Pero antes de decirle sí, quiero a los pequeños colaboradores en la boda, es necesario tener en cuenta algunas cosas, para que todo vaya como la seda... o al menos se acerque.
Por eso, en este post vas a encontrar algunos consejos e ideas para que los niños participen tu ceremonia de boda.
A tener en cuenta
Lo primero que debes tener presente, es que los niños son imprevisibles. Pueden estar muy ilusionados con su participación, puedes haber preparado el guión de la ceremonia, haber ensayado una y mil veces, tener todo atado y bien atado... y que, a la hora de la verdad, los críos hagan lo que más les apetezca. Desde una negativa rotunda a participar justo antes de echar a andar por el pasillo nupcial a una rabieta de proporciones épicas, pasando porque quieran sentarse en las rodillas de novio durante toda la ceremonia o sentarse en la cola de tu vestido mientras andas, en lugar de sostenerla. Si tienes esto claro desde el principio, te ahorrarás muchos disgustos de última hora.
Habla previamente con los padres, para saber si están de acuerdo con que sus hijos colaboren en la ceremonia. La mayoría estará encantado, pero otros papás pueden ser reacios a que sus niños tengan ese protagonismo. Tú puedes proponer, pero los que tienen la última palabra son primero los padres y luego sus hijos.
Las edades
Ten en cuenta las edades de los niños que van a participar en la ceremonia. Cuando son muy pequeños, puede que no sean capaces de realizar muchas de las tareas que se les suelen confiar durnte la ceremonia; al menos sin ayuda de otros niños más mayores o de adultos. Y si son demasiado mayores, puede que no les apetezca demasiado tener protagonismo ese día.
Si quieres que participen niños muy pequeños, procura que lo hagan junto con otros más mayorcitos que les ayuden y les guíen. Si eso no es posible, tendrás que designar a un adulto para que esté al tanto.
Siempre voluntarios
Es importante hablar con ellos y preguntarles si realmente desean participar en la ceremonia. Hay niños muy tímidos o con un sentido del ridículo muy acusado, que se sienten abrumados en este tipo de situaciones. Y cuando hablo de preguntarles, es a ellos directamente, no a sus padres; porque estos últimos pueden llegar a presionarles para que acepten, unas veces por cortesía y otras porque sus peques tengan visibilidad (eso no quiere decir que no les preguntes a ellos antes, ojo). Siéntate con ellos tranquilamente, en un ambiente distendido y consúltales para que te digan sinceramente si quieren llevar los anillos o la cola del vestido; asegurándoles que les vas a seguir queriendo igual sea cual sea su respuesta. Esto también es válido si los niños son tus hijos, por cierto.
Ante el más mínimo atisbo de duda de que alguno de los niños no quiere participar, déjalo correr y no le obligues. Este tipo de intervención debe ser siempre voluntaria. Si le obligas, el peque se sentirá muy angustiado y, además, lo más probable es que te encuentres con un disgusto de última hora.
El vestuario
Consulta con niños y padres el tipo de atuendo que quieres que lleven ese día. Con los más pequeños, hay que hablar acerca del estilo de la ropa, con los padres también, además de tratar la parte económica. Tú puedes, por supuesto, elegir el estilo de ropita que lucirán en la boda, pero es imprescindible que los pequeños y sus papás también le den el visto bueno. Los primeros tendrás que darle el OK en cuento a estética y comodidad. Los segundos tendrás que aprobar la estética... y el dinero que supondrá. En la mayor parte de los casos, el coste del vestuario de los peques corre de cuenta de sus padres, así que primero cerciórate de que van a poder asumirlo. No todas las economías familiares pueden soportar ese gasto. Si los padres puede costearlo, perfecto; en caso contrario, deberías ser tú quien lo pague o permitir que los niños luzcan lo que los papás puedan permitirse.
Todos con algo que hacer
Si hay varios niños invitados a la boda, procura que todos participen de alguna manera. Si no, lo que conseguirás es que los que no tengan ninguna labor que realizar durante la ceremonia, intenten llamar la atención de alguna manera ruidosa e incómoda.
Procura asignar a cada niño las tareas que mejor encajen con su edad y capacidades. Si le das a tu sobrino de 18 meses las alianzas para que las lleve, la cosa se puede complicar en cualquier momento; así que mejor será encargarle la entrega de los anillos a un niño más mayor y dejar que el más peque lleve el cartel de "Aquí llega la novia", por ejemplo.
Todo claro
Explícales claramente lo que esperas de ellos ese día y cómo deben hacerlo (y también a sus progenitores). Son niños y no han participado en decenas de bodas, así que no des por hecho que saben cuál es su cometido. Y tampoco confíes en que sean sus padres los que les den las instrucciones, porque puedes encontrarte con que la interpretación de los papás acerca de lo que tienen que hacer sus hijos, no tiene nada que ver con lo que tú quieres.
Si es posible, lleva antes de la boda a los niños al lugar en el que se celebrará la ceremonia. Así el lugar les impondrá menos el día de la ceremonia. También es conveniente aprovechar ese día para ensayar. Y si la persona que vaya a oficiar la ceremonia puede estar presente, mucho mejor. Es importante que cuando conozcan el lugar, el ambiente sea relajado. Unos juegos antes de comenzar el ensayo o unos refrescos pueden ser una buena forma de romper el hielo.
En el caso de las bodas religiosas, es imprescindible consultar antes con la persona encargada de oficiar, para saber si está de acuerdo con la participación de niños y las tareas que realizarán.
Ideas para que participen
Algunas ideas para que los niños colaboren durante la ceremonia son:
- Recibir a los invitados. Una bonita tarea que les encantará es estar en la puerta del lugar en el que se celebre la ceremonia dando la bienvenida y las gracias por su asistencia a los invitados que vayan llegando.
- Entregar los programas o misales de la ceremonia a los asistentes. Si los has previsto para tu boda, los niños son los mejores embajadores para encargarse de ellos. También pueden entregar los abanicos, paypays, parasoles, pañuelos para las lágrimas de felicidad de los invitados, etc.
- Ayudar a los invitados a encontrar su asiento. Si reservas asientos a las personas más cercanas, pueden encargarse de dirigirles a sus sillas.
- Portar el cartel de "Aquí llega la novia" o similar. En cada vez más bodas se ha adoptado la costumbre de que los peques lleven un cartelito en el que se anuncia la llegada de la novia al comienzo de la ceremonia, algo que pueden hacer lo más chiquitines sin ningún problema. Incluso los bebés pueden llevarlo mientras sus papás les llevan en el carrito por el pasillo nupcial.
- Llevar los anillos. En este caso es importante que ambas alianzas estén bien aseguradas para que en caso de que se caiga el portaalianzas no salgan rodando. Pero, cuidado, deben estar bien sujetas, pero también tiene que poderse desanudar fácilmente por un adulto cuando llegue el momento del intercambio de alianzas.
- Portar las arras. Aunque no se utilizan en todas las bodas, en algunas de ellas se intercambian arras, por lo que es una tarea que se puede encargar a los niños. Si se van a colocar directamente en la mesa de ceremonias, las monedas pueden estar colocadas sobre una bandeja; si van a llevarlas niños pequeños, mi consejo es que las arras vayan en una caja, cesta con tapa o bolsita y así minimizar el riesgo de que se caigan.
- Llevar los elementos necesarios para la ceremonia simbólica. Pueden encargarse de las velas de la Ceremonia de la Luz, el cordón en la Unión de Manos o Handfasting, los recipientes para la Ceremonia de la Arena...
- Lanzar flores antes de que llegue la novia. Es todo un clásico. Las niñas (o niños, por supuesto) pueden ir lanzando flores por el pasillo nupcial antes de que entre la novia.
- Ayudar a llevar la cola del vestido de la novia. Si los niños son un poco más mayores pueden sostener el borde de la cola del traje de la novia, eso sí, siempre que se les enseñe cómo hacerlo de forma apropiada.
- Guardar una cesta con botellas de agua o pañuelos de papel para los novios. En muchos casos los novios se quedan con la boca seca o lloran de felicidad y nervios, así que nunca está de más que haya uno o varios peques que les puedan entregar agua o pañuelos si lo necesitan.
- Leer durante la ceremonia. Si los niños no son tímidos, una forma de que participen en la boda es que lean algún texto, ya existente o escrito por ellos mismos. Una opción es que lean más de uno en la misma intervención, así les dará menos vergüenza, porque se sentirán más arropados.
- Cantar o tocar un instrumento. Si alguno de los niños sabe cantar o tocar un instrumento (y no le importa hacerlo en público), puede encargarse de interpretar algún tema a o largo de la ceremonia.
- Entregar el confetti, los pétalos o el arroz. Los peques pueden ser los encargados de repartir los conos o bolsitas con los elementos que vayan a lanzar los invitados al final de la ceremonia. Les suele encantar y es una forma de que todos los asistentes tengan su confetti o sus pétalos a tiempo.
¿Habrá niños en tu boda? ¿Ya sabes qué tarea le asignarás a cada uno? Seguro que harán de la ceremonia algo inolvidable.
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La primera vez que apareció el post Consejos para que los Niños Participen en la Ceremonia fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?
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