Encontrar el vestido de novia que te enamore no es una tarea fácil, sobre todo porque hay muchas cosas que desconoces y que nadie te ha dicho.
Para que conozcas todos los trucos que necesitas para encontrar tu vestido de novia, aquí tienes algunos consejos.
Antes de nada
Si has visto el vestido que te vas a probar en Internet o en un catálogo, ten en cuenta que no te sentará igual a ti que a la modelo de la foto. Incluso aunque tengas unas medidas perfectas, no tendrás ni el fotógrafo, ni el iluminador, ni el maquillador, ni el peluquero, ni el Photoshop que tiene ella. Sé realista y no te fijes en cómo le quedaba a ella, sino en cómo te sienta a ti.
Si tienes un vestido de tus sueños en mente, ten presente que quizás sea eso, de tus sueños, pero no de tu realidad. Puede que cuando te lo pruebes en el atelier no te guste nada, así que no te decepciones. No es que tú no seas adecuada para el vestido, sino que él no es apropiado para ti.
Las tendencias que verás en la Red son una cosa y lo que encaja contigo otra diferente. Analiza lo que se lleva y adopta sólo lo que te favorezca. Y si no hay nada, marca tú la tendencias.
Pide cita en el atelier o la tienda cuando sepas que vas a tener tiempo disponible para dedicarle a la búsqueda de tu vestido. Ir con prisas es lo peor que puedes hacer en estos casos.
No compres el vestido con una antelación excesiva, porque lo que hoy te parece muy bonito, dentro de más de un año te puede parecer anticuado. Por no hablar de que irán apareciendo tendencias que te enamorarán... cuando ya tienes tu vestido comprado.
Prepárate
Ve a probarte vestidos con un peinado bonito. No hace falta que vayas a la peluquería, pero sí que te veas bien. Si te pones un traje de novia con el pelo no muy limpio y recogido de mala manera con una pinza, no te verás bien con él, por muy bonito que sea. Prohibido acercarse a un vestido de novia un bad hair day.
Y maquíllate. Aunque no lo hagas habitualmente, deberías llevar algo de maquillaje, tal y como lo harás el día de la boda. Piensa que un vestido de novia, sobre todo si el blanco, revela tus imperfecciones de manera alarmante. Verás tus ojeras más profundas, el color menos uniforme y tu expresión más triste. Eso sí, te recomiendo que utilices base y barra de labios no transfer. Olvídate ese día del gloss, salvo que quieras arriesgarte a manchar el vestido.
La ropa interior es clave para que un vestido de novia siente bien (o muy mal), así que no te olvides de llevar más de un tipo de sujetador a la prueba. Te recomiendo que al menos lleves uno sin hombreras, otro con hombreras y uno multiposición.
También te recomiendo que lleves más de un par de zapatos, con el tipo de hechura y tacón que te gustaría llevar el día de la boda. Piensa en los estilos que te gustan y lleva calzado que podría encajar con ellos. Ya sé que tendrás que llevar varias bolsas, pero los acompañantes también están para eso.
El día que vayas a probarte vestidos te verá desnuda mucha gente (la asesora, la modista, tus amigas...), así que estate preparada. Es un momento no apto para tímidas.
Y también deberás estar dispuesta a que hablen de tu físico sin demasiados tapujos. Tanto la asesora, como la modista o tus acompañantes hablarán de si ese modelo te hace las caderas anchas o te aplana el pecho. No tomas esos comentarios como críticas hacia ti, sino apreciaciones acerca de cómo el vestido se adapta (o no) a tu cuerpo. Y si hay alguien que aprovecha para hacerte sentir mal, ni caso, es tu día, no permitas que te lo arruinen.
Tu vestido va a necesitar arreglos, sí o sí, salvo que esté hecho a medida. Así que no pienses que vas a salir con tu traje en una bolsa, aunque sea el vestido de tus sueños y prepárate a hacer varias pruebas y esperar.
Las tallas
Ten en cuenta que el tallaje de los vestidos de novia no es el mismo que el del resto de la ropa, así que no insistas en entrar en un vestido sólo porque tiene que ser tu talla.
Y hablando de tallas, no compres jamás un vestido más pequeño pensando en que vas a adelgazar para la boda, porque puede que no lo hagas y que te encuentres con un verdadero problema. Es más fácil achicar un vestido que agrandarlo.
El día de la prueba
Sé sincera con la asesora, porque si no no te podrá buscar modelos que te gusten y que entren dentro de tu presupuesto.
Ten claro que vas a pasar calor, mucho calor. No sólo porque los vestidos de novia son menos ligeros de lo que parecen, sino porque los nervios y el hecho de probarse te acabarán haciendo sudar. Procura utilizar un buen antitranspirante ese día y lleva una botellita de agua para hidratarte.
Prepárate, porque cuando veas los vestidos en las perchas es fácil que te decepciones. Ese vestido que parece tan bonito en la web de la firma, puede tener aspecto de disfraz barato cuando está en el colgador. Dale una oportunidad y pruébatelo a pesar de esa primera impresión, porque los trajes de novia necesitan estar puestos para poderse apreciar.
No te pruebes nada que se salga de tu presupuesto, porque sólo puede terminar en desastre. Bien porque acabes cayendo en la tentación y gastándote más de lo que debes, bien porque tengas que renunciar a un vestido que te enamora y que acabe no gustándote ningún otro que te pruebes. Y es que los vestidos más caros suelen gustarnos más, no sé si porque son más bonitos o porque los deseamos más al estar fuera de nuestro alcance. En todo caso, quien evita la tentación, evita el peligro.
Pruébate el vestido con los zapatos puestos, nunca descalza. El efecto será totalmente distinto. Y, por favor, no te dejes puestos los calcetines, necesitas verte tal y como lucirías el día de la boda.
Bájate del pedestal donde te subirá la asesora, y no lo digo en sentido figurado. Porque el efecto no es el mismo cuando estés sobre el suelo y camines. En la plataforma todas estamos estupendas, porque parecemos más altas y estilizadas.
Procura verte en más de un espejo, no sólo en el del probador. Así te verás desde distintos ángulos y te sentirás más libre para moverte.
Pide que te dejen algún complemento, como un ramo de novia |
Pide que te presten algún accesorio para verte más novia con el vestido. Un ramo, un velo o un tocado pueden hacerte decidir si es el vestido adecuado.
Si compras on-line
No compres vestidos por Internet que no te hayas podido probar antes. Aunque puedes devolverlos sin problemas, puedes verte inmersa en una pesadilla interminable de compro-devuelvo y quedarte sin tiempo para comprar off-line si no llegas a encontrar ningún modelo que te convenza.
Si compras on-line, cerciórate de que la tienda tiene la sede física en tu mismo país (o al menos alguna sucursal cerca de tu localidad), tiene una empresa identificable y que cumpla la legislación vigente y que no tiene críticas negativas en Internet. Lo ideal es poderte probar el vestido físicamente y, si luego lo encuentras más barato en Internet, comprarlo.
No pasa nada si tardas un poco más en encontrar tu vestido |
No te agobies si no encuentras el vestido a la primera. No siempre ocurre lo que en las películas o en los realities de TV, en los que la novia se prueba un traje, se queda sin palabras y llora y baila de alegría porque ha encontrado su vestido. En muchas ocasiones las novias tienen que probarse varios vestidos antes de dar con el suyo.
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La primera vez que apareció este post fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?
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