Cómo Ir al WC con el Vestido de Novia

¿Has leído el título del post de hoy?  ¿Cómo ir al WC con el vestido de novia? 

Vale, vale, ya sé que suena bastante mal y no está en la línea habitual de lo que se trata en un blog de organización de bodas. Pero como mi misión desde que comencé este blog es ayudarte, voy a hacerlo con este post.

 

¿Te imaginas ir a WC con un vestido así?

Todas sabemos lo que es ir a un baño público: hacer malabarismos para que no se te caigan los pantalones al suelo o bajarte los panties, mientras sujetas el bolso con la otra mano, pones el pie en la puerta para que no la abran (porque el cerrojo nunca funciona), te das cuenta de que no hay papel higiénico y haces memoria por si llevas pañuelos de papel en el bolso... lo habitual, vamos. Pues imagínate lo que es eso mismo, pero con tules, enaguas, cancanes, ligas y corsés.

 
No te voy a engañar, no es tarea fácil. Pero espero que con estos trucos, el asunto de ir al baño te sea mucho más fácil:

Tu ropa interior debe ser bonita, pero cómoda

• Elige ropa interior que te sea cómoda a la hora de ir al servicio. La lencería de novia tiene que sentar bien, ser bonita... y ser amigable en el momento de pasar por el baño. Olvídate de todo aquello que sea tan difícil de poner como de quitar (también te lo agradecerá el novio, seguro).

• Lleva un segundo vestido para la recepción o para el baile. Si tras la ceremonia eliges un segundo vestido más ligero y cómodo, tendrás menos problemas a la hora de visitar el baño. Y piensa que durante el cóctel, la cena y la barra libre vas a tomar más líquidos... y ya sabes lo que eso significa.

• Otra opción, si el diseño de tu vestido te lo permite, es quitarte la cola (si es desmontable) o el cancán (si el vestido no pierde su forma y caída). Te aconsejo que consultes con tu asesora cuando compres el vestido. 

• Ve siempre acompañada a la hora de ir al WC. Y esto es im-pres-cin-di-ble. Si las chicas solemos ir escoltadas por amigas cuando vamos al baño de un restaurante o discoteca, simplemente por charlar o porque nos sostengan el bolso; cuando se trata del día de la boda ya se convierte en una necesidad. Te harán falta al menos un par de asistentes para sujetarte la falda o ayudarte con cierres y cremalleras.

• Solicita un baño privado de uso exclusivo para la novia. Si el lugar donde celebres la boda dispone de suite o baño privado para la novia, ni lo dudes, utilízalo. Y deja dispuesto todo lo que puedas necesitar para tus visitas al excusado a lo largo de la celebración.

• Utiliza el WC para discapacitados. Si no tienen baño privado para ti, utiliza el de minusválidos, porque es más grande y tendrás mayor privacidad y libertad de movimientos. Piensa que en una cabina de aseo normal, tendrás que dejar la puerta abierta para entrar tú, tu vestido y tus asistentes... algo que no apetece mucho, sobre todo cuando se comparte con otras bodas. Eso sí, respeta siempre el uso para el que está destinado ese tipo de WC: para las personas con problemas de movilidad. En este caso, por mucho que tú seas la novia, tendrás que esperar si alguien discapacitado lo solicita.

• Entra en la cabina del WC justo al contrario de cómo lo haces habitualmente. Esto ya es técnica pura y dura: debes colocarte mirando a la pared, en lugar de hacia la puerta. Con eso lograrás tener más espacio para la falda y te será más sencillo colocarte, sujetarte la falda y operar sin problemas.

• No te sientes en el inodoro, ni forrándolo de papel higiénico. Ya te lo decía tu madre... y tenía razón, sobre todo el día de tu boda. No te podrás sentar en el WC salvo que quieras correr el riesgo de manchar tu vestido con residuos de esos que harían enrojecer a un CSI. Aunque el lugar donde celebres tu boda practique la limpieza escrupulosa al más puro estilo prueba del algodón, cuando han utilizado el excusado 20 personas, hay riesgo... ya me entiendes. 

• Avisa al servicio de limpieza del lugar de celebración, en caso de que las cabinas estén sucias. Las fincas, restaurantes y hoteles, deben tener un servicio de limpieza mientras se celebre la boda; así que no te cortes si hace falta de que pasen con el cubo y la fregona en un momento dado, ya pagas por ello. Esto también se extiende al papel higiénico y otros suministros.

• Recógete el vestido con imperdibles. Si la tela de tu vestido lo resiste (consulta cuando lo encargues), puedes sujetarte la falda con unos imperdibles colocados estratégicamente para que puedas ir al baño sin problemas. Cuidado con telas delicadas, encajes o que se arruguen mucho.

• Sujétate el vestido... ¡con una bolsa de basura! Sí, sí, con una de esas humildes bolsas de plástico que ponemos todos los días en el cubo de debajo del fregadero. Como la cosa tiene truco, te dejo este enlace, donde puedes ver cómo hacerlo.

Y cosas que no debes hacer...

• No beber agua para no tener ganas de ir a baño. Leerás que te recomiendan que no bebas líquido para no tener ganas de ir al baño. ¡Error! Ni te imaginas el calor que vas a pasar con el vestido, sea invierno o verano y por muy ligera que te parezca la tela. El corsé, las medias, la enagua, el cancán, el vestido, los nervios... eso da mucho calor y es fácil que te deshidrates. Si no quieres un disgusto, bebe agua. No hace falta que acabes con las reservas anuales de los pantanos, sólo necesitas hidratarte de forma adecuada. 

• Aguantarte para no ir al WC, por pereza o por no molestar a tus amigas. Eso no es nada saludable para ti, por no hablar de que no disfrutarás de la boda ni de tus invitados.

• Quizás también te aconsejen que te quites las braguitas antes de pasar al excusado, para que no te estorben. Cuidado con esta práctica. Salvo que tengas una suite privada para ti, si te quitas las braguitas, tendrás que hacerlo con los zapatos puestos (quedarse descalza en un baño público no es muy higiénico) y no querrás que tu ropa íntima entre en contacto con la suela de tus zapatos. Con los trucos que te he dado anteriormente, no tendrás que arriesgar tu higiene íntima con esta práctica.

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La Hermana de la Novia

La hermana de la novia... suena a título de película. Pero para que no sea una película de miedo, es necesario tener algunas cosas claras.

 

A continuación encontrarás toda la información que necesitas para que la hermana de la novia (o del novio) no se convierta en la hermanastra de Cenicienta:

 
1.- Cuando tú y tu pareja estéis en el proceso de organización de la boda deberíais determinar qué papel y qué grado de protagonismo van a tener vuestras hermanas. Y una vez consensuado, transmitírselo a ellas. Esto también sirve para los hermanos, pero hoy nos ocupan ellas.

 
2.- Si son muy cercanas a vosotros, lo lógico es que les reservéis un lugar especial dentro de la organización de la boda. 


3.- Si no tenéis muy buena relación, mi consejo es que valoréis las ventajas e inconvenientes de involucrarlas de una manera activa en la boda. Mi experiencia es que, contar con personas con las que no nos llevamos bien en un caso como éste, puede tener dos finales: un desastre de proporciones épicas... o la mejor manera de solucionar diferencias y retomar una relación.


4.- Las hermanas de los novios tienen un papel importante en la boda, pero nunca deben eclipsar a la verdadera protagonista: la novia. El caso de Pippa Middleton es uno de los que se nos viene a todas a la cabeza cuando hablamos de este tema, porque acaparó casi tantas miradas como la propia Kate. Eso sí, en mi opinión no fue mala fe de Pippa, sino un efecto totalmente calculado por la organización de la boda. ¿O acaso pensáis sinceramente que el servicio de protocolo de la Casa Real británica habría permitido algo así, si no les hubiese beneficiado por algún motivo?

 
5.- Y del mismo modo que no puede atraer más miradas que la novia, tampoco puede llevar un outfit similar al del resto de las invitadas. Se debe notar que es la hermana de la "prota" (o del novio, claro), lo que se traduce en un vestido, unos complementos, un maquillaje y un peinado más cuidado.

 
6.- En cuanto al tipo de vestido, mi consejo es siempre que sea corto, aunque en España se ha extendido la costumbre de que también las hermanas y las mujeres más cercanas a los novios (madre de la novia, amigas íntimas de la novia, etc.) vayan de largo incluso de día. En las bodas de día, la única que debería ir de largo es la madrina. En las de tarde-noche, por la costumbre que se está poniendo de moda en las bodas en nuestro país, las hermanas de la novia también podrían ir de largo. Según mi criterio (y las normas que dicta el protocolo), en una boda de día es mejor llamar la atención por un bonito tocado, que por el largo del vestido. Eso sí, las normas están hechas para romperlas, pero siempre contando con el beneplácito de la novia.

 
7.- Sí a los tocados, canotiers, pamelas, coronas y todo tipo de adornos para el cabello; son la forma perfecta de diferenciarse del resto de las invitadas. Sólo es necesario elegir el más adecuado para la hora de la boda, la época del año y el traje que se lleve. En cuanto a los guantes: si se lleva tocado, lo más adecuado es lucir también guantes. Y recuerdo que hay que quitarse el de la mano derecha para saludar a los invitados, los dos a la hora de la comida o cena y ponérselos para el baile (sobre todo en su comienzo).

 

De blanco, sólo la novia

8.- Otro tema importante es el color del vestido. En el caso de las hermanas y salvo que ses trate de la inefable Pippa, es mejor prescindir del blanco, incluso si la novia va vestida de otro color. Y, por supuesto, si la novia luce otro color que no sea el blanco, las hermanas no deben llevar ese tono; salvo que la protagonista lo pida o lo autorice.

 
9.- Mi consejo siempre será que las personas más allegadas a los novios les pregunten cómo prefieren que vayan vestidos, en caso de que no lo indiquen en la invitación. El dress code de la boda lo deben marcar los protagonistas, especialmente si se trata de los padres o hermanos de los novios. Hay ocasiones en las que es fácil sonrojarse con algunas salidas de tono en vestuario por parte de hermanas y hermanos. Eso de la libertad de acción y "eso del protocolo no es para mí" se termina justo cuando los novios, que van a vivir su gran día, se pueden ver afectados por esa libertad.

 
10.- Las hermanas de los novios tienen un papel especial en la boda, pero nunca deben traspasar la línea que marquen los propios novios. Está claro que deberían ayudar en lo posible, pero sin excederse en sus funciones. Hay madrinas y madres muy controladoras, pero también hermanas... y lo sabes.

 
11.- Una forma de ayudar a los novios es entregar las invitaciones a los asistentes con los que tengan más contacto. Así podrán transmitir algunas de las preferencias de los novios de una forma más cordial y cercana: el dress code, si desean que haya niños en la boda o no, si prefieren dinero o regalo, si es fácil aparcar en el lugar de la ceremonia... Aunque esa información de suele recoger en la invitación, suele ser mejor recibida (y entendida) si se hace en persona y con mano izquierda.

 
12.- Los novios deben reservar un lugar destacado para las hermanas en la ceremonia y la recepción, no sólo por protocolo, también por comodidad. Si la hermana de la novia va a ayudar a acomodar el vestido o el velo, se va a encargar del ramo o de estar al tanto de damitas y pajecillos; lo lógico es que esté cerca de los novios. Del mismo modo, debería ocurrir durante el banquete.

 

La novia necesita ayuda en la boda

13.- Las hermanas son el enlace perfecto con la wedding planner o con los proveedores de la boda: son lo suficientemente cercanas a los novios como para poder hablar en su nombre y lo suficientemente prescindibles (entiéndaseme bien el concepto), para que puedan abandonar en un momento dado la ceremonia o el banquete a fin de controlar que todo sigue su curso o apagar algún fuego. Está claro que es menos problemático que sea la hermana de la novia la que abandone la ceremonia porque ha surgido un imprevisto, a que tenga que ser la madrina. Claro que si hubiese una organizadora de bodas, no tendría que hacerlo ninguna de las dos... ;)

 
14.- Otra de las funciones de las hermanas de los novios es atender a los invitados y cerciorarse de que están a gusto. Conocerán a muchos de los asistentes, así que es importante que hagan una cierta labor de relaciones públicas entre ellos.


¿Qué papel tendrá tu hermana en la boda?

 


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Belleza de la Novia: a Evitar la Semana Antes

Hace un tiempo te di una orientación de lo que debería ser un Cronograma de Belleza para la Novia. En esta ocasión me gustaría compartir contigo lo que una novia debería evitar una semana antes de la boda si hablamos de belleza.


Aquí tienes mis 21 consejos:


1.- Hacerte una limpieza de cutis. Si te haces la higiene facial en la semana previa a la boda, tu piel no tendrá tiempo de reponerse de la irritación, las rojeces y las pequeñas cicatrices que pueden quedar tras una sesión de limpieza profunda. Y eso no es lo que más te conviene para estar bella y radiante el "día B". 

 
2.- Tocarte los granitos y espinillas. Aunque te haya salido un grano que llame más la atención de Lady Gaga en un convento, por favor, resiste la tentación de apretarlo. Sólo conseguirás empeorarlo y dejarte una fea inflamación o, peor aún, una espantosa cicatriz. Hay productos y tratamientos de cabina que te pueden ayudar.


3.- Cambiar de limpiadoras, sérum, cremas y otros cosméticos de tratamiento. dicen que los experimentos es mejor hacerlos con gaseosa y, si se trata de la semana anterior a la boda, con más razón. Puede que nunca hayas experimentado una reacción alérgica a un cosmético, pero basta que seas la novia y que estés a un par de días de la boda, para que Murphy haga honor a su famosa ley. Si tienes intención de cambiar de marca o de línea de productos, es mejor que lo hagas con más antelación, para evitar sorpresas de última hora.


4.- Dejar de aplicarte tus tratamientos faciales y corporales por pereza o por falta de tiempo. Si siempre es importante seguir una rutina de belleza para que esta sea efectiva, mucho más antes de la boda. Tu piel debe estar en forma para completar todos los tratamientos anteriores y que esté tersa, radiante y bonita ese día.


5.- Probar tratamientos faciales y corporales nuevos. Por el mismo motivo que en el caso anterior. Es mejor que pruebes cualquier tipo de tratamiento con más tiempo, para cerciorarte de que te funciona y de que no tiene efectos adversos en ti. Todavía recuerdo una reacción justo antes de las fiestas navideñas a un tratamiento con ácido glicólico: estuve más de un mes con la cara llena de granitos y sin poderme maquillar.
 

6.- Utilizar tratamientos exfoliantes muy agresivos, tanto faciales como corporales. Mi recomendación es que te hagas un peeling una semana antes de la boda, salvo que sea muy muy enérgico; porque tu piel necesitará más tiempo para recuperarse de las rojeces y la sensibilidad.
 

7.- Emplear trucos caseros para eliminar manchas o aclarar la piel. Hay quien a última hora decide quitarse por su cuenta y riesgo una manchita inoportuna o quiere tener una piel que haga la competencia a Blancanieves. Y, para más inri, lo hace con trucos caseros que prometen eliminar hasta los remordimientos de conciencia en un par de días. Cuidado, porque todos los tratamientos blanqueantes y antimanchas deben ser seguros. Eso quiere decir que no sirven fórmulas tan truculentas como el agua oxigenada, el decolorante capilar o la mezcla de bicarbonato y limón. Tus manchas no se quitarán (menos aún en una semana), pero lo que sí tendrás es escozor, irritación y quemaduras. Si tienes problemas en este sentido, te recomiendo que acudas a tu dermatólogo o a tu centro de medicina estética para que te asesoren debidamente. Y hazlo con tiempo, porque estos tratamientos son largos.


8.- Cambiarte el color del cabello. Si quieres modificar la coloración de tu pelo, hazlo con más antelación, por si no te gusta y es necesario hacer cambios. Un buen peluquero puede hacer maravillas en caso de necesidad, pero tus nervios acusarán un cambio de color fallido... y eso es lo que menos necesitas una semana antes de la boda.


9.- Experimentar con cortes arriesgados. Si un cambio de color es temerario a última hora, imagina lo que será un corte de pelo radical. El cabello no crece en unos pocos días, salvo que te pongas peluca. Y si en tu peluquería te lo proponen con tan poco tiempo, desconfía, no son profesionales. Un buen peluquero sabe lo que se puede hacer o no unos días antes de la boda.


10.- Probar autobronceadores nuevos. No querrás terminar con un color digno de Naranjito o, peor aún, un moreno a rayas a un par de días de la boda ¿verdad? Por eso, si utilizas autobronceadores, mantente fiel a tu marca; ya cambiarás después. Ojo con los bronceados tipo azúcar de caña, porque te puedes llevar un disgusto si no te lo aplica un profesional.


11.- Excederte con los rayos UVA o con el sol. Mi consejo es que no te expongas a los rayos UVA en ningún momento y que la exposición al sol sea siempre racional y con protección solar. Pero si quieres estar morena a toda costa, hazlo de forma gradual y buscando un tono saludable, no torrefacto. Y cuidado con las quemaduras antes del gran día, porque tardan en curarse y no querrás que a tu vestido de novia le acompañen unas feas peladuras.


12.- Depilarte, si se trata de técnicas muy agresivas. Si lo tuyo es el láser, a estas alturas ya deberías haber terminado con el vello, porque para este tipo de depilación es necesaria una planificación. Si no es así, no te animes a última hora con esta técnica. No suele pasar, pero una mala manipulación del equipo, una medicación de la que no has avisado antes de la sesión (fotosensibilidad) o una asistente inexperta pueden suponer una quemadura. También incluyo aquí los sistemas domésticos de este tipo de depilación. Así que, cuidado. Opta por la cera, el hilo o la crema depilatoria en esta semana. Y nunca apures hasta el último día, para dar tiempo a tu piel para que se recupere.


13.- Experimentar con cierto tipo de manicura. Una semana antes no es el momento indicado para probar la manicura de porcelana o de gel. Si no te gusta, deberá retirarla un profesional y el proceso suele debilitar la uña. Algo que no querrás ese día. Por eso, si te llaman la atención las uñas artificiales, pruébalas con más antelación, por si te arrepientes.


14.- Optar por una pedicura excesiva. Está bien que busques unos pies de bebé antes del "día B", pero ten cuidado. Si el profesional que te hace la pedicura apura demasiado a la hora de eliminar callosidades y pieles muertas, tus pies pueden terminar doloridos durante días. Y eso no te gustará nada el día de la boda, en el que andarás y estarás de pie mucho tiempo.


15.- Utilizar técnicas caseras para blanquearte los dientes. Ocurre lo mismo que en el caso del blanqueamiento de piel o para eliminar manchas: debe hacerse con productos seguros y de la mano de un profesional. Olvídate de bicarbonatos y aguas oxigenadas de botiquín para tener una sonrisa de anuncio de un día para otro. Consulta con tu dentista porque, para que un blanqueamiento sea seguro, antes debes tener unos dientes y encías sanas. Y no todas las manchas y coloraciones se pueden quitar con un blanqueamiento al uso, sólo un profesional te podrá orientar para ello. 


16.- Excederte con el ejercicio físico o con los entrenamientos personales. Debes hacer ejercicio, eso está claro, pero no te machaques en exceso los días anteriores a la boda. Piensa en lo que te supondría una lesión en esos días... no te digo más. O unas simples agujetas de esas que te dejan como una anciana durante varios días, tampoco será algo que quieras sufrir el gran día. ¿Te imaginas bailando como si fueses una figurante de The Walking Dead? Pues eso.
 

17.- Comer o beber mucho durante esta semana. El estrés o los compromisos previos a la boda (cañas con los compañeros de trabajo, cena con las compis del gym, etc.) pueden llevarte a comer y beber más de la cuenta. Y eso puede tener repercusiones: tu vestido puede encoger misteriosamente, tu tripita puede crecer como si tuvieses un alien dentro, tu rostro puede terminar con aspecto hinchado y cetrino, la alianza puede resistirse a entrar en tu dedo en la ceremonia, tu energía puede disminuir, el mal humor puede autoinvitarse... Cuida tu alimentación siempre, pero mucho más estos días. Eso no significa que no puedas darte un capricho, sólo que debes ser racional. Y, al contrario, no dejes de comer por los nervios. Necesitarás muchísima energía.


18.- Excederte con la sal. El exceso de sodio en estos días puede tener los mismos efectos que si te pasas con la comida o la bebida, así que ten cuidado con la sal, no sólo con la que tienes en el salero, también con el sodio oculto que hay en muchos alimentos. Olvídate de los snacks, los platos preparados, el surimi, las anchoas, el queso curado, etc.


19.- Experimentar con productos y tratamientos naturales. Cuidado, porque aunque parezca que todo lo natural es inofensivo, no tiene porqué ser así. Hay muchos productos de origen natural que pueden causarte problemas: alergias, interacciones con otros compuestos naturales o medicamentos (incluso alimentos), reacciones inesperadas, etc. Así que, antes de utilizar remedios y productos naturales, consulta con un profesional y pruébalo durante un tiempo.


20.- Automedicarte. Si un remedio natural te puede traer problemas, imagina lo que puede suceder con una medicina. No utilices ningún medicamento porque te han dicho que es mano de santo, si no te lo ha recomendado un médico o un farmacéutico. Una reacción alérgica, si se trata de un medicamento, puede ser muy grave; así que es mejor no jugar a la ruleta rusa con ello. Y no hablemos de los efectos secundarios que tienen algunas medicinas, que pueden arruinarte el día de la boda.


21.- Enfadarte o estresarte en exceso. Es algo a evitar siempre, pero con más motivo si se trata de la semana anterior al día del enlace. El estrés afecta muchísimo a tu cuerpo y también se nota a nivel externo: piel, cabello, uñas, peso... Un consejo: cuando el estrés y las preocupaciones te quieran vencer, quédate a solas, respira profundamente y recuerda por qué te vas a casar; olvidándote de todo lo demás durante ese momento. Da las gracias por tener a una estupenda persona tu lado, en lugar de quejarte por los pequeños detalles de la organización que te agobian. Verás cómo vuelves a ver todo con más perspectiva.
 




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Preparar la Boda con Mucha Antelación: Pros y Contras

¿Qué es mejor a la hora de organizar una boda? ¿Hacerlo con mucho o con poco tiempo?


Aunque lo más habitual es hacerlo con 1 año de antelación, hay bodas que se preparan con 2 ó 3 años de anticipación y otras que se despachan con menos de 6 meses. 


Como Wedding Planner he tenido que lidiar con todo tipo de plazos de organización, largos y cortos. Y en el terreno personal, pude hacer todos los preparativos de mi boda en 5 meses, sin ningún tipo de dificultad.


Todo depende de la fecha y el lugar donde quieres celebrar la ceremonia y la recepción. Como bien sabrás, bien por experiencia propia, bien por lo que te hayan contado, hay lugares y fechas en los que es complicado reservar.


Eso conlleva tiempos de organización muy largos. Y eso tiene pros... pero también contras.


Aquí tienes algunos...


Pros

Puedes elegir fecha para la ceremonia

• Tienes más posibilidades de poder elegir fechas para la ceremonia y la recepción.

• Puedes contar con proveedores a los que sería imposible contratar con poca antelación. Sin son buenos y tienen mucho trabajo, estarán comprometidos para otras bodas con mucha antelación, así que reservar con tiempo es la única opción. Si no, te tendrás que conformar con los que estén libres.

• Puedes tomarte la organización de la boda con más tranquilidad. No es lo mismo contar con 3 años para preparar la boda, que con 6 meses.

Puedes dedicar tiempo a los detalles

• Puedes dedicar más tiempo a los detalles. Al tener mucho tiempo por delante, puedes planificar cada detalle de forma minuciosa, sin que se te pase por alto nada.

• Tienes tiempo suficiente para dedicar al DiY. Si quieres hacer algo tú misma, es más fácil que puedas encargarte de ello si tienes muchos meses para dedicarle a las manualidades o el bricolaje. Si no es así, tendrás que optar por comprar las cosas ya hechas.

• Puedes conseguir mejores precios al contratar con más antelación de la habitual. Si el proveedor tiene el cliente asegurado con mucha anticipación, siempre estará más dispuesto a hacer una rebaja en la factura.

• Tendrás menos bajas entre tus invitados, porque sabrán la fecha con suficiente antelación. Podrán organizar sus agendas con tiempo para poder acudir a la boda.

 
Contras

Hay proveedores que no reservan con mucha antelación

• Hay proveedores que no reservan eventos con mucho tiempo, por los posibles problemas organizativos o por las subidas o bajadas que puedan experimentar los precios en un período amplio de tiempo. Prefieren no pillarse los dedos.

• Las tendencias cambian mucho en poco tiempo, por lo que es probable que lo que elegiste al comienzo de la organización de tu boda, no te guste en absoluto pasados muchos meses. 

• Es posible que, al pensar que tienes tanto tiempo por delante, te confíes y acabe ocurriéndote como a los malos estudiantes, y dejes la tarea para el último día, con los consiguientes nervios y prisas.

• Puedes perder la perspectiva, precisamente por estar inmersa en la organización durante mucho tiempo.

• Existe la posibilidad de que, al ser un proyecto a largo plazo, vayas perdiendo la ilusión y la motivación. Al comienzo de la organización todo es pasión y alegría, pero se puede tornar desgana pasados un par de años.

• Puedes terminar aburriendo a los demás con el tema boda durante tanto tiempo.

• Los precios pueden variar con el tiempo y llevarte sorpresas desagradables. Si has contemplado un presupuesto inicial y, pasado el tiempo, éste se duplica, las cosas se pueden complicar mucho.

¿Con cuánto tiempo estás organizando tú tu boda? ¿Mucho o poco?