Como esa numeración indicaba a los invitados qué puesto ocupaban dentro de la boda, muchos se sentían humillados si su número indicaba que eran poco importantes para los novios; así que, se comenzó a utilizar una nomenclatura más democrática: nombres de cosas o personas. Claro que, para los que tienen formación en protocolo u organizan eventos, una mesa aunque no tenga número, lo dice todo según su posición dentro del salón... :)
Personalmente, me encanta ponerle nombres a las mesas, no por evitar herir la susceptibilidad de los invitados, más bien porque da mucho juego a la hora de la organización y la decoración del banquete.
Claro que, a la hora de escoger los nombres, hay que tener en cuenta una serie de puntos para acertar de pleno. Aquí tenéis 8 consejos para conseguirlo:
1.- Los nombres de las mesas deben tener que ver con vosotros, vuestra personalidad, gustos y aficiones. Elegir nombres de barcos famosos cuando tu novio cree que las únicas regatas son las que hacen los albañiles para meter las canalizaciones eléctricas y tú te mareas según ves un patín en la playa, no es lo más apropiado; no tiene absolutamente nada que ver con vosotros.
2.- La nomenclatura de las mesas debe tener relación con el estilo de la boda. Si estáis preparando una boda vintage con multitud de referencias a los años 20, no sería adecuado nombrar a las mesas con grupos de heavy metal.
3.- Los nombres deben tener algún significado y deben estar unidos por un hilo conductor. Mezclar Gorrión, Los Morancos, Caipirinha, Muleta y Coquilla no tiene mucho sentido, ¿verdad? Y si lo tiene para vosotros, debéis explicar el hilo conductor de alguna manera a los invitados: un pequeño texto que lo explique en las invitaciones o la entrada al salón. Por ejemplo: Esta historia de amor comenzó con una actuación de Los Morancos. Ana tomaba una caipirinha y, Jorge Cadaval contaba un chiste de un gorrión y una coquilla. Paco se sentó en la mesa de al lado y, cuando fue a levantarse, tiró una de sus muletas (estaba escayolado); cuando Ana le fue a recogerla amablemente y se miraron, ya no pudieron separarse más. ¡Pero qué creatividad, señores :)!
Los planetas dan para 9 (u 8, si eliminamos a Plutón) mesas |
5.- La facilidad de llevar a la práctica el nombre también es importante. Si elegís nombres que no sean fáciles de plasmar en la mesa, no servirán para su función. Los términos muy abstractos o complejos o los que requieran de un conocimiento profundo de un tema, entrarán dentro de esta categoría. Las fórmulas matemáticas estarán muy bien entre conocedores de la materia, pero el resto de invitados que no lo sean se sentirán desconcertados.
La geografía es todo un "clásico" |
7.- También es importante que su sonoridad y pronunciación sea sencilla para todos. ¿Os imagináis a vuestro tío el del pueblo, ese que en todas la bodas baila con la corbata en la cabeza, diciendo "estoy en la mesa Börjk"?
8.- Y, por supuesto, también deberíais tener en cuenta la propiedad de los nombres, para no herir a nadie con ellos. Es fácil: ni política, ni religión, ni sexo, ni fútbol, ni temas relacionados con la enfermedad y la muerte.
Las flores no son "innovadoras", pero hay muchas para elegir |
Algunas sugerencias:
Nombres clásicos
Los sospechosos habituales, poco innovadores y arriesgados, pero siempre vigentes: películas, series de TV, ciudades, países, monumentos, cuadros famosos, flores, árboles, colores, deportistas, escritores, pintores, compositores, arquitectos, grupos musicales, coches antiguos, libros, parejas famosas, piedras preciosas, mitología, signos del zodíaco, meses del año, etc.
Nombres originales
Las especias pueden "dar mucho juego" |
¿Se os ocurren más nombres originales... o clásicos? Se admiten sugerencias.
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