Por otra parte, las tendencias imponen bodas menos formales y mucho más relajadas. No hay más que ver los estilos más en auge en moda o decoración nupcial: vintage, rústico, boho... Y esa informalidad afecta también al protocolo que los novios quieren en la boda, que comienza a ser casi inexistente. Se huye de las normas y los encorsetamientos a toda costa, algo totalmente respetable, pero que no siempre es lo más recomendable.
Es importante que, si estáis organizando vuestra boda, tengáis presente que hay algunas normas que son necesarias para que todo suceda con fluidez y normalidad. No se trata de imponer, sino de estructurar mínimamente las cosas para que todo funcione.
Uno de los puntos en los que os aconsejaría que fueseis vosotros los que marcaseis el protocolo de la boda, es en la colocación de los invitados en la mesa. A continuación os explico más acerca de este tema.
¿Por qué no permitir que cada uno se siente donde quiera?
Si dejáis que cada uno se siente donde le parezca, el momento de sentarse a la mesa puede convertirse en un verdadero caos, por estos motivos:
- El momento de apertura del recinto donde se vaya a servir la comida o la cena puede acabar siendo algo parecido al inicio de las rebajas en unos grandes almacenes (OMG!). Muchos estarán esperando para escoger el mejor sitio y muchos se olvidarán de disfrutar del cóctel, que tanto esfuerzo os habrá costado elegir... y pagar.
- Todos se querrán sentar cerca de vosotros, de tal forma que puede haber personas más allegadas que se tengan que colocar en los peores sitios.
- Habrá muchos asistentes que querrán sentarse en la misma mesa, por lo que se producirán discusiones y momentos tensos. Así, los que tengan que escoger otra mesa por falta de puestos libres, probablemente estén enfadados una buena parte de la cena.
- Si no hay unas directrices claras, puede surgir la tentación de algunos invitados de pedir a los camareros que pongan algún cubierto más en alguna de las mesas para sentarse con quienes desean y que los quiten de otras. Y eso supone un verdadero caos organizativo, creedme. Si los responsables del lugar de la recepción aceptan, se creará un gran revuelo con los cambios, además de un retraso en el inicio del servicio. Si no aceptan, los invitados se enfadarán con ellos... y con vosotros.
- Cuando los invitados se sientan como les apetece, se tiende a formar grupos cerrados que no interactuarán ni durante la recepción, ni tampoco después.
- Otro de los inconvenientes es que el ambiente se polarizará en exceso: habrá una zona muy animada y otra demasiado tranquila. Los más jóvenes y bulliciosos procurarán sentarse juntos, mientras que las personas más mayores y tranquilas harán lo propio. Así, cuando hay muchas personas con ganas de fiesta, sin nadie que haga de contrapunto alrededor, el volumen de la conversación se eleva gradualmente y se va perdiendo la compostura poco a poco. Y, al contrario, si las personas más serias no tienen cerca a otras con algo más de chispa. Lo ideal es equilibrar estas actitudes para conseguir una recepción agradable y divertida, pero sin excesos.
¿Cómo acertar?
- En caso de que queráis ser algo más flexibles, siempre podéis asignar las mesas, pero sin necesidad de determinar los puestos de forma individual.
- Intentad que los invitados estén lo más cómodos posible, incluso aunque que les deis elegida la mesa donde se sentarán.
- Si vais a sentar en la misma mesa a varias personas que no se conocen, presentadles durante el cóctel, para que no se sientan violentos durante la comida. Si no podéis hacerlo vosotros, porque estaréis atendiendo al resto de invitados, encargadle la tarea a otra persona de vuestra confianza. Para iniciar una conversación entre ellos, os sugiero que en la presentación, además del nombre y el parentesco, comentéis brevemente alguna afición o anécdota que pueda romper el hielo e iniciar la conversación entre ellos.
- Procurad evitar que se sienten a una misma mesa dos o más personas que estén enfrentadas previamente, porque es garantía de conflictos durante la recepción.
- Alternad las mesas con invitados más animados y más serios, para equilibrar el ambiente de la boda.
- Colocad el seating en uno o varios lugares visibles para todos los invitados. Una buena idea es colocarlo/s en los accesos al lugar donde se servirá la comida. Y en caso de que el cóctel se celebre en otro recinto diferente, también se puede colocar un panel informativo.
- Dad orden al jefe de sala para que no se permita el cambio de ningún comensal sin vuestro consentimiento. Si tienen que ir a vuestra mesa para pedíroslo, lo más seguro es que terminen por dejarlo pasar. Pensad que si hay alguien que se cambia de mesa, otros querrán hacerlo también y se organizará precisamente el revuelo que queréis evitar con la distribución de las mesas.
¿Qué haréis vosotros en la boda? ¿Asignaréis las mesas o preferís que los invitados se sienten donde mejor les parezca?
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La primera vez que apareció este post fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?
Asignar las mesas a los invitados en la boda: muy recomendable by ¿Quién dijo boda? - Arancha Moreno is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.