Organizar una boda implica pruebas y más pruebas. Del vestido de novia, del traje del novio, del menú, de la tarta, del maquillaje, del peinado... Y es que si quieres que todo salga perfecto el día de la boda, es importante poder escoger lo que realmente deseas y comprobar previamente que los profesionales que van a participar de una forma u otra en ella cumplirán tus expectativas.
Una de estas pruebas importantes es la del peinado, porque una mala elección o una mala ejecución puede arruinar tu outfit nupcial por completo.
A continuación encontrarás trucos que puedes utilizar para conseguir una prueba de peinado perfecta.
La elección
La elección del profesional que te vaya a peinar es crucial. No te dejes llevar por la costumbre y elijas a tu peluquera de toda la vida sin más. No es lo mismo teñir, cortar y peinar a diario que hacer un peinado de novia; sobre todo si se trata de un recogido o un semirrecogido.
Es fundamental que la persona que te vaya a peinar te genere confianza. Debe existir un cierto feeling entre vosotros para que el peinado sea perfecto. Si no te sientes cómodo con la persona que te hace la prueba, pide que te atienda otra persona o cambia de salón.
Exige en el salón que te aseguren que quien te hará la prueba será quien te peine el día de la boda. Y que te digan le sustituiría en caso de que al profesional le surja algún problema.
Ten previsto un plan B, por si acaso. No será la primera vez que una novia se queda sin peluquera o peluquería el mismo día de la boda. Un ejemplo real: una novia que se encontró con que el peluquero no le quiso hacer el recogido que ella quería el día de su boda. Según él, porque no estaba inspirado para hacer ese tipo de peinado. La realidad, que él no sabe hacer recogidos. En resumidas cuentas, la novia se tuvo que conformar con un disgusto monumental... y una melena suelta en lugar de con un bonito recogido. Y otro ejemplo: una novia que se vio sin peluquera, porque decidió tomar sus vacaciones sin previo aviso coincidiendo con la boda y a menos de un mes de su celebración. Mira algún otro salón que te inspire confianza, por si tuvieses que recurrir a él en el último momento.
La cita
Pide cita con un tiempo prudencial, siempre cuando ya tengas el vestido escogido. Lo ideal es que sea con 20-45 días de antelación.
Cuando conciertes la prueba, infórmate acerca de los precios y condiciones, para no llevarte sorpresas cuando ya te hayan peinado. Pide que te den el precio cerrado, si es posible, así no podrán inflarte la factura final por extras de todo tipo.
Si te es posible, procura que la cita sea en un día de diario, así en la peluquería tendrán menos trabajo y te podrán dedicar más tiempo y atención. Los sábados los salones suelen trabajar contra reloj al tener mucha más clientela.
Consulta a la hora de pedir cita si debes llevar el pelo limpio de ese
mismo día o debes dejarlo sin lavar. En casos, si te vas a hacer un
recogido, te pedirán que no te hayas lavado el cabello las 24 horas
previas, porque se maneja y se sostiene mejor. Aunque ahora hay
productos de styling que ensucian el pelo para recogerlo estando muy limpio. En cualquier caso, consúltalo.
Combinada con maquillaje y vestido
Procura concertar la prueba de maquillaje al mismo tiempo que la de peinado. De esa forma podrás hacerte una idea global de cómo te verás el día de la boda. Lo ideal es que primero te peinen y luego te maquillen. El lavado, el pelo mojado sobre el rostro mientras te secan, los secadores y las lacas te pueden arruinar el maquillaje.
Si te es posible, concierta también la cita para una de las pruebas del vestido después de peinarte y maquillarte, así verás el efecto completo. Si puede ser en una de las pruebas en las que ya hayan comenzado a hacerte los arreglos y retoques al vestido, mucho mejor.
Cuestión de preparación
Tómate tu tiempo para hacer la prueba. No vayas con prisa, porque probablemente tomes una mala decisión.
Si vas a ir acompañada, procura que las personas que vayan contigo sean las adecuadas. Elígelas teniendo en cuenta su buen criterio, su actitud positiva (a la vez que realista) y el respeto a tus decisiones. No te guíes sólo por el parentesco o la amistad como únicos requisitos, porque tu prueba puede convertirse en un infierno.
Procura que ese día tu pelo tenga el mismo largo y color que tienes previsto llevar para la boda. Esto es importante para que el día B no haya sorpresas. Si te haces la prueba con mucha antelación, asegúrate de que el corte, la longitud y el tono sean los mismos que tendrás el día de la boda.
Lleva una foto del vestido desde varios ángulos, especialmente de la zona del escote delantero y trasero. Esto es imprescindible. El estilista debe saber cómo es lo que llevarás puesto, para que ni el peinado ni el vestido rivalicen entre ellos.
Si es posible, el día de la prueba lleva una prenda en la parte superior que tenga un escote similar al del vestido, así te harás una mejor idea de cómo te quedará el peinado con el vestido.
Lleva los accesorios a la prueba, especialmente si se trata de un tocado complicado o un velo. Esto es la norma, aunque debes saber cuál es tu prioridad: el peinado o el tocado. Si te importa más el primero, te aconsejo que te hagas la prueba y luego elijas cómo adornarás tu cabello. Y viceversa, si lo que prima para ti es el tocado, escógelo primero y llévalo a la prueba para que el peinado se diseñe en función del complemento.
La hora de la verdad
Di con claridad lo que quieres a tu estilista. Si no te expresas muy bien, lleva fotografías del peinado que buscas. Es muy importante que quien te va a peinar sepa cuáles son tus expectativas, porque si no nunca podrá acertar.
Coméntale a quien te vaya a peinar el lugar, la fecha y la hora en la
que se va a celebrar la boda, esos detalles también son importantes a la
hora de escoger un peinado.
Ten presente que una cosa es lo que te haya gustado en una revista o en
Internet, y otra muy distinta lo que te favorezca. Tu rostro, el largo
de tu cuello, tu altura, el color de tu pelo y otras características
físicas pueden requerir otro estilo diferente.
Haz todas las preguntas que consideres oportunas a la persona que te vaya a peinar, no te quedes con ninguna duda.
Prueba más de un estilo. No te obceques en un tipo de peinado. Si tu estilista te sugiere otro estilo, pruébalo. No pierdes nada y puede que el resultado te sorprenda.
Hazte fotografías del peinado desde todos los ángulos. Así podrás reflexionar en frío acerca de si te convence o quieres hacer una nueva prueba. Hay profesionales a los que no les gusta mucho la idea, porque piensan que les vas a robar su creación, y que luego te irás a otro salón para que te peinen el día de la boda. Una tontería monumental, porque la novia que paga por una prueba, si queda contenga acaba encargándole el peinado al mismo estilista. Te aconsejo que pongas las fotos como condición indispensable para hacerte la prueba con ellos.
Y un último consejo: si no te convence, cambia de profesional o de salón. Es mejor pagar otra prueba, que arrepentirse el día de la boda.
Espero que con estos consejos, tu prueba de peinado sea perfecta. No permitas que te calienten la cabeza con este asunto, a menos que se trate del secador o las planchas...
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La primera vez que apareció el post Trucos para una Prueba de Peinado Perfecta en el blog de ¿Quién Dijo Boda?
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