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17 abril, 2024

Errores que Ponen en Riesgo Vuestra Economía al Organizar la Boda

Solemos asociar las bodas con el amor, con el compromiso, con la fiesta o con compartir un día feliz con la familia y los amigos. Pero se nos suele olvidar algo importante: el dinero. 


Y es que una celebración de este tipo cuesta dinero, normalmente mucho. Tanto que si se toman malas decisiones, la boda puede poner en peligro la estabilidad económica de la pareja, tanto a corto como a medio plazo. 


Para que no os ocurra a vosotros a continuación comparto con vosotros algunos errores que se suelen cometer a la hora de organizar la boda y que pueden suponer un riesgo para vuestra economía.


Errores que ponen en riesgo vuestra economía la organizar la boda


Pensar en aparentar, en el postureo, antes que en lo realmente importante. Cuando lo único que se busca es dejar con la boca abierta a los demás, en ser envidiados o en conseguir viralizar la boda en redes sociales es muy fácil gastar (mucho) más de la cuenta para lograrlo. Y lo fundamental a la hora de celebrar el matrimonio es el amor que os tengáis, el compromiso que adquiráis como pareja y compartir el momento con las personas verdaderamente importantes para vosotros. 


 No hablar de vuestra situación económica antes de comenzar a organizar la boda y de cómo queréis enfocarla económicamente. Es fundamental que ambos estéis de acuerdo en cuánto y en qué vais a gastar vuestro dinero, porque al fin y al cabo os afecta a ambos. 


Pareja tomada de la mano mientras toma un café, ella luciendo un anillo de compromiso


 No establecer un presupuesto realista y más bien conservador. Debéis analizar cuál es vuestra situación económica presente y futura, para decidir cuánto os podéis gastar sin que os suponga un quebranto del que os puede costar recuperaros. 


 No respetar el presupuesto que os hayáis propuesto. Y es que no sólo hace falta definir lo que vais a gastar, sino seguirlo al pie de la letra, sin desviaros pase lo que pase. 


 Dar por hecho que vuestros padres van a hacerse cargo de muchos de los gastos de la boda y que su aportación no tendrá límite en cuanto a cantidad. Es de suma importancia que lo habléis con ellos de forma directa y honesta, pero también lo es tener en cuenta su situación financiera y respetar su decisión, sea la que sea. 


 Pensar que vais a financiar la boda con el dinero que os vayan a regalar los invitados con motivo de la boda, porque eso no va a ocurrir. Habrá asistentes que cubran con creces su cubierto, mientras que otros contribuirán con cantidades menores o que os harán un regalo que no consista en dinero. Además, debéis tener presente que los gastos van mucho más allá del cubierto. Las invitaciones, el vestuario, los complementos, el ramo y el prendido, la decoración, los detalles que se entregan como recuerdo y otros gastos son casi tan importantes como los del banquete en sí y también hay que hacerles frente. Aunque es cierto que el número de invitados tiende a disminuir notablemente en las bodas actuales, lo cierto es que el gasto final es prácticamente el mismo que hace unos años por el incremento de los precios y por la complejidad y especialización que requieren la mayoría de parejas. 


 Utilizar todos los ahorros o el fondo que tengáis para emergencias para la celebración y el viaje de novios. Aunque os haga mucha ilusión tener una boda de cuento de hadas, quedaron sin un colchón financiero para hacer frente a necesidades cruciales o a imprevistos es un tremendo error. La celebración os supondrá un día de felicidad, pero la tranquilidad económica a medio plazo no tiene precio. 


Mujer sosteniendo un tarro con ahorros


 Pedir un crédito, sobre todo si es uno de los que son destinados al consumo, para hacer frente a los gastos de la organización. Los motivos para no hacerlo son los mismos que para no recurrir a todos los ahorros. 


 No valorar la posibilidad de posponer la boda o que sea lo más íntima y sencilla posible si vuestra situación financiera no es la adecuada. Aunque os desilusione, retrasar la boda hasta que vuestra economía pueda resistir lo que supone este tipo de eventos os evitará muchos quebraderos de cabeza. 


 No llevar el control de los gastos de manera exhaustiva. Es vital que llevéis un apunte de todos los pagos que vayáis haciendo a lo largo de la organización, hasta el más pequeño. También es conveniente apuntar la fecha y la cantidad de los plazos que tengáis que ir pagando a los proveedores, para comprobar que los realizáis en fecha y que tenéis fondos disponibles para hacerles frente.  


 No abrir una cuenta bancaria destinada únicamente a los pagos de la organización de la boda, así como contratar una o dos tarjetas de débito (mejor que de crédito) asociadas a dicha cuenta. Unificar en una cuenta todo lo que conlleva la celebración os permitirá llevar un control absoluto de gastos e ingresos, desde los pagos a los proveedores a las compras, pasando por las cantidades que os transfieran los invitados como regalo. 


 No tener en cuenta los gastos que suelen pasar desapercibidos a la hora de organizar la boda. Como las tasas a pagar en caso de que se trate de una ceremonia civil (no siempre lo requieren) o la cantidad que piden en muchas parroquias para la ceremonia religiosa, las invitaciones o el resto de papelería, el maquillaje y el peinado (y sus pruebas), la manicura, los posibles arreglos del vestuario de ambos, las alianzas, las dietas o desplazamientos de los proveedores, las propinas... Estos detalles pueden llegar a sumar miles de euros, por lo que no se pueden despreciar. 


 No incorporar al presupuesto los gastos postboda: la sesión de fotos, el álbum de fotos, las tarjetas de agradecimiento, las invitaciones o actividades postboda con los invitados o con aquellos que no han podido asistir, la tintorería y conservación del vestido...


Álbum de fotos de boda


 No planificar todo meticulosamente y no hacerlo con tiempo suficiente. Planear y programar cada detalle relacionado os permitirá haceros con el control de la boda, incluidos los gastos. 


 No elaborar una lista de invitados razonable y realista. Lo primero que deberíais tener en cuenta es el presupuesto, luego el tipo de boda y después el número de asistentes. Os pongo un ejemplo: una pareja con un presupuesto de 18.000 euros, que desean una celebración íntima, pero exclusiva. En este caso, tendrían que hacer un cálculo de lo que quieren gastar en cada invitado, así como en el resto de partidas generales, y de ese modo sabrán a cuántos invitar para cumplir tanto con el presupuesto como con sus expectativas. Y si quisieran una lista más numerosa, lo único que tendrían que hacer es recortar en exclusividad o buscar opciones más económicas. 


 No evitar en la medida de lo posible los servicios y artículos que tengan la etiqueta "para bodas". El hecho de que haya algo destinado específicamente para este tipo de eventos suele significar un coste añadido. El mismo servicio para un cumpleaños, una fiesta de empresa o una simple reunión de amigos suele ser algo más barato. Por ejemplo, si se trata de una celebración íntima, en lugar de pedir presupuesto para el espacio y/o el catering para una boda, hablad con el proveedor de una reunión familiar. O si vais a buscar artículos para la decoración, acudid a establecimientos genéricos, en lugar de hacerlo únicamente en aquellos especializados en el sector nupcial. Y lo mismo sucede a la hora de reservar el viaje de novios. Eso sí, los profesionales especializados en boda suelen tener mucha experiencia y recursos, lo que justifica un coste superior, así que es a vosotros a los que os toca decidir. 


 No negociar con los proveedores. Evidentemente habrá algunos servicios o artículos con los que no podréis negociar, porque tienen un precio tasado, pero habrá otros con los que sí. Podéis pedir descuentos, rebajas y otros extras que puedan abaratar los costes. Aunque también os recomiendo que seáis razonables, ecuánimes y respetuosos a la hora de intentar llegar a un acuerdo. 


Negociación


 No pedir presupuesto a varios proveedores para elegir el que más os convenga, teniendo en cuenta precios y condiciones. 


 No leer detenidamente las propuestas de los proveedores, analizando la descripción de los servicios o de los artículos que vais a adquirir, el precio unitario y el total, lo que está incluido y lo que no, los plazos de ejecución o de entrega, la forma de pago, las penalizaciones...


 No solicitar un presupuesto claro y completo a todos los proveedores con los que vayáis a trabajar. Si no lo hacéis os podéis encontrar con gastos añadidos o con la necesidad de contratar a otro profesional que cubra aquello que no os va a proporcionar el primer proveedor y que dabais por hecho. 


 Sobrecargar la boda en todos los sentidos: número de invitados, días de celebración, actividades, decoración, animación, detalles... Es mejor tener una celebración más íntima y sencilla, que una excesivamente compleja que ponga en peligro vuestra economía. 


 Pensar que la única opción es la compra, sin tener presente el alquiler. Aunque hay algunos artículos que es más rentable comprar, conviene que valoréis la posibilidad de alquilar otros. 


 Comprar demasiadas cosas o hacerlo mal. Para evitarlo no tenéis más que planificar lo que vais a necesitar realmente, comparar la oferta de diferentes proveedores, decidir qué debéis adquirir, hacer una lista de todo ello y seguirla al pie de la letra. 


Bolsas


 Dejar las compras, sobre todo las más costosas e importantes para el último momento. Si se acerca la fecha del evento y hay artículos que no habéis adquirido todavía, es muy probable que lo hagáis de forma precipitada, sin llevaros lo que realmente necesitáis, con una calidad inferior y con un precio mayor. 


 Pensar que todo lo que sea DiY no tiene coste. Hay proyectos hechos a mano que pueden resultar mucho más caros que los comprados. Valorad cuánto os supondrá llevar a cabo ese DiY en dinero, tiempo y esfuerzo y si os compensa.  


Ya sé que poner en práctica estos consejos no es fácil, porque las presiones externas son muchas y de que pesa la ilusión de tener una boda de ensueño, pero es imprescindible llegar a un punto medio en el que tengáis una celebración inolvidable y no pongáis en riesgo vuestra economía. 



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02 marzo, 2022

¿Qué Hacer con la Comida que Sobra en la Boda?


Las cifras son escalofriantes: entre el 20 y el 50% de los alimentos que se prepara para una boda puede terminar en la basura. Y eso tiene consecuencias muy negativas para todos.


Cuando la comida se desperdicia no sólo se pierden los alimentos, sino que también se malgasta energía y se perjudica al medioambiente, tanto en su distribución, como en su conservación, preparación y posterior destrucción.


Y, por supuesto, es dinero que va a salir de vuestro bolsillo sin tener ningún fin, salvo el de terminar en la basura.


Si no queréis que se desperdicien alimentos en vuestra boda, a continuación encontraréis información y consejos que os pueden interesar.

 

¿Qué hacer con la comida que sobra en la boda?

 
Consejos útiles para no desperdiciar comida en la boda


Cuando los invitados no confirman su asistencia con tiempo suficiente, la cantidad de alimentos que se desperdiciar es mucho mayor. Por eso os recomiendo que intentéis tener clara la lista final de invitados lo antes posible.


A la hora de elegir el menú, consultad con el proveedor qué platos implicarán menos desperdicio de alimentos.

 

Ajustad el número de platos y las raciones con sentido común. Los invitados no deben quedarse con hambre, por supuesto, pero no es necesario que buena parte de la comida quede en el plato o que ni siquiera llegue a salir de la cocina.


Si vais a servir un cóctel antes, es conveniente que la cantidad de platos y raciones sea más frugal, sobre todo si se van a ofrecer muchos aperitivos.


También es una buena idea reducir número de platos y raciones si vais a disponer estaciones o corners con comidas especiales o cocinadas en el momento.


Cuidado con las recenas, porque es fácil calcular mal las cantidades. No todos los invitados se quedarán hasta el final de la fiesta, por lo que es más recomendable ser conservadores a la hora de planificarlas.

 

Qué hacer si sobra comida

 

Si a pesar de todo termina sobrando comida en la boda, podéis hacer varias cosas:

 

Si no es demasiada cantidad, podéis llevaros las sobras a casa y congelarlas (las que admitan congelación, claro) para ir consumiéndolas poco a poco. 

 

Otra opción es regalarle a los invitados unas cajitas o táperes para que se lleven la comida sobrante a casa. Ya es normal hacerlo en los restaurantes, así que, ¿por qué no hacerlo en una boda?


Cajas de comida para sobras

 

Podéis entregarles cajas o táperes a las personas que hayan colaborado en la boda: camareros, fotógrafos, músicos... Eso sí, os sugiero que lo hagáis de forma delicada, consultándoles antes si les agradaría llevárselas.

 

También podéis donarla a comedores sociales, bancos de alimentos y otras organizaciones benéficas

 

Si vais a regalar cajas a invitados y/o colaboradores, sería interesante que adquirieseis unos recipientes y embalajes apropiados y resistentes. Algunas ideas: táperes, cajas, bolsas, cestas... El proveedor del catering os podrá proporcionar las suyas (que con casi toda seguridad os cobrará), pero si queréis que sean bonitas y con un toque personal, será mejor que las elijáis vosotros. También podéis concertar con el proveedor que sea él quien se encargue de adquirirlas siguiendo vuestras directrices, añadiendo su coste en la factura final.  


Si vais a donar

 

En caso de que tengáis intención de donar a una organización sin ánimo de lucro, consultádselo antes al proveedor de gastronomía. Si no lo hacéis y el mismo día de la boda, cuando están recogiendo los últimos platos del servicio del postre, os aseguro que no os facilitarán los excedentes. Y consultad también si queréis repartir algunos alimentos entre amigos y familiares, o incluso llevároslos vosotros a casa. 

 

Cupcakes

 

Informaos con tiempo suficiente de las organizaciones benéficas a las que les queréis donar, porque no todas admiten la comida sobrante de eventos o restaurantes, incluso aunque se cumplan escrupulosamente todas las normas sanitarias. Sobre todo las grandes organizaciones lo único que admiten son donaciones en dinero o en especie, pero siempre que no se trate de alimentos perecederos. Por eso es importante que busquéis con tiempo un comedor social o banco de alimentos local que sí acepte este tipo de aportaciones.



Si vais a donar la comida, avisad con antelación a la entidad benéfica que vaya a gestionar su recepción y distribución, para que puedan organizarla correctamente. Si no se hace así, es posible que la organización no pueda encargarse de ello y la comida acabe en la basura.


Aseguraos de que el proveedor de restauración o catering cumple con todos los requisitos para que os puedan entregar a vosotros o a entidades sin ánimo de lucro los alimentos de forma segura. No dudéis y pedidles que os informen de sus medidas de manipulación, envasado y entrega. 

 

Bandejas con tapa para mantener los alimentos calientes en eventos



A vueltas con la legislación y con la seguridad alimentaria


El problema que hay en España a la hora de darle un uso correcto a los alimentos sobrantes del evento es la legislación sanitaria que es sumamente restrictiva en cuanto a cómo se manipulan, se envasan y se transportan los alimentos, así como las temperaturas adecuadas para cada parte del proceso.


Evidentemente, esta legislación protege a los consumidores ante las intoxicaciones y se garantiza que si se regalan los alimentos a familiares o amigos o si se dona a organizaciones que los distribuyan a personas necesitadas no se pone en peligro su salud o su dignidad.


Una mala gestión de esos alimentos puede terminar en una intoxicación más o menos grave, por lo que las empresas de restauración y catering no suelen arriesgarse a entregar la comida que sobra en una boda tanto a los propios novios, directamente a los invitados o a organizaciones que gestionen su reparto, por miedo a la responsabilidad que pueda derivarse de esa intoxicación.


De hecho, esta reticencia a entregar los excedentes de los alimentos está justificada. Si el proveedor entrega las sobras a alguien y esa persona no respeta la temperatura o no las manipular escrupulosamente y hay una intoxicación alimentaria, el responsable será siempre el proveedor de gastronomía, no la persona que no ha manejado la comida con un mínimo de cuidado. Imagina alguien que se lleva una bandeja de pasteles con nata y la deja en el coche durante la fiesta en una noche de verano, luego se marcha a su casa, deja la bandeja fuera cuando llega a casa porque está cansado... y al día siguiente se come esos pasteles. Un irresponsable, ¿verdad? Pero quien pagará las consecuencias es el proveedor.


Por otra parte, los envases que cumplen la normativa para transportar esos excedentes de alimentos tienen un coste que paga el proveedor. Si los recipientes que tiene que entregar son muy numerosos, no estará dispuesto a asumir el coste y lo trasladará a los novios.

 

Packaging para alimentos

 


No se recomienda donar (ni regalar a invitados ni colaboradores)


Las comidas que hayan sido expuestas al público, como las que han estado en estaciones o corners o en buffets.


Las comidas que se preparan en crudo, como el sushi.


Los quesos frescos que no han sido pasteurizados.


Las carnes y sus derivados que no hayan estado sometidas a temperaturas de cocción y conservación adecuadas, y que no estén debidamente envasadas.


El pescado y el marisco fresco.


Las comidas preparadas y que no estén envasadas. 


Los platos que se han elaborado con huevo fresco.


Las cremas no pasteurizadas.

 

Canapés



Se deben cumplir los siguientes requisitos


Que se haya respetado escrupulosamente la temperatura y forma de conservación adecuada al tipo de alimento durante todo el proceso.


Que el origen de los ingredientes sea conocido y que proceda de empresas y/o establecimientos autorizados. 


Que los alimentos estén envasados y que los recipientes estén completos y no deteriorados.


Que estén debidamente identificados y etiquetados.


Que aparezca la fecha de caducidad y que no se haya excedido ésta.


Entre todos, y si las distintas administraciones y los hosteleros nos los permiten, podemos evitar que los alimentos se desperdicien.

 

 

Información de interés:

Guía de buenas prácticas para el aprovechamiento de excedentes alimentarios de la Comunidad de Madrid.



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18 agosto, 2021

Dale una Segunda Oportunidad a Tu Vestido de Novia

El hecho de encontrar tu vestido de novia perfecto es probablemente una experiencia increíble, casi mágica. Aunque todavía lo es más la de mirarse al espejo con él por primera vez el día de la boda, ya peinada, maquillada y con todos los complementos. 

 

Por eso es una pena olvidarlo en una triste funda, para que los únicos que lo disfruten sean las polillas, la humedad y el polvo. Sobre todo si ha costado una gran cantidad de dinero. 

 

Un vestido que se usa una única vez, aunque sea el de novia y lo hayas disfrutado muchísimo, es un verdadero despilfarro. Por suerte cada vez hay más novias que apuestan por un consumo más sostenible y racional, incluso cuando se trata del vestido que lucirán el día de su boda. 


Y es que opciones para darle una nueva vida al vestido de novia son muchas. Algunas tan prácticas, interesantes y originales como las que te propongo a continuación.

 

Dale una segunda oportunidad a tu vestido de novia


Guárdalo con esmero para que luego puedan utilizarlo otras mujeres importantes para ti. Si llevas a limpiar el vestido y lo conservas correctamente, puedes guardarlo para que lo utilicen tus hermanas, tus hijas, tus nietas, incluso tu madre si se casa en segundas nupcias. 

 

Véndelo. Tanto en tiendas y plataformas de segunda mano, como a algunas firmas que recompran sus modelos para revenderlos. 

 

Alquílalo. Del mismo modo que puedes venderlo, puedes alquilarlo, tanto tú directamente como a través de tiendas y plataformas. 

 

Vestido de novia colgado de una percha

 

Regálalo. Puedes regalarle tu vestido a alguien cercano que se vaya a casar y a quien le gustaría darse el sí, quiero con el tuyo.

 

Dónalo. Hay organizaciones que recogen vestidos cedidos por novias que ya han pasado por el altar y que luego se los entregan a mujeres que se van a casar, pero que no tienen medios para comprárselo. 

 

Tíñelo. Esta opción es realmente arriesgada, porque no siempre el resultado es el deseado. Cada material recibe el tinte en una intensidad y una uniformidad diferente. Si el vestido está confeccionado con varios tejidos, puede que te encuentres con más de un tono, lo que no siempre es estético. Las aplicaciones, bordados y detalles pueden estropearse con el proceso del tinte, y también puede que el color que adquieran (si es que admiten el teñido), no sea el deseado. Incluso los hilos que se hayan utilizado para la confección no se tiñan y se queden del color original. Piénsatelo muy bien antes de tomar esta decisión. 

 

Mujer con vestido de novia teñido en amarillo en la orilla del mar

 

Úsalo tal cual. Hay muchos modelos de vestidos de novia que se pueden reutilizar con toda tranquilidad después de la boda, sin hacerles ningún cambio. Trajes de chaqueta, camisas y tops, faldas midi, vestidos lenceros y de estilo relajado se pueden reutilizar en (casi) cualquier ocasión. 

 

Mujer con traje de chaqueta en color crudo con rosa en el escote

 

Transfórmalo: divídelo en dos partes (falda y top), corta la falda y rehacerla si es necesario, deshazlo completamente y confecciona una prenda diferente (o varias), elabora complementos (fulares, chales, bolsos, diademas...), confecciona ropa infantil o disfraces para tus hijos o sobrinos, haz textiles para el hogar (almohadas, cojines, caminos de mesa, paños para bandejas...), usa el velo de tul como mosquitera o como decoración. Las opciones son infinitas.

 

Alfiletero rosa con alfileres y dedal

 

Crea obras de arte. Puedes elaborar cuadros con la tela y los complementos, por ejemplo. O puedes forrar cajas, joyeros o marcos para fotos, incluso el cabecero de la cama. Crea cojines portaalianzas para la próxima boda de tu mejor amiga. Confecciona pendientes o colgantes con retazos del vestido...


Un vestido en el que se pone tanta ilusión y tantos recursos merece una segunda oportunidad, o incluso una tercera.



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16 abril, 2019

Claves para Encontrar un Vestido de Novia Sostenible

Cada vez hay más personas que reaccionan a modelo de fast fashion y prefieren la moda sostenible, y exigen que ésta sea duradera, ética y respetuosa con el medioambiente, desde los tejidos que se emplean hasta la forma de desechar los residuos de las fábricas y atelieres.


Hay muchas novias que ejercen como consumidoras responsables incluso durante la organización de su boda y, además de buscar un vestido que sea precioso y favorecedor, quieren que sea sustentable. Si tú eres una de ellas, a continuación te doy las claves para encontrar un vestido de novia sostenible.


Claves para encontrar un vestido de novia sostenible


Con vocación de permanencia


Que esté bien confeccionado


Una prenda que esté bien confeccionada y cuya materia prima sea de cierta calidad podrá tener más de una vida, puesto que podrán utilizarlo otras personas en la familia, se podrá prestar a amigas o incluso se podrá vender de segunda mano. Si es un vestido aparente, pero de mala calidad, es probable que se estropee incluso antes de que termine la boda y tendrás de desecharlo.


Que sea reutilizable


Procura que tu vestido pueda ser utilizado en más ocasiones más allá de la boda. Esto lo puedes conseguir buscando un diseño que no sea marcadamente nupcial o rehaciéndolo después para seguirlo usando muchas veces más


Una forma de poderlo usar después es separar el cuerpo de la falda, cortarlo o empleando la tela para confeccionar un nuevo vestido desde cero.


Los modelos de fiesta, los trajes de chaqueta o los dos piezas utilizados como vestidos de novia son perfectos para reutilizarlos después.  


Novia con ramo de flores


De primera mano


Nuevo, pero sostenible


Si quieres que tu vestido de novia sea nuevo, busca tiendas y atelieres que utilicen materiales, complementos y métodos de producción éticos y sostenibles


Averigua si el proveedor utiliza telas como la seda ecológica o el algodón orgánico, si usan encajes vintage recuperados, si emplea tintes no tóxicos, si los trabajadores tienen condiciones de trabajo y salarios dignos, si minimizan la emisión de desperdicios, si procuran minimizar la huella de carbono en sus envíos.


Hazlo tú misma


Si lo tuyo es la costura o tienes cerca a alguien que sabe coser, una opción de lo más interesante es hacerlo tú misma. Busca un diseño que te guste, saca el patrón, elige los tejidos y materiales de costura (sostenibles, claro)... y sólo te faltará darle a la aguja para tener un vestido de novia totalmente personalizado y del que te sentirás muy orgullosa. Pero, por favor, si ni tú ni ninguno de tus familiares o amigos es realmente diestro a la hora de coser, evítate disgustos y compra o alquila tu vestido.  


Novia con vestido de encaje y palabra de honor


De segunda mano


Pídelo prestado


Si hay alguien cercano a ti que se haya casado, puedes pedirle prestado su vestido de novia. Eso sí, asegúrate de que tienes suficiente confianza y que no le molestará que se lo pidas. 


Una buena opción es personalizarlo con accesorios y detalles nuevos como lazos, cinturones, aplicaciones, capas... Y si a la persona que te lo ha prestado no le importa, incluso puedes hacerle alguna modificación.


Alquílalo


El alquiler es una opcion sostenible, puesto que un mismo vestido de novia se usará más de una vez, y a un precio muy asequible.


Cómpralo de segunda mano


Al igual que el alquiler, la compra de segunda mano es una buena opción si apuestas por la sostenibilidad. Si te aseguras de que esté en buenas condiciones, tendrás un vestido precioso y mucho más barato que uno nuevo.


Y no sólo tienen que ser modelos actuales, también puedes buscar modelos vintage, así tendrás un vestido sustentable, original y con mucho encanto.  


Novia con vestido vintage


Esto se puede aplicar también a los tejidos. Puedes comprar encajes o telas vintage que te saldrán a buen precio y que convertirán a tu vestido de novia en una pieza única. Hay atelieres prestigiosos y magníficos que lo ponen en práctica.


Qué hacer con él después de la boda


Véndelo de segunda mano


Si los vestidos de novia de segunda mano se compran es porque hay quien lo vende, así que... ¿por qué no vas a ser tú? Así recuperarás una parte del dinero que te costó nuevo y no cerrará el ciclo contigo, sino que podrá ser utilizado por otra novia después de ti.


Dónalo


Hay novias sin recursos que estarían encantadas de que les donasen un bonito vestido. Puedes recurrir a organizaciones que se encargan de recoger y distribuir esos vestidos y también averiguar si hay alguien en tu entorno que pueda necesitarlo. 


Novia con jersey y falda de tul


Préstalo


Si hay alguien en tu entorno que va a contraer matrimonio, quizás puedas ofrecerle tu vestido.
 

¿Elegirás tú un vestido de novia sostenible? ¿Qué opinas de esta opción?





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