pulirás el resultado, además te hará sentir mucha más seguridad el gran día.


22.- Controla los nervios. Respira profundamente, tómate una infusión relajante o hazte una sesión intensa de ejercicio. Cualquier forma de serenarte es bienvenida. Eso sí, huye del alcohol, los tranquilizantes o cualquier otra sustancia legal (o ilegal) que te pueda afectar.


23.- La pedida de mano a la familia es posterior a la propuesta de matrimonio. Una vez que tu pareja te haya dado el sí, es el momento de la pedida de mano, siempre que ambos queráis seguir con la tradición.


24.- No siempre tiene que ser él el que haga la proposición. ¿Por qué no atreverse a ser una la que pida matrimonio?


Ella también puede pedirle matrimonio a él...

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O ella a ella...

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O él a él...

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Adoptando el "Save The Date" en Nuestras Bodas

Si estáis organizando vuestra boda, seguro que habréis visto en blogs, webs y revistas los "save the date". Esas tarjetas que tienen toda la pinta de ser invitaciones de boda al estilo norteamericano... pero que no lo son.


¿Queréis saber qué son exactamente y, sobre todo, cómo adaptarlos con acierto a nuestras tradiciones? Pues no os podéis el post...

Qué es el "save the date"

Así podría ser un "save the date" adaptado a nuestra cultura

Lo que mejor define al "save the date" es su traducción, que sería algo así como "apunta la fecha". Es decir, es un aviso para que quien recibe la tarjeta sepa que ese día se celebra un evento y que quien la envía cuenta con su asistencia. Y digo evento, porque los "save the date" no se utilizan sólo para bodas, también para fiestas, presentaciones y saraos varios.


En su origen, servían para informar del enlace a los invitados que vivían lejos y debían desplazarse muchos kilómetros para poder asistir. Era una forma de que pudiesen preparar el viaje con suficiente antelación. Y, de hecho, esta finalidad sigue estando vigente si vais a tener muchos invitados de fuera de vuestra localidad. O si los asistentes van a ser muchos.


El "save the date" no es una invitación ni la sustituye. Es una forma de ir adelantando a los invitados que os casáis, la fecha y la ciudad en la que lo haréis.

Se suelen enviar a partir de que tengáis reservada la fecha de la ceremonia y la recepción. Lo recomendable sería enviarlas con una antelación de entre 6 meses y 1 año, dependiendo de cuándo tengáis previsto enviar las invitaciones formales (se deben entregar con un mínimo de 2 meses de antelación). Para que el "save the date" tenga razón de ser, debería haber al menos 3 ó 4 meses de diferencia entre la entrega de ambas comunicaciones.


Pueden tener el mismo diseño que las invitaciones y el resto de la papelería de la boda, pero también pueden tener otro tipo de diseños. Los "save the date" pueden ser más informales que las invitaciones. La espontaneidad y el humor (con clase) son perfectos para estos avisos.


Normalmente suelen presentarse en un soporte de papel, como una tarjeta, un tarjetón, un díptico o un punto de libro; pero también pueden tener otro tipo de formatos, como el digital o el vídeo. Cada vez son más las parejas que optan por enviar el "save the date" a través del correo electrónico o las redes sociales.


Cómo adoptar el "save the date" con acierto

El diseño puede ser más o menos formal, vosotros decidís

Si decidís apuntaros a esta tendencia, no olvidéis que posteriormente tendréis que encargar y enviar las invitaciones.


Si la mayoría de vuestros invitados son personas mayores y/o muy tradicionales, os desaconsejo totalmente utilizar esta fórmula, porque no comprenderán qué es y para qué sirve; sólo conseguiréis desconcertarles.


Si por el contrario, la mayoría de los asistentes son jóvenes y/o con una mentalidad abierta, esta idea les encantará. 


En el caso de que tengáis invitados de todas las edades y condiciones, siempre podéis optar por envair el "save the date" sólo a una parte de la lista de invitados. A lo más conservadores les podéis contentar con el anuncio de la boda por teléfono o con una visita, y con la posterior entrega de la invitación formal. Es una solución de compromiso que agradará a todos.

El "save the date" es útil para vosotros y para los invitados

El envío del "save the date" es peligroso si prevéis que la lista de invitados puede alcanzar proporciones épicas o si vais justos de presupuesto. Pensad que, aunque el que recibe la comunicación no debería darse por invitado hasta que reciba la invitación formal, el hecho es que sí lo sentirá así. Y decirle a alguien al que le has dicho que se apunte la fecha de la boda en la agenda, que no está invitado... es algo realmente delicado. Por ello, os recomiendo que cuando enviéis el "save the date" lo hagáis a personas con las que realmente no os importaría contar en la boda. Porque lo más probable es que acepten, teniendo en cuenta la antelación con la que se comunica. 

¿Qué tal sustituir el "save the date" por "apúntate la fecha"

Podéis adoptar la forma anglosajona del "save the date", pero siempre podéis sustituirlo por expresiones más nuestras: "Apunta la fecha", "Apúntate esta fecha en tu agenda", "Resérvanos esta fecha", "¡Nos casamos!", "¡Por fin nos casamos!"... Lo importante es que los invitados entiendan el concepto.


Ojo, en el "save the date" no aparece ni la dirección exacta, ni la hora de celebración de ceremonia y banquete o los requerimientos de protocolo. Eso es una invitación, esto es sólo un aviso. 


Sed originales con el diseño. Dejad volar la imaginación... y el buen gusto. Mi consejo: buscad ideas e inspiración en fuentes nacionales y extranjeras, metedlas en una coctelera, agitadla y diseñad unos "save the date" únicos y personales. Si vosotros sois especiales... ¿por qué copiar a otros?


Este tipo de comunicaciones son perfectas para poner en práctica el DiY. Podéis utilizar las fotos de la preboda o fotos infantiles vuestras como base, ilustraciones de libros o películas, dibujos hechos por vosotros, decoración hecha con sellos y aplicaciones de scrapbook, formas de origami, escribirlas con caligrafía propia, descargaros imprimibles gratuitos de sitios web, filmar un vídeo y utilizar un programa de edición amateur para montarlo...


Qué no hacer...


Optar por enviar un "save the date" si no os sentís cómodos o seguros con ello. El que muchas parejas opten por esta fórmula no significa que sea obligatorio.

Y, lo contrario, no utilizar esta opción porque es algo de fuera y parece algo snob. Es un bonito detalle y tiene su utilidad a la hora de gestionar las listas y asistencia de los invitados, porque permite controlar más y mejor quién acudirá o no. Es más fácil conseguir que los invitados asistan a nuestra boda enviándoles este aviso, que si no lo hacemos. 


Enviarlo casi al mismo tiempo que la invitación. Será un gasto doble y los invitados no lo entenderán. Su finalidad es avisar de que algo va a ocurrir más adelante, por lo que si no hay distancia entre el aviso y la invitación, no tiene ninguna lógica. 

"Save the date", sí, pero seguido por una invitación formal

Olvidarse de enviar la invitación. Como ya he dicho antes, el "save the date" no es la propia invitación, por lo que se hace necesario que se haga llegar posteriormente la información sobre dónde se celebran la ceremonia y la recepción y la fecha de la boda; es decir, la invitación. Si no lo hacéis, los invitados os marearán con llamadas para confirmar esos datos. 


Descuidar su diseño. Si vais a enviarlo, hacedlo bien. No es necesario gastarse mucho dinero, ni que haga juego con el resto de la decoración de la boda, pero sí debe tener una buena estética y tener coherencia con vuestra personalidad y con cómo será la boda.




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