Hoy nos
vestimos de gala en QdB porque recibimos la visita de "Acaramelada", buenísimoas reposteras y mejores personas, que nos regalan un post que no te puedes perder, en el que nos cuentan una de sus anécdotas con las tartas de
boda que describe perfectamente el trabajo, el esfuerzo y la capacidad de
enfrentarse a situaciones inverosímiles de un profesional para que vuestra boda
sea perfecta. Y todo ello sin despeinarse y con una gran sonrisa.
Aquí va el post...
Un saludo a todos los lectores de “¿Quién dijo boda?” este blog tan estupendo como la persona que lo escribe, Arancha. Ella nos ha brindado la oportunidad de escribir este post.
Somos “Acaramelada”, una empresa de repostería creativa con alma blogger que nació hace unos seis años y que hace dos se convirtió en tienda.
Desde que empezamos la singladura profesional hemos vivido miles de anécdotas y queremos aprovechar esta oportunidad para compartir alguna con vosotros.
Cada tarta que hacemos tiene su historia, sin duda, ya que las nuestras son personalizadas y para eso necesitamos conocer el motivo, los gustos...de cada cliente.
Pero las tartas de boda son , sin duda, las que más quebraderos de cabeza nos dan. No por lo complicadas o fáciles que puedan ser a la hora de hacerlas, más bién por la responsabilidad que supone participar en un evento tan especial como es el día de la boda.
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Tiene que ser todo perfecto, pero...son tantas las cosas que pueden no salir bien…creo que os lo podeis imaginar, y aunque siempre tenemos un plan “b”, mejor que no surja la oportunidad de ponerlo en práctica.
Os voy a
contar la historia de esta tarta y su aventura. Esta era para una boda sorpresa
en el casino de Madrid (el de la calle Alcalá). Los invitados pensaban que iban
la iglesia a una conmemoración de la muerte de un familiar y que luego irían
todos juntos a comer, no sabían que iban a participar en una boda, sólo los
novios y los padrinos…
Los novios eligieron que la tarta fuera tradicional en la forma, pero no en los colores y se decidieron por un rojo intenso, y como veis junto a los pajaritos vestidos de novio, hay uno más pequeño que era el hijo que tenían y un huevito, ya que ella estaba embarazada de una niña…¿que os parece hasta aquí la historia?
Pues ahora os cuento lo que ocurrió en la “trastienda”. El día de la boda era un día de frenético trabajo en la tienda...y tenía que llevar la tarta al lugar de celebración de la boda, a pesar de que no estaba lejos de la tienda decidí coger un taxi...y todos los baches del camino, bueno eso no lo decidí yo…!Dios!, cada bache contenía la respiración, y supliqué...si, si supliqué al taxista un poco de compasión con aquella tarta, que no estaba preparada para participar en “Super Mario Bros”.
Al llegar a la calle Alcalá estaba cortada por un incendio en el teatro “Alcalá”...pensé: “ ¿De verdad?” No era posible, me despedí amablemente del taxista, a pesar de lo mal que me lo había hecho pasar, y me decidí a burlar el cerco policial...me daba igual si no dejaban pasar a los novios, la tarta tenía que llegar…
Creo que nunca habréis cogido una tarta de varios pisos, con fondant incluido, para dar un paseo por el centro de Madrid, pero no os lo recomiendo, pesa como un demonio. Eso junto con el calorcito que empezaba a hacer ese día y los sofocones que me había hecho pasar el taxista…”sudaba por todos los poros del cuerpo”.
Me puse el cuchillo entre los dientes y el pañuelo anudado en la frente (esto es una licencia literaria, claro, pero era lo único que me faltaba) dispuesta a todo por cumplir con la misión, y callejeando, llegué a una puerta trasera del casino por donde pude entrar...ya no podía casi ni respirar y por fin conseguí dejar la tarta…¿prueba superada?, aún no... Cogí el kit de primeros auxilios para la tarta, que siempre llevamos, y no sin cierto miedo, abrí la caja a ver que me encontraba... los pajaritos, aterrados, por el trajín y los baches habían decidido meter las patas dentro de la tarta...pero la tarta aún seguía viva, uff!!
Al final todo en terminó bien, bueno, menos lo del incendio, pero eso no era de mi película. A los novios y a los invitados les encantó su tarta roja con pajaritos.
Hasta aquí una de nuestras aventuras “tartiles”.
Si estás pensado en alguna tarta para un evento, no dudes en mandar un correo a Arancha, que colabora con nosotras y te podrá facilitar toda la información que necesites.
Hasta pronto!!
¿A que os ha encantado el post? Estamos deseando que nos cuenten más anécdotas pronto, ¿a que sí?
Gracias Arancha!!
ResponderEliminar¡Gracias a vosotras, Ana y María José! Estamos encantados de que hayáis colaborado con nosotros, es todo un honor.
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