El fotógrafo Javier Gurrea (gracias, Javier) dijo de esta primera parte que había tantos tipos de revientabodas que daba miedo... pues no se vayan todavía, que aún hay mas.
Abrochaos los cinturones que vamos a ello...
- Los amigos que preparan demasiadas sorpresas para los novios, sin contar con nada ni con nadie. Igual les da prepararles un circuito de paintball después de los postres, que fingir que uno de ellos tiene un infarto durante la cena... para darle vidilla al evento.
- El tío segundo que acaba bailando con la corbata en la cabeza dando vueltas como una peonza.
- La tía abuela y la amiga de tus padres que te planta un beso en la mejilla y te deja una marca de rouge que no se quita ni con disolvente industrial. Y que lo hace con premeditación y alevosía... justo antes de las fotos.
- El/la que protesta por la comida: que si está demasiado cruda, luego demasiado hecha, más tarde demasiado salada... ya sabéis a lo que me refiero.
- El/la que no ha avisado antes de que tiene alguna alergia o intolerancia y se hace notar, molestando infinitamente a los camareros (y por ende a los novios) con peticiones inverosímiles.
- El/la que repite varias veces de todos los platos sin cohibirse. Dentro de esta categoría están el que se lo come todo (to-do) o el que lo deja en el plato después de haberlo pedido.
Torre Eiffel vista por algún invitado algo beodo... |
- El/la que se pasa con las copas y acaba rozando el ridículo más absoluto en el mejor de los casos, o el coma etílico en el peor.
- El/la que no deja de hablar por el móvil y de mandar mensajitos por WhatsApp durante toda la ceremonia y toda la comida, sin hacer caso a nada ni a nadie más... salvo que se pueda compartir, claro.
- El/la selfy-adicto que insiste en hacerse fotos y más fotos, sól@ o en compañía de otros o el/la buscadora de las instantáneas ajenas más ridículas de la boda. En ambos casos, las suben sin permiso a las RR.SS.
- La familia que ha llevado a su perro tamaño XXL y lo ha dejado en el coche y que insiste en sacarle para que también felicite a los novios, dejándoles patas y babas por doquier. En ¿Quién dijo boda? amamos y respetamos a los animales, pero hay un momento para cada cosa...
- El donjuan/la pantera que se creen irresistibles y van buscando conquistar a cualquier objetivo que se ponga a tiro, con una capacidad infinita para molestar a todo el mundo.
El típico y tópico donjuan bodil... |
- El/la que habla a gritos durante la boda y que acaba consiguiendo que todo el mundo acabe elevando la voz para hacerse entender con los invitados con los que comparte mesa.
- Los que no se han desenganchado aún de ese vicio del "que se besen los novios", "que se besen los padrinos", "que se besen con lengua", "que se besen los camareros", etc. Hay veces en las que entran ganas de hacerles besar a ellos, pero el suelo :D
- Los que cantan en medio de la boda, creyéndose el Orfeón Donostiarra y que más bien parecen un coro de mandriles y guacamayos en plena discusión. Y esto no lo hacen sólo durante la boda religiosa, hay algunos que lo hacen durante el banquete.
- Las señoras que se llevan todas las alpargatas, pashminas o abanicos que habéis puesto con todo el cariño a disposición de las invitadas durante la ceremonia o el baile. Para su hija, para su tía, para sus 10 compañeras de departamento y para su vecina Paquita que-es-un-amor... ;)
- Las señoras que cogen los centros de flores (varios, tantos como les quepan entre los brazos) de las mesas para llevárselos a su casa como trofeo y que ni siquiera preguntan si pueden hacerlo. Teniendo en cuenta que algunas fincas, restaurantes y hoteles los alquilan... termina saliendo cara la efusión cleptómana de estas invitadas. Estoy por atornillar o poner cadenas a los centros a las mesas en las próximas bodas... o quizás podría electrificarlos...
- Los/las (pero especialmente las) que se llevan todo el contenido de los kits de cortesía que se suelen poner en los baños de invitados. Hay quien se lleva tiritas, costureros, peines, colonias, kleenex y demás productos como si estuviese haciendo al compra en Carrefour. Hacen con el kit como hacen en los hoteles: arramplan con todo, les haga falta o no; ellos se lo llevan, por si acaso.
- El/la que mete la mano en la caja de los sobres de dinero y se lleva alguno de recuerdo.
- Los que llevan el regalo a la boda (y no dinero, precisamente) y pretenden que los novios carguen ese día con el robot de cocina o la figurita de Lladró.
- El/la que pregunta directamente cuánto ha costado el plato para poner en el sobre exactamente esa cantidad.
Los revientabodas, una especie de las que no está en peligro de extinción.
¿Se os ocurre alguna categoría más que incluir en tan insigne club?
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Los Revientabodas. Próximamente... en sus Bodas (I)
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