Y si los novios se preocupan tanto por los asistentes a su boda... ¿por qué no corresponderles con un comportamiento adecuado? Por eso, en este post quiero recordarte algunos de los errores realmente imperdonables en los invitados a una boda.
Antes de la boda
No confirmar la asistencia, especialmente si se ha incluido el S.R.C. o R.S.V.P. en las invitaciones. A la hora de decidir el número de menús que es necesario encargar (y pagar) al proveedor de gastronomía y de organizar el salón en el que se sirva la recepción, es importante conocer el número de invitados que asistirán a la boda, o al menos el más aproximado posible.
Agobiar a la novia antes de la ceremonia. Es importante no apabullar a la novia antes de la boda con llamadas y visitas tanto mismo día de la boda como los días inmediatamente anteriores. Salvo que seas alguien muy cercano y que tengas participación directa el día de la boda, no molestes a los novios y espérate a que termine la ceremonia.
Enviar mensajes a los novios justo antes de la boda para consultarles algo. Aunque no lo parezca, hay invitados que son capaces de llamar o mensajear a los novios antes de salir hacia la ceremonia para preguntarles por la dirección del aparcamiento o cuál es el mejor camino para llegar al juzgado. Eso, nunca.
El vestuario
Utilizar color blanco o marfil, incluso aunque la novia no utilice esos colores en su vestido. Nada más que añadir.
Nada de blanco, marfil... ni tampoco colores maquillaje o cualquier otro que pueda ser "nupcial" |
Vestirse para competir con la novia. La protagonista el día de la boda, al menos si hablamos de vestuario, es la novia. No conviene excederse con un modelo demasiado lujoso o llamativo.
Llevar chaqué o esmoquin si no se es el novio, el padrino o alguno de los testigos. El que marca el vestuario que llevarán los hombres invitados a la boda es el novio, si él lleva traje oscuro, el resto de los invitados deberán llevar traje, nunca chaqué, ni esmoquin, ni frac. Si él lleva chaqué, podrán llevar chaqué el padrino y los testigos o groomsmen, si así lo autoriza. Si el novio lleva esmoquin, ocurrirá lo mismo.
Ir excesivamente informal. Salvo que así lo indiquen los novios, los vaqueros, bermudas, camisetas, deportivas y otra indumentaria demasiado casual no es apropiada para una boda. No pasa nada por arreglarse un poquito más para compartir un día tan importante para la pareja.
Los regalos
No hacer un regalo si se está invitado y no se puede asistir. Si te han invitado, no hay otra opción, tienes que hacer algún obsequio a los novios. Que no puedas ir a la boda, no significa que la pareja no haya tenido el detalle de contar contigo ese día. El regalo no es un pago por acudir a la boda, es un detalle para celebrar que la pareja se casa.
Llevar el regalo en mano el día de la boda. Mal, muy mal. Es algo incómodo para ti y más incómodo todavía para los novios. No sabrán qué hacer con el paquete a lo largo de la boda y probablemente acabe olvidado en el lugar de celebración de la fiesta. Entrégalo antes o después.
Invitados no esperados
Aparecer en la boda sin comunicarlo previamente una vez que se ha dicho que no se irá. Si les has dicho a los novios que no podrás asistir a la boda por un compromiso y finalmente tu agenda se queda libre tienes dos opciones: comunicárselo a los novios (con tiempo suficiente para que se organicen) o quedarte sin ir (si te has dado cuenta que puedes acudir pocos días antes).
Llevar un invitado extra sin avisar. Si te han invitado únicamente a ti, no puedes llevar a nadie más sin preguntar a la pareja. Te han invitado a ti, no a un extra que puede que ni conozcan. Y, por otra parte, un invitado extra puede descabalar totalmente el seating de la recepción.
Acudir con niños si se ha avisado expresamente que la boda es únicamente para adultos. Si los novios quieren una boda child free, hay que respetarlo, o no acudir, es esté de acuerdo o no con ello.
Durante la ceremonia
Llegar tarde. No hacen falta más explicaciones.
Saltarse la ceremonia. Salvo que no te de tiempo a llegar a la ceremonia por algún motivo de peso (y que hayas comunicado a los novios antes), ir únicamente a la recepción y a la fiesta posterior es de mal gusto. No hay que perder de vista que lo importante es la boda, por eso se celebra después con comida, bebida y música.
No respetar la ceremonia religiosa, aunque no se comparta. No es necesario seguir la ceremonia como si se fuese practicante de la religión por la que se case la pareja, pero sí respetarla al máximo. Es lo que han elegido los novios, y por tanto es imprescindible mostrar consideración.
No poner el móvil en silencio durante la ceremonia. Es molesto durante una obra de teatro, una conferencia o la sala de espera del médico, y lo es mucho más cuando se trata de una ceremonia de boda.
Apabullar a los novios con besos, abrazos y felicitaciones antes de que salgan del lugar de celebración de la ceremonia. Deja que sean los más asistentes (realmente) más cercanos a los novios los que se acerquen a ellos tras el sí, quiero, y espérate a más tarde para darles la enhorabuena.
Hablando de fotografías
Fotografíar a la novia antes de la ceremonia... y subir las fotos a las redes sociales. Es algo de lo más inapropiado y mezquino que puede haber. Si has tenido la suerte de estar en la habitación en la que se arregla la novia o de verla salir hacia la ceremonia, no desveles el secreto hasta que la vea el novio.
Hacer demasiadas fotos. Disfruta de la ceremonia y la recepción, no intentes vivirla a través del objetivo de tu smartphone. Es molesto para el resto de los invitados, porque les estorbarás la visión cuando llegue la novia o en los momentos culminantes de la boda.
Estorbar el trabajo del fotógrafo y el videógrafo. Hacer demasiadas fotos, pretendiendo utilizar los mejores ángulos, impide la labor de los profesionales de la fotografía o del vídeo, que son a los que han pagado los novios para que inmortalicen tu boda, a nadie más. También conviene evitar colocarse en los pasillos o zonas de paso que puedan estorbarles.
Hacer fotografías con flash. Molesta y distrae a todo el mundo, sobre todo a la pareja que se casa.
La comida y la bebida
No comunicar la necesidad de una dieta especial. Si necesitas un menú para diabéticos, sin gluten o sin sal, no esperes a decirlo cuando comiencen a servir los platos, porque puedes causar muchos problemas a los responsables de la cocina... o quedarte sin comer.
Pedir otra comida. Si no te gusta algún plato, mala suerte, seguro que alguno de los que sirvan antes o después si te agrada. Una recepción de boda no es un restaurante a la carta, y no hay que actuar como si lo fuese.
Repetir de algún plato. Por mucho que te haya gustado algún plato del menú, no pidas más. En las bodas siempre se sirve comida de más, así que nadie se quedará con hambre.
Pedir bebidas antes de que empiece a servirse el cóctel o la barra libre. Lo adecuado es esperar a que comience el servicio, porque hacerlo antes supone una molestia para los camareros que estarán preparando todo para el resto de los invitados e invita a otros asistentes a hacer lo mismo, adelantando el servicio de la boda, lo que supone un problema de organización... o un gasto extra para los novios.
Emborracharse. Aunque el alcohol en abundancia es una constante en la mayoría de las bodas, eso no quiere decir que haya que beberse hasta el agua de los floreros. Lo ideal, alternar agua o bebidas no alcohólicas con las copas.
Errores "de bulto"
Sentarse en un lugar diferente del que los novios han decidido dentro del salón. Es una falta de educación, puesto que ellos han empleado tiempo y esfuerzo en organizar el seating. Y, además, es un quebradero de cabeza para el personal que se encargue de la recepción.
Dar un discurso o hacer un brindis inesperado. En una boda, los discursos que se darán durante la ceremonia están perfectamente calculados, en cuanto a temática, orden y tiempo, por lo que uno extra puede suponer una contrariedad. Con los brindis ocurre lo mismo. Y, por otro lado, puede que a los novios no les agrade una intervención no prevista.
No despegarse del móvil. Es un error muy común, que llega a resultar de lo más desagradable. El smartphone es el mayor enemigo de que disfrutes de la boda y de la compañía de otros invitados.
Enviar mensajes constantemente. Procura no retransmitir la boda con tus mensajes o otras personas que no asisten (incluso a las que también están allí). Una cosa es enviar algún mensaje concreto y otra muy diferente no levantar la mirada de la pantalla.
Llevarse los centros de mesa o la decoración. En ciertos casos, las flores y la decoración son alquilados y si te los llevas se los cobrarán a los novios.
Tomar más de un regalo. Los novios han previsto un detalle de recuerdo, un par de bailarinas o un abanico para cada invitado, si alguien se lleva más estará dejando sin esos regalos a otros invitados.
Llevarse los artículos de los kits de cortesía de los baños. Se colocan en los baños para que los invitados que los necesiten puedan utilizarlos, no para que otros rellenen su botiquín.
Fumar en lugares en los que no está permitido. Si quieres fumar, consulta al personal del lugar en el que se celebre la recepción en qué lugares puedes hacerlo sin problemas. Siempre se habilita algún lugar para fumar en los exteriores del recinto.
Discutir con otros invitados. La celebración de una boda no es el momento apropiado para discutir, si hay alguna situación desagradable, retírate a otro lugar apartado de la persona o personas con las que se ha producido el conflicto y olvídate de ello o soluciónalo otro día.
Criticar todo y a todos. Si te han invitado, acepta lo que se te ofrece y disfrútalo, sin peros. Y si necesitas criticar de forma compulsiva, hazlo en otro momento o al menos no lo hagas delante de los novios o de otros invitados.
No felicitar a los novios. ¿Cómo no darles la enhorabuena a quienes te han invitado a participar de su boda? Eso sí es realmente imperdonable. Si no te gustan los novios, es mejor no asistir antes que no felicitarles siquiera ese día.
La fiesta
Pedir temas musicales que los novios tienen vetados. Por mucho que te gusta bailarlo, si la pareja no quiere que suene "Despacito", no insistas en pedirlo.
No estar pendiente de los novios durante el baile nupcial. Mientras que los novios están ejecutando su primer baile, todos los asistentes deben estar mirándoles y sonriendo. Deja para más tarde las conversaciones con otros invitados, la visita al baño o a la candy bar, o el cóctel que quieres pedir en la barra.
Insistir en quedarse charlando con otros invitados una vez que el DJ se ha despedido. Una vez que termina la fiesta, hay que abandonar el recinto, el personal de servicio y el DJ quieren recoger e irse a su casa, que también tiene derecho.
La despedida
Abandonar la boda demasiado pronto. Salvo que tengas una buena excusa, no deberías irte antes de que los novios bailen su primera canción.
Marcharse sin despedirse de los novios. Además de felicitar a los novios, también es importante despedirse cuando se abandona la fiesta. Son los anfitriones y es imprescindible decirles adiós y darles las gracias por todo.
Estoy segura de que tú no cometes ninguno de estos errores, pero es un buen recordatorio para que puedas compartirlo con otras personas que sí tengan tendencia a comportarse de forma inapropiada en las bodas. Sí, veo desde aquí como te ríes acordándote de tu cuñado... o de tu tía... o de tu vecina...
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La primera vez que apareció el post Errores Imperdonables en los Invitados a una Boda fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?
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