Para que las pruebas de tu vestido no se conviertan en un tormento, a continuación encontrarás todos los trucos que necesitas para que las pruebas de tu vestido sean perfectas.
Cuántas pruebas hacen falta
Lo ideal es que se te hagan las pruebas que sean necesarias, tanto si compras un vestido de confección que te tengan que arreglar como si te lo hacen a medida.
Aunque lo habitual es que te hagan al menos 3 pruebas, que suelen ser las siguientes:
- 1ª prueba. Debería hacerse entre 1 mes y medio y dos meses antes de la boda si se trata de un vestido de confección que haya que encargar para tu talla y altura y que necesite arreglos. En esta prueba debes comprobar si el vestido está bien, se corresponde con el modelo elegido y la talla es la adecuada, aunque necesite retoques. Ese día te tomarán medidas, generalmente bastantes, para hacer los ajustes más importantes.
- 2ª prueba. Se suele hacer entre 21 días y 1 mes antes de la boda. Te probarán el vestido con los retoques de la primera prueba y se tomará nota de los últimos detalles que hagan falta para un ajuste perfecto.
- 3ª prueba. Lo habitual es que se haga unos 15 días antes del "día B". Se comprueba que el acabado final del vestido es el deseado.
Cómo preparar las pruebas
Pide las distintas citas con antelación. No las dejes para última hora, porque puedes encontrarte con problemas de agenda por parte del atelier o de la tienda.
Reserva las pruebas a distintas horas. Aunque hay quien recomiendo hacérselas a la misma hora de la boda, personalmente discrepo. Una cosa es cuándo se celebra la ceremonia y otra muy distintas cuando ya se ha comido y ha ido pasando el día y comienza la retención de líquidos o la hinchazón. Si la boda es a mediodía y reservas todas las citas durante las mañanas, cuando te pongas el vestido y lleguen las 5 de la tarde puede que te pongas de un bonito color azul porque no puedes respirar, especialmente si tienes tendencia a hincharte con el paso de las horas. Y al contrario, si te haces las pruebas a última hora de la tarde, cuando te pongas el vestido a mediodía, puede que te quede holgado.
Haz coincidir la prueba de peinado y maquillaje con última o la penúltima prueba, para que puedas ver el efecto general.
Adelgaza todo lo que sea necesario antes de que llegue el momento de las pruebas. Si te pones a dieta con poco tiempo, la mayor parte de la pérdida de peso la experimentarás en las últimas semanas, lo que dificultará mucho los arreglos. Lo que únicamente deberían ser pequeños detalles pueden convertirse en un infierno para la costurera, que puede terminar en un mal ajuste final.
Y lo contrario. Procura no coger ningún kilo de más en las últimas semanas antes de la boda. Si achicar un traje de novia es un problema, agrandarlo lo es más aún, sobre todo si el aumento de peso es importante.
Mentalízate de que la primera prueba puede ser algo frustrante, porque el traje necesitará arreglos y probablemente no te quede como pensabas. No te desanimes y deja que las costureras hagan su magia.
Cuando elijas el vestido, pide a la modista o a la asesora que te recomienda la ropa interior que necesitas teniendo en cuenta el modelo y tu fisionomía. Si consigues la lencería antes de la primera prueba, no te olvides de llevártela ya para esa cita. Y si no deberías tenerla ya para la segunda o al menos un modelo muy similar. Esto es sumamente importante, puesto que la lencería puede realzar un arruinar cualquier prenda, con más razón si se trata del traje de novia.
Si tienes pensado llevar medias, no te olvides de llevártelas a todas las pruebas. Así comprobarás si se marcan, si se pegan al vestido o al forro o si te modelan bien el cuerpo.
En caso de que tu vestido necesite cancán, llévalo a todas las pruebas. Es inexcusable.
Lleva los zapatos a las pruebas, porque es imprescindible que la modista sepa cuál es la altura del tacón a la hora de cortar el bajo. Y también es importante saber si algún elemento del calzado se puede enganchar con el vestido (pedrería, adorno, flores, plumas...).
Lleva los complementos, todos, a la última prueba, para comprobar que encajan con el vestido. Incluidos el velo o el tocado, la joyería, etc.
Si no puedes hacer coincidir la prueba de peinado con alguna del vestido, al menos procura peinarte de un modo similar. Y si no, lleva pinzas, horquillas o gomas para poderte hacer un recogido si es necesario. La diferencia de verte con el mismo estilo de peinado que deberías lucir con tu vestido a llevarlo de cualquier forma es abismal, así que préstale atención al cabello. Imagina un vestido con un escote profundo en la espalda que te pruebas acompañado de la melena suelta y despeinada... no te verás bien de ningún modo.
Y no te olvides del maquillaje, en todas las pruebas. No hace falta que te maquilles mucho, pero sí que tengas una buena cara. Hay un mundo entre probarse el vestido de novia con un buen aspecto que hacerlo con ojeras y el cansancio reflejado en la cara tras una dura jornada de trabajo y hacerlo con un simple toque de correcto, un brochazo de blush, una pasada de brillo labial y un poco de máscara de pestañas. Si no quieres manchar el traje, puedes llevar un pañuelo de seda para envolverte la cara mientras te ponen y te quitan el vestido.
Ponte un buen antitranspirante, porque vas a sudar, aunque el probador tenga aire acondicionado o sea pleno invierno. El vestido de novia suele dar calor, por muy ligero que sea, y los nervios lo acentúan. Así el vestido se deslizará mejor, tendrás menos problemas para ajustártelo y no lo mancharás de sudor.
Llévate un abanico, por si tienes mucho calor. Ocupa poco espacio y puede serte de utilidad.
Y no te olvides lo más importante para todas y cada una de las pruebas: la calma y el sentido del humor.
Quién debe acompañarte
Si a las citas para elegir el vestido debes ir acompañada de un número escogido y limitado de personas, en el caso de las pruebas debe serlo aún más.
Te aconsejo que sean una o dos personas de tu entera confianza y que tengan un buen criterio a la hora de aconsejarte. Necesitas a alguien que te apoye, no que te sabotee.
Te debería acompañar, al menos en la última prueba, quien te vaya a ayudar a ponerte el vestido el día de la boda. Así podrá preguntar cómo abrochar y ajustar la prenda debidamente.
Cómo hacer la prueba
Apunta todos los cambios que surjan en cada prueba y chequéalos en la siguiente. Así te asegurarás de que se hacen todos los cambios y ajustes que se habían convenido.
No tengas miedo de preguntar todas tus dudas en cada prueba o en dar tu opinión acerca de los arreglos. Si no te comunicas, la modista no sabrá qué es lo que piensas y no podrá satisfacerte.
En la segunda prueba ya deberías hacer todo tipo de movimientos con tu vestido para saber si estás cómoda o hacer falta algún arreglo más. Siéntate, levántate, agáchate, levanta los brazos, baila... necesitas poderte mover con facilidad, porque llevarás el traje muchas horas y harán infinidad de cosas con él.
Sal del probador, así podrás andar con el traje y te verás desde más distancia que dentro del cubículo.
Procura mirarte desde todos los ángulos posibles, para comprobar que te queda perfecto. Si no hay muchos espejos, llévate un espejo de mano para comprobar cómo te queda la parte trasera.
Hazte fotos desde todos los ángulos. Los espejos y la iluminación de los probadores suelen estar diseñados para que te veas estupenda, y las fotos son algo menos benévolas, con lo que tendrás una imagen más realista de tu vestido. Eso sí, pide que las fotos te las haga otra persona y que tenga cierto arte a la hora de tomarlas; una cosa es que sean realistas y otra que sean deprimentes.
Pide que te enseñen a moverte con el vestido, sobre todo si lleva cola o reposo. El simple hecho de recogértelo o dar la vuelta tiene su truco y no hay nadie mejor que la modista o la asesora para aconsejarte.
No te olvides de respirar. Parece una obviedad, pero muchas novias se olvidan de hacerlo cuando se prueban el traje. Si te lo ajustan mientras que contienes la respiración, el vestido te quedará demasiado justo y estarás muy incómoda durante todo el día, además de que corres el riesgo de desmayarte o que se salte alguna costura. Inspira y espira normalmente a lo largo de toda la prueba.
Espero que con estos consejos disfrutes de las pruebas de tu vestido y que consigas que éste te siente como un guante.
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La primera vez que apareció el post Así Es la Prueba de Vestido de Novia Perfecta fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?
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