Y ajustar los gastos no significa renunciar a una boda preciosa, no. Sólo implica utilizar el sentido común y algunos consejos como estos...
En general
Definid un presupuesto, no sólo para toda la boda, sino partida por partida: para el catering, para el vestido, para las flores, etc. Y respetadlo al céntimo. Es una de las mejores maneras de ahorrar que hay. Si no hay una guía clara acerca de lo que os queréis gastar, creedme, el presupuesto puede crecer de forma descontrolada. Y sólo os daréis cuenta de el exceso al final, cuando ya no se pueda hacer nada y vuestra cuenta bancaria esté tiritando.
Utilizad una única cuenta y una única tarjeta para hacer los pagos relacionados con la boda, porque es la mejor forma de tener controlados los gastos.
Invitad sólo a los más allegados |
Priorizad los gastos en lo que consideréis más importante para vosotros.
Planificad cuidadosamente cada gasto. Comprar sin ton ni son, puede hacer un agujero enorme en vuestra cuenta corriente.
Contratad a una wedding planner. Vale, ya sé que es arrimar el ascua a mi sardina, pero es una realidad. En mi caso, las comisiones que los proveedores me ofrecen como organizadora, se las transmito a las parejas de novios en forma de descuento. Y eso es de lo más rentable para ellos, puesto que en muchos casos, sólo con el descuento que les hacen en la recepción y la barra libre pueden pagar una buena parte de mi minuta. Si a eso le sumamos los descuentos que se puedan obtener de otros establecimientos y profesionales, merece la pena. Por no hablar de que los consejos y los contactos de una organizadora de bodas profesional ahorran mucho dinero a los novios, puesto que les evita gastos innecesarios y negocia con los proveedores por ellos.
Presupuestos y proveedores
Pedid al menos tres presupuestos por cada partida de la boda, de esa forma podréis comparar precios y condiciones y elegir el que más os convenga.
Si os es posible, reservad con antelación, porque la mayor parte de los establecimientos y profesionales suelen hacer precios especiales cuando se contrata con anticipación.
Pedid siempre que os indiquen los impuestos aplicables a cada presupuesto, porque, si no están incluidos, puede suponer un disgusto a la hora de pagar la factura. En gastronomía se suele aplicar un 10% y en el resto de servicios y productos un 21% de IVA. También os aviso de que, por suerte, cada vez hay menos profesionales en el sector nupcial que trabajan en "B", por lo que los impuestos son ya (casi) ineludibles.
Si os es posible contratar varios productos o servicios con un mismo proveedor, podréis conseguir mejores precios, descuentos y regalos. Además, al centralizar varios pedidos en un mismo establecimiento o profesional, os será más fácil ejercer el control sobre las entregas y los pagos.
Negociad con los establecimientos y profesionales todo lo posible, pero sin caer en el regateo compulsivo. Una cosa es conseguir que ambas partes ganen y otra pretender que nos regalen su trabajo. Ojo con apretar demasiado las tuercas en este sentido, porque hay proveedores que suelen tomarse la revancha en forma de disminución de la calidad del producto o del servicio, muchas veces de forma inconsciente.
Consultad con los proveedores acerca de la posibilidad de devolver lo que no se haya utilizado. Muchas veces es posible y, como no se pregunta, las parejas se quedan con los artículos sobrantes; con los que luego no saben qué hacer y que les han supuesto un buen dinero. Otra opción es vender esos productos en tiendas de compraventa entre particulares o en grupos específicos de redes sociales.
Tened presente que, en muchas ocasiones, lo barato sale caro. Si hay algún proveedor que os ofrece chollos increíbles, desconfiad, nadie regala algo a cambio de nada. Lo mismo ocurre con los que tienen precios mucho más altos que la media para el mismo servicio o producto, desconfiad también. Es cierto que la calidad se paga, pero un precio altísimo no garantiza obtener lo mejor. En muchas ocasiones los proveedores con precios prohibitivos sólo quieren cazar a parejas que quieren alardear de lo que han gastado, aunque lo recibido sea más bien mediocre.
Compras colectivas
Una buena opción, siempre que sean grupos de confianza, es apuntarse a compras colectivas para elementos de decoración, regalos, etc. Pero aseguraos siempre de que hay un responsable identificado, que los medios de pago son seguros y de que no hay opiniones negativas en Internet.
Hablando de compras colectivas. Una forma de ahorrar unos euros, es poneros de acuerdo con las parejas que se casen el mismo día que vosotros y comprar las flores y la decoración de forma conjunta. Eso sí, las últimas parejas que se casen deberían negociar un descuento en caso de que haga calor, porque las flores terminarán algo marchitas a última hora. También se puede pactar con el florista que se pase a última hora y reponga algunas de las flores que estén más estropeadas.
Las invitaciones
Siempre que se os de bien el diseño y las manualidades, podéis hacer las invitaciones vosotros mismos. Ahora mismo hay muchos imprimibles y plantillas gratuitas que también os pueden ayudar a crear vuestras invitaciones. Pero, ojo, es importante cuidar los acabados y los materiales. Nada de utilizar los folios distraídos de la oficina...
Otra opción que, aunque no lo parezca, puede abaratar las invitaciones y mejorar su resultado, es contratar a un diseñador profesional que trabaje con una imprenta de confianza y BBB: buena, bonita y barata. Os diseñará un logo para vuestra boda, que podréis utilizar también en otros elementos (menús, regalos, tarjetas de agradecimientos, libro de firmas...) y las propias invitaciones, claro. Por experiencia, estas invitaciones personalizadas al 100% pueden llegar a salir entre un 10 y un 20% más baratas que muchas de tipo plantilla. Si no lo crees, consúltanos.
Otra alternativa para ahorrar en las invitaciones es hacerlas on-line. Pero también necesitan tiempo y dedicación para conseguir un buen resultado. Tenéis muchas herramientas para hacer diseños on-line gratis, que os pueden ser de lo más útil para este fin. Eso sí, debéis tener en cuenta que no todos los invitados tendrán acceso a una dirección de correo, sobre todo los más mayores.
La ceremonia
Si vais a hacer una ceremonia simbólica, podéis pedirle a algún amigo que sea buen comunicador que ejerza de maestro de ceremonias. Os ahorraréis unos euros y os sentiréis muy cómodos con alguien conocido tras la mesa de la ceremonia. Eso sí, es esencial que os cercioréis de que la persona elegida está capacitada para ello y que hará un buen papel ese día. También es importante que sea algo voluntario, que no se vea obligado a oficiar la boda.
Otra forma de ahorrar es no hacer programas de boda y/o misales. No es estrictamente necesario y, en caso de que lo consideréis imprescindible, siempre podéis optar por el DiY.
Para ahorrar en el coche nupcial, os aconsejo que le pidáis a algún amigo o familiar que tenga un vehículo de alta gama o de colección que os lo presta. Y, ya puestos, que haga de conductor ese día.
Y hasta aquí llega esta primera parte. No os perdáis la segunda, porque encontraréis muchos más tips para ahorrar, pero sin renunciar a una boda perfecta.
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La primera vez que apareció este post fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?
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